
Decenas de enfermeras escolares de Madrid se quedan sin nuevo destino: «La opacidad se ha convertido en ansiedad»
Las profesionales denuncian «maltrato institucional» después de que la Consejería de Educación no haya publicado aún los criterios de baremación por los que unas y no otras enfermeras escolares han podido elegir destino para el nuevo curso
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Cuando Almudena Gómez se enteró de lo que estaba sucediendo, pensó que sería un error que en cuestión de días se subsanaría. Esta enfermera escolar de un colegio de Navas del Rey (Madrid) pronto vio que lo que estaba en juego era la continuidad de su contrato. Como ella, decenas de enfermeras escolares se quedaron sin la opción de elegir destino para este nuevo curso mientras se veían superadas por otras compañeras con menos experiencia. Todas ellas denuncian falta de transparencia por parte de la Consejería de Educación madrileña, que ni siquiera ha hecho público los criterios de baremación a la hora de listar a las candidatas para la elección de plaza.
Gómez tiene 42 años y lleva siete en este colegio en el sur de la Comunidad de Madrid. “Hace años, todos los veranos nos íbamos al paro y la Comunidad nos volvía a contratar a partir de septiembre. Eso cambió y pasamos a ser fijos-discontinuos”, comenta. Todo sucedía con la habitual incertidumbre que sufre la plantilla durante los meses estivales hasta este año. “Una vez que han tomado plaza los compañeros que superaron las últimas oposiciones, se han quedado unos 300 centros desiertos, que se cubrirían con ofertas de empleo por parte del SEPE”, estima.
Es aquí donde comienza el nudo que ha acabado por asfixiar las aspiraciones de decenas de enfermeras que todavía no saben qué será de ellas el próximo curso. “Parece que el SEPE solo envió la oferta a aquellas personas que estaban como demandantes de empleo a primeros de julio”, afirma Gómez como un aspecto crucial para entender el conflicto. A pesar de que su contrato cesa el 30 de junio, todos los años esperaban unos días para poder pasar a demandantes de empleo en el SEPE, ya que ese pequeño espacio de tiempo les seguía computando como vacaciones, es decir, como dadas de alta en la Seguridad Social.
“No entendemos por qué las cosas se han hecho con tanta prisa desde la Consejería. Estos trámites siempre los hacían a lo largo de agosto, y no con tanta celeridad”, opina la misma Gómez. Se refiere a los cortos plazos de tiempo que la Administración ha utilizado para llevar a cabo el proceso.
Sin plazos para la subsanación
Fue el 4 de julio cuando se lanzó la oferta de empleo, un viernes. Y el lunes, 7 de julio, terminaba el plazo para inscribirse. La Consejería informó de que los interesados tendrían hasta el día siguiente para enviar la documentación como paso previo a su baremación. El miércoles, solo unos pocos candidatos recibieron una notificación electrónica de la Consejería comunicando que el viernes 11 de julio tendría lugar el llamamiento para la selección de centro educativo. “¿Cómo pudieron baremar a tantas personas en menos de 24 horas?”, se pregunta la enfermera escolar, quien critica que tampoco hubo opción a subsanar cualquier error en las candidaturas.
Finalmente, la elección de centros tuvo lugar el 14, 15 y 16 de julio. Las afectadas han criticado este proceso en una nota en la que tildan lo ocurrido como “maltrato institucional”. En este sentido, solicitan la creación de una bolsa de enfermería de educación en Madrid cuyo proceso “sea informado con los plazos suficientes establecidos por legislación y con toda la transparencia que hagan que las contrataciones sean justas”. También reivindican que se actualice el baremo, que se publiquen las listas con la puntuación final y los pertinentes plazos de reclamación.
La Consejería de Educación ha respondido a elDiario.es que “los criterios con los que envía las ofertas y su publicidad les corresponden al SEPE, que depende del Ministerio de Trabajo y Economía Social”. Asimismo, han añadido que “la Consejería de Educación exige a los candidatos que preselecciona el SEPE los mismos requisitos de acceso y se aplica el mismo baremo que a los integrantes de la bolsa de empleo”, aunque no especifican a qué bolsa de empleo se refieren, ya que no existe tal para las enfermeras escolares. La Consejería no ha explicado por qué no es pública la baremación de las candidatas ni el listado final de las puntuaciones, cuántos colegios se han quedado desiertos en esta convocatoria ni por qué han realizado el proceso con tanta celeridad.
De la opacidad a la ansiedad
Nuria Fons era la enfermera escolar del colegio Antonio Hernández de Móstoles. “Yo estaba como demandante de empleo en el SEPE desde el 2 de julio y no he recibido la oferta de empleo, así que que me expliquen qué criterios han seguido para comunicársela a unas personas y a otras no”, comienza su queja. A día de hoy, tampoco saben cuántas enfermeras escolares han sido perjudicadas por este proceso. “Aquí huele todo muy raro. Ni siquiera las compañeras a las que sí han baremado saben con qué criterios lo han hecho, ni tampoco saben por qué unas han elegido plaza antes que otras porque no se conoce el listado final”, añade.
Esta enfermera afirma a sus 42 años que la incertidumbre está afectando en su día a día. “En teoría estoy en mis vacaciones y lo único que hago es darle vueltas a la cabeza sobre qué será de mí en septiembre. La opacidad se ha convertido en una ansiedad que no nos deja tranquilas”, se explaya.
Similar es lo que piensa Isabel Díez, que a sus 48 años ha trabajado como enfermera escolar cinco cursos en un instituto de La Cabrera para recalar el último en una escuela infantil de Tres Cantos. “Yo tampoco he recibido ese correo del SEPE a principios de julio. Este proceso se solía hacer en agosto, cuando todas estábamos como demandantes de empleo y en igualdad de oportunidades”, sostiene.
Con seis años de experiencia, Díez ya tenía en mente dejar este sector. “Me gusta mucho y me veo con mucha capacidad, pero el planteamiento que tiene de ello la Comunidad de Madrid me desanima muchísimo. Ya estaba abierta a otras cosas, y ahora más”, sostiene. Sus palabras siguen la misma estela que las de sus compañeras: “Denuncio la falta de transparencia en este proceso. Ya han tenido muchos años de enfermería escolar como para no haber sacado una bolsa bien reglada y con criterios claros”.
Estudian impugnar el proceso
Otra enfermera perjudicada por el sistema de elección de plaza que lleva siete años en el mismo colegio de Getafe afirma que ya están estudiando la forma de denunciar lo sucedido en los juzgados. Ella, que prefiere mantenerse en el anonimato, admite que incluso compañeras que sí han podido elegir destino se sumarán a la impugnación, ya que tampoco conocen los criterios que les han llevado a ocupar un puesto u otro en la lista.
Esta enfermera con nueve años de experiencia en centros educativos cifra en unos 1.800 euros el salario medio de una profesional de su categoría. “Este es el sustento principal de mi familia y ahora mismo no tengo fuerzas ni de mirar si el colegio en el que estaba ha quedado libre”, agrega, con cierta desesperación. Han sido las demás enfermeras las que han trabajado en un listado en el que han tachado qué colegios iban eligiendo aquellas que sí han tenido opción a ello, aunque no se trata de un listado oficial.