
Cuatro mociones de censura con tránsfugas en tres semanas agitan la política local en Galicia
En Touro (A Coruña), el PP local acepta medidas contra un proyecto minero que la Xunta considera estratégico a cambio de acceder a la alcaldía
El PP se hará con la Alcaldía de Fisterra con una moción de censura apoyada por un edil tránsfuga de Alternativa dos Veciños
En un plazo de tres semanas, van a ser cuatro las alcaldías que cambien de manos en Galicia con el voto de un edil tránsfuga. Dos de las mociones de censura presentadas han prosperado ya. Son las de Forcarei (Pontevedra), en donde el PP se ha hecho con el bastón de mando, y la de Noia (A Coruña), en donde el nuevo regidor es el socialista Francisco Pérez Caamaño. Este martes se debate la que más suspicacias ha levantado, la de Touro (A Coruña), que implica un cambio de postura en el PP sobre un proyecto minero. El 19 será el turno de la de Fisterra, que también colocará como alcalde a un miembro de la formación conservadora.
Todas estas mociones incluyen a un edil tránsfuga. Lo hacen tras el fallo del Tribunal Constitucional del pasado mes de junio que modificó la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) para eliminar un punto que impedía que las mociones pudiesen prosperar si dependían del voto de alguien que había concurrido a las elecciones en la misma lista que el alcalde al que se pretende sustituir. El efecto fue inmediato en el mapa local gallego, con cuatro movimientos que implican el apoyo de tránsfugas. Tres de ellos dan la alcaldía al PP y uno, al PSOE.
El presidente de la Xunta y de los populares gallegos, Alfonso Rueda, ha defendido estas mociones. “Hubo una sentencia que cambió las reglas del juego. Lo que antes no era viable, ahora sí, y esto podía producir movimientos”, defendió tras la última reunión de su gabinete antes del parón estival. Dirigió también unas palabras a los socialistas: “Lo que no voy a hacer es criticar que otros utilicen lo que nosotros estamos utilizando”.
Solo mes y medio después del aval del Constitucional, la primera de estas cuatro mociones de censura provocó un cambio en la Alcaldía de Forcarei el 31 de julio. Belén Cachafeiro, del PP, volvió al cargo con el apoyo de Rafael Fiestras, un concejal que fue elegido por el PSOE en 2023, aunque después fue expulsado del gobierno local, dirigido estos dos años por la socialista Verónica Pichel.
También prosperó la moción presentada en Noia. Este lunes, el socialista Francisco Pérez Caamaño fue elegido alcalde en sustitución de Santiago Freire (PP). Lo hizo gracias al apoyo del BNG, Marea Cidadá y el edil no adscrito Luis Alamancos. Freire gobernaba en minoría junto al partido N.O.I.A. desde que Alamancos salió del grupo del PP, el partido con el que había concurrido a las municipales de 2023.
Otra alcaldía para el PP, pero con “cambio de enfoque”
La moción de censura planteada en Touro es la que ha levantado más polvareda. En este municipio coruñés gobierna Movemento Veciñal con el apoyo del único edil de Partido Galego. Y va a ser un concejal no adscrito, Darío Rey, que formó parte del gobierno de Movemento Veciñal, el que dé ahora la alcaldía al PP. A cambio de su voto, Rey, que rechaza entrar en el nuevo gobierno, pidió a los populares una serie de compromisos sobre la mina que la empresa Cobre San Rafael quiere reactivar en el municipio.
El proyecto fue tumbado en 2020 por la Xunta, en medio de una fuerte contestación social, por no superar el trámite ambiental. La empresa reformuló su iniciativa y volvió a tramitarla. En 2024 el Gobierno gallego, dirigido por Alfonso Rueda (PP), la declaró proyecto industrial estratégico.
El acuerdo firmado para el cambio de alcaldía en Touro, al que ha tenido acceso esta redacción, establece que, en un plazo de dos meses, el Ayuntamiento se va a personar en todos los procesos judiciales relacionados con la mina. En una de las causas, la Fiscalía pide para los dueños de los terrenos dos años de cárcel por vertidos contaminantes. También indica que se contratará a una consultora para que elabore informes para aportarlos tanto a las causas judiciales como a posibles recursos administrativos.
Rey, activista contra la mina, justifica su apoyo a que gobierne el PP por estos compromisos que, sostiene, había adquirido el actual alcalde, Roberto Castro, pero no cumplió. El edil no adscrito acusa al regidor de inacción y pasividad, en especial, en lo que se refiere al proyecto extractivo.
El documento pactado con el PP califica de “cambio de enfoque” la postura del futuro gobierno con respecto a los anteriores. Recoge que el Ayuntamiento “no manifestará apoyo institucional al proyecto minero” en los dos años que faltan hasta las próximas elecciones locales. Tampoco firmará “convenios, acuerdos de colaboración ni compromisos económicos o institucionales con las empresas promotoras del proyecto minero”. Otro de los acuerdos es crear una comisión de medio ambiente, que presidirá Rey y en la que el PP se compromete a “no obstaculizar” las iniciativas que se presenten.
Fisterra
La lista de mociones de censura se cierra con la registrada en Fisterra (A Coruña) por los cinco concejales del PP, con el apoyo del edil díscolo de Alternativa dos Veciños (AV), Francisco Martínez Traba, para apartar de la alcaldía a Áurea Domínguez Sisto (AV). Será el popular Luis Insua quien se haga con el bastón de mando en el pleno convocado para el 19 de agosto.
La actividad concentrada en estas tres semanas estivales contrasta con el ritmo de presentación de mociones de censura en los dos años transcurridos de mandato desde las elecciones locales de 2023. En ese periodo se registraron en Galicia un total de cinco, dos de ellas en el municipio ourensano de O Irixo, que arrancó el mandato bajo los mandos del PP, pasó a tener una alcaldesa independiente y ahora está gobernado por el PSOE. En las de Outes (A Coruña) y Viveiro (Lugo) fue el PP quien se hizo con el bastón de mando, mientras que en Muxía (A Coruña) el alcalde es el independiente Javier Sar, elegido en una moción contra el PSOE que apoyaron PP y BNG.