
Xenófobos sin careta y xenófobos anónimos
Vox es un partido xenófobo. En su Jumilla, como en su España, solo caben ellos y los que asuman que aquí mandan ellos. El PP se ha apuntado a xenófobos anónimos. Ellos no prohíben nada a nadie. En realidad, nos lo prohíben a todos, pero sólo afecta a quienes lo hacían, así que no hay de qué preocuparse porque cuando nos afecte a nosotros ya será demasiado tarde
PP y Vox prohíben celebrar actos islámicos en espacios públicos en el municipio murciano de Jumilla
Existe algo aún más temible y destructivo que la xenofobia. Se trata de la xenofobia anónima; esa que no se reconoce, no tiene nombre o cara e incluso se niega a sí misma. El xenófobo no se esconde, no se disfraza, sabe lo que quiere y lo dice. Sus acciones siempre van contra alguien y tienen el objetivo claro de acabar con ese alguien. Resulta fácil de identificar. Uno sabe lo que tiene en frente.
Los xenófobos anónimos, en cambio, se indignan cuando se les reconoce y se ofenden cuando se les demandan explicaciones por sus acciones porque ellos están de nuestro lado. El xenófobo anónimo nunca se identifica, nunca está contra algo o alguien. Siempre están a favor de todos y, por eso, en beneficio de todos, prohíben algo que, sintiéndolo mucho, afecta a unos cuantos. Es xenofobia de interés general. Sus acciones nunca van contra nadie en general porque la discriminación se convierte en el principio y la norma; salvo las excepciones que el propio xenófobo anónimo se reserva para sí mismo. Por supuesto, nunca se meten en política y lo que más les disgusta es que las cosas se politicen.
Vox es un partido xenófobo. Sus votantes también, aunque la mayoría se apunten al anonimato. Su campaña de mociones municipales para prohibir y perseguir las fiestas islámicas en los espacios públicos no se esconde, no niega qué es y qué pretende. Su filosofía es sencilla y bien fácil de entender: España es lo que decimos nosotros y si no te gusta, te jodes, te vas o te echamos. Jumilla es lo que el concejal Vox dice que es y en su Jumilla, como en su España, solo caben ellos y los que asuman que aquí mandan ellos.
Si a una generación le avisas durante años que va a vivir peor que sus padres, no resulta muy complicado atraerla después a la conclusión de que todos sus problemas se deben a los que vienen de fuera, a los que no estaban cuando -supuestamente- sus padres tenía su edad, tenían un trabajo fijo y ya pensaban en comprarse una segunda casa; cuando ser español era un trabajo bien pagado. La solución sale a todos sus problemas sale sola: echarlos.
El PP se ha apuntado a xenófobos anónimos. Ellos no prohíben nada a nadie. En realidad, nos lo prohíben a todos, pero solo afecta a quienes lo hacían, así que no hay de qué preocuparse porque cuando nos afecte a nosotros ya será demasiado tarde. Nada de xenofobia, sostienen; en realidad, todo lo contrario. En el PP lo que no quieren es que se siga mezclando el deporte con la política y que se usen las instalaciones públicas para fines que no sean claramente españoles. No es xenofobia, es amor por el deporte. No es xenofobia, es eficacia en la gestión. No es xenofobia, es igualdad. No es xenofobia, es nuestra tradición. No es xenofobia, son las costumbres de toda la vida.
Desde el PP, siempre a la vanguardia de la innovación jurídica, se nos propone una nueva lectura de la Constitución del 78: la españolidad constitucional; un nuevo principio de legalidad donde, además de ser legal, ha de ser español; un nuevo principio de igualdad donde todos somos iguales ante la ley, pero los españoles primero. Lejos de confrontar el discurso xenófobo, lo legitiman y lo blanquean con una versión donde la xenofobia declarada se vuelve anónima e impersonal para tratar de quedarse con su hipotético rédito electoral y, de paso, asegurar la mayoría que les permite gobernar donde toque.
Acusan a Pedro Sánchez de vender España por dormir un día más en la Moncloa mientras venden su alma por una alcaldía en Murcia. Estamos a un paso de que unos y otros empiecen a reivindicar que se acabe con la discriminación y la persecución de los españoles y todo lo español. España first.