
El techo de África en bicicleta adaptada: la increíble gesta de Mix Manresa en el Kilimanjaro
El geógrafo y aventurero mallorquín, que sufre una paraplejia, está a punto de escribir su nombre en la historia: será el primero en España —y el quinto en el mundo— en desafiar y conquistar la imponente cima en ‘handbike’
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Mix Manresa (Palma, 1967) sonríe con serenidad mientras saluda a los transeúntes que se cruzan en su camino. Viste una camiseta gris que proclama “Es Trenc is my family”. Más que una simple frase, es una declaración de amor a la icónica playa mallorquina que representa sus raíces, su refugio y su compromiso con el entorno. Esa conexión con la vida y con su tierra cobra un sentido aún más profundo cuando se conoce su historia: hace más de treinta años, el 11 de mayo de 1992, un disparo fortuito de un vigilante de seguridad —más imprudente que gracioso— le atravesó el cuerpo. La bala le destrozó la arteria subclavia, le perforó ambos pulmones y le hizo perder más de cuatro litros de sangre. Sobrevivió de milagro. Pasó veinticinco días en la UCI y once meses ingresado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Desde entonces, vive en silla de ruedas, con una paraplejia que, a pesar de todo, no ha conseguido frenar su espíritu ni su amor por la vida.
Y es que aquel proyectil no detuvo a este geógrafo de profesión y aventurero de corazón; al contrario, lo impulsó a vivir con más fuerza. Mix ha recorrido medio mundo en handbike, kayak o furgoneta, explorando lugares tan dispares como Cuba, Camboya, Islandia, Nueva Zelanda, India o Japón. Ha cruzado ríos, selvas y volcanes imponentes, desafiando los límites de la movilidad con una determinación inquebrantable. Ahora, ya jubilado como geógrafo, se prepara para su próximo gran reto: conquistar el techo de África, el Kilimanjaro, sus casi 5.900 metros de altitud, en bicicleta adaptada. Este nuevo objetivo no lo hace solo por él, sino para inspirar al mundo. “No he parado de recibir durante toda mi vida; ahora estoy para dar”, afirma con convicción mientras habla de su amor por la vida, su compromiso con el medio ambiente y su deseo profundo de contribuir y dejar huella.
‘Hatua’: paso, avance, progreso
Mix lo hará sin oxígeno. Sin excusas. Sin miedo. Su desafío tiene nombre: Hatua, una palabra suajili que significa “paso, avance, progreso”. Y eso es exactamente lo que representa: un avance valiente hacia lo que a priori parece imposible. El próximo 6 de septiembre iniciará la ascensión al Kilimanjaro acompañado por un equipo de treinta personas, entre ellos una médico (Mireia Vicente, del EURAC), una enfermera (Raquel Serra, del Hospital Nuestra Señora de Meritxell de Andorra), dos operadores de cámaras (Josep Payeras y Eduard C. Manresa), un guía (David Casajuana), un cocinero y veinticuatro porteadores —cada uno limitado a cargar un máximo de 15 kilos, según la normativa reciente—. Será un ascenso con ciencia, corazón y determinación. Un paso tras otro, como pocos se han atrevido a dar.
Una de las sesiones preparatorias de Mix.
Siete días, mil metros de desnivel y un reto extremo
El plan de ascenso que Mix y su equipo han trazado contempla siete días de travesía —o de rodadura, en su caso— con jornadas de unas siete horas diarias, excepto el último día, que se alargará hasta las nueve. En comparación con el tiempo que tardaría una persona a pie, el mallorquín dedicará dos horas más por jornada, empujando su bicicleta adaptada en un entorno extremo. La ruta incluye etapas de solo cinco kilómetros y otras de hasta doce, pero la distancia no refleja la dificultad real: los desniveles pueden alcanzar los mil metros, lo que convierte cada tramo en una auténtica prueba de resistencia física y mental. Saldrán desde Moshi, a los pies del Kilimanjaro, siguiendo la ruta Marangu, la más larga, pero con menor pendiente y con refugios.
Los dos primeros días de ruta transcurrirán por pista, ya que la zona tropical en la base de este pico puede sorprender con lluvias intensas. A partir del tercer día, el paisaje cambia drásticamente: comienza la región volcánica, donde el terreno se vuelve más inestable, con grava suelta que complica cada movimiento. “El suelo patina, te hundes y todo se ralentiza”, apostilla Mix.
Cuando alcance la cima, el mallorquín será el primer español en lograrlo, el tercero de Europa y apenas el quinto en el mundo en alcanzar la cima del continente africano en handbike. Lo hará sobre una montura con tracción a las cuatro ruedas y un desarrollo mecánico pensado para escalar como una cabra de montaña: plato 22 y piñón 42, lo que Mix define como “molinillo total para trepar”. La bicicleta, adquirida de segunda mano, se encuentra estos días en Valencia, donde se está terminando de ajustar para afrontar la mayor aventura de su vida.
Mix escalará el Kilimanjaro sobre una montura con tracción a las cuatro ruedas y un desarrollo mecánico pensado para escalar como una cabra de montaña
Mix rueda en bajada por la Serra de Tramuntana.
Prueba extrema en laboratorio: poner el cuerpo al límite
Mix Manresa habla para elDiario.es recién aterrizado de Bolzano, en el norte de Italia, tras haberse sometido a un intenso y exigente proceso de simulación en el EURAC, el prestigioso organismo europeo especializado en el estudio de la fisiología humana en condiciones climáticas extremas. En este entorno controlado —capaz de recrear desde temperaturas de -60 °C hasta +60 °C, vientos huracanados de 300 km/h o altitudes de hasta 10.000 metros— un equipo multidisciplinar formado por médicos, neurólogos, psicólogos, fisiólogos y nutricionistas ha llevado el cuerpo de Mix al límite durante varios días, para estudiar su capacidad de adaptación al esfuerzo y a la altitud. “Hubo un momento en que mi saturación de oxígeno cayó al 70% y el corazón se me disparó a 175 pulsaciones. Pero en menos de un minuto, ya estaba saturando al 100%”, cuenta.
La conexión con este prestigioso centro surgió a través del doctor Enric Subirats, médico de montaña y director de la Cátedra de Medicina de Montaña, Medio Natural y Simulación Clínica de la Universidad de Girona, institución que mantiene una estrecha colaboración con el EURAC. Cuando Mix le escribió por primera vez para pedirle información sobre ascensos a este pico, Subirats no lo dudó ni un instante. Le respondió de inmediato con una frase que lo decía todo: “De aquí tiene que salir un paper (comunicación científica). ¡Esto es fascinante!”. Y así fue cómo el reto deportivo de Manresa empezó también a convertirse en una valiosa experiencia científica. Y es que este viaje no es solo una proeza física, sino también un experimento científico de alto nivel.
“Por muy fuerte que esté de brazos, al final estoy moviendo cadenas musculares muy pequeñas. Y eso, en altura, es un auténtico infierno”, añade Mix, mientras rememora algunas de sus salidas en Mallorca más livianas, como sus ascensos al Castillo de Santueri al amanecer, sus jornadas de cinco horas comenzando a las seis de la mañana — “porque con el calor, simplemente te fundes— y recorridos con desniveles traicioneros que se vuelven resbaladizos cuando llueve. Siempre solo. Completamente solo. ”Nadie quiere acompañarme a las seis de la mañana“, comenta entre risas este avezado aventurero con la complicidad de quien ya está acostumbrado a abrir camino sin esperar compañía.
Por muy fuerte que esté de brazos, al final estoy moviendo cadenas musculares muy pequeñas. Y eso, en altura, es un auténtico infierno
Mix rueda por debajo de uno de los arcos de la muralla de Palma.
Sierra Nevada, última parada antes del Kilimanjaro
Antes de emprender el reto acaso más grande de su vida, Mix Manresa inicia este sábado una etapa crucial de preparación: tres intensas semanas de entrenamiento en altura en Sierra Nevada, un enclave idóneo para afinar cuerpo y mente antes del ascenso al Kilimanjaro. Durante este tiempo, vivirá y entrenará a 3.500 metros de altitud, en la carretera más alta de Europa accesible en bicicleta. “Es ahí, en la altura, donde realmente te transformas físicamente”, afirma convencido. La combinación de resistencia, adaptación y esfuerzo diario es clave para enfrentarse a los exigentes retos que le esperan en África. Toda la magnitud del proyecto —el despliegue mediático, la logística, los patrocinios, la grabación del documental— no pueden distraer al deportista de lo más importante: prepararse para resistir, ascender y conquistar el techo de África. Como bien le recordó hace unos días su preparador físico, el reconocido Joan Forcades —sí, el mismo que entrenó a Rafa Nadal—: “Mix, tú ahora estás para entrenar, comer y descansar bien”.
“Todo el mundo ha querido formar parte de este proyecto. Suma valores y emociona”, dice con entusiasmo Andrés López, productor de Leitmotiv, responsable junto a Bort Films (dirigida por Eduard C. Manresa) del documental en 4K Hatua, que se estrenará a finales de año. Ambas productoras están en conversaciones con TVE e IB3 con el objetivo de emitir un diario de etapa durante la ascensión al Kilimanjaro, prevista del 6 al 13 de septiembre.
“Mix tiene la capacidad de ayudar a mucha gente, es una persona de luz comprometida con el medio ambiente y con intención de ayudar a los más necesitados”, añade López, con una admiración que no esconde. Asimismo comenta: “Quiero que la gente vea de lo que es capaz de hacer; que ha superado un montón de barreras. Es un modelo de inspiración para mucha gente y, ahora, con el estudio médico de resistencia para una persona con lesiones medulares sometida a altura como el que se va a hacer de él y que vamos a reflejar en el documental, pues también será muy interesante ese análisis”.
Mix es una persona de luz comprometida con el medio ambiente y con intención de ayudar a los más necesitados. Quiero que la gente vea de lo que es capaz de hacer; que ha superado un montón de barreras. Es un modelo de inspiración para mucha gente
Por otra parte, Mix también ha pedido consejo y asesoramiento a otros cuatro compañeros que como él van en bicicleta adaptada y han ascendido el Kilimanjaro. Como a Sebastián Carrasco, Zuko, que se quedó en silla tras una caída alpina, o a la inglesa Karen Darke, una chica que vive a caballo entre Mallorca y Escocia, con lesión medular y en silla de ruedas, quien también subió la cumbre y recomendó al aventurero mallorquín que vigilara la hinchazón de las piernas durante el ascenso.
Póster presentación del documental del ascenso.
Ola de colaboración
Desde el primer momento, este proyecto ha despertado una ola de apoyo y admiración. Son muchos los que han querido formar parte de esta aventura histórica y eso se refleja en el gran número de empresas que se han volcado como patrocinadores. HM Hotels, Foracorda, Almacenes Femenías, Cantabria Labs y Megabar son solo algunos de los nombres que han apostado por este reto deportivo y sobre todo de superación.
La alimentación de Mix Manresa durante el tiempo que esté en movimiento incluirá barritas ecológicas de MegaBar (empresa de Lloseta) y cinco litros de líquidos diarios, con hidratación cada veinte minutos, que ayudará también en el mal de altura. Asimismo, vestirá con capas térmicas y será monitorizado por la enfermera Raquel Serra, que deberá controlar sus pies por riesgo de congelación en la última fase de subida. El proyecto, parcialmente financiado por crowdfunding y que se puede encontrar en GoFundMe Hatua Handbike Project, necesita todavía 1.000 euros para permisos de dron. Por su parte, los treinta integrantes del ascenso calzarán deportivas de la marca Normal, la firma del ultrarunner Kilian Jornet, quien ostenta el récord de ascenso y descenso del Kilimanjaro en 7 horas y 14 minutos.
Mix Manresa, en la entrada del hotel HM Jaime III, uno de los patrocinadores del proyecto.
Dicho esto, esta historia no es solo la de un deportista que quiere alcanzar la cima del Kilimanjaro. Es, por encima de todo, el relato de cualquiera que alguna vez se ha sentido limitado, roto o vulnerable y aun así ha decidido seguir adelante. Paso a paso. Con miedo, con dudas, con dolor, pero también con convicción. Hatua a Hatua, como reza el título de esta proeza.