
La Junta de Castilla y León descartó ante la Unesco que el cambio climático supusiera un peligro para Las Médulas
La Universidad de León alerta de que el incendio puede comprometer siglos de historia de sus canales romanos, un riesgo que el Gobierno regional negó en la última evaluación del organismo internacional
FOTOGALERIA: La desolación en Las Médulas tras los incendios forestales, en imágenes
La Unesco declaró Las Médulas como Patrimonio de la Humanidad en 1997 para preservar el paisaje único que dejó la mayor mina de oro a cielo abierto del Imperio Romano. Desde entonces, el organismo internacional ha evaluado periódicamente su estado de conservación con una serie de exhaustivos cuestionarios. En el último informe, de 2022, pregunta por los riesgos que pueden suponer para este territorio singular las consecuencias del cambio climático. La respuesta del patronato fue contundente: no son relevantes.
En el apartado 4.10.1 de su cuestionario, la Unesco pregunta cómo pueden afectar al territorio el cambio climático y los sucesos meteorológicos severos. Por ejemplo, grandes tormentas, inundaciones, sequías, desertificación, cambios en el nivel del mar y modificaciones de las temperaturas. Para todos ellos, la respuesta es siempre la misma: “not relevant” (no es relevante).
Ese afán de minimizar los posibles efectos de la crisis climática se estrella contra las trágicas postales que arroja hoy el paisaje de Las Médulas, arrasado por un voraz incendio que quemó las zonas más visitadas, incluyendo el Aula Arqueológica y varios miradores, además de innumerables castaños centenarios. Pero las consecuencias del fuego desatado el pasado sábado pueden ser incluso peores.
Este miércoles, la Universidad de León advertía de que el choque térmico y la pérdida de vegetación provocados por el incendio podrían condicionar el futuro y la preservación de numerosos tramos de la red hidráulica romana, “que podrían quedar destruidos o cubiertos”.
Además, los geólogos de la ULE insisten en la idea de que no se trabajó adecuadamente en prever una situación como esta, y señalan que “la falta de un estudio previo de vulnerabilidad impedirá determinar el impacto real de las llamas”.
A pesar de las respuestas negativas del patronato a las preguntas de la Unesco, el Plan de Adecuación y Usos de Las Médulas elaborado en 2011 –ahora ya derogado– incluía en el capítulo Estado de conservación y evolución futura que “los incendios forestales constituyen un factor de degradación importante” y que debían ser “objeto de atención preferente para articular las medidas de prevención oportunas”.
Vista de una paraje quemado desde del Mirador de Orellán, una de las infraestructuras afectadas por el incendio en Las Médulas, Orellán y Carucedo, este miércoles. EFE/Ana F. Barredo
“Un material muy sensible”
El profesor de la Escuela de Minas de la Universidad de León, Javier Fernández Lozano, explica que el choque térmico producido por el fuego puede generar cambios físicoquímicos en las pizarras sobre las que se construyeron los canales romanos, un material sensible a la alteración. A ello se suma la pérdida de una vegetación que durante dos milenios ha cumplido una doble función: preservar la infraestructura y proteger las laderas.
“Sin esa cobertura y coincidiendo con las primeras lluvias torrenciales del otoño, el terreno queda expuesto a procesos de escorrentía superficial y desestabilización de las laderas, especialmente escarpadas en la zona de La Cabrera, condicionando el futuro y la preservación de numerosos tramos de la red hidráulica romana, que podrían quedar cubiertos o destruidos”, remarca Fernández Lozano.
Sin embargo, el mismo día que los científicos lanzaban estas advertencias, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco afirmaba en una entrevista en La Sexta que Las Médulas estarán “igual o mejor dentro de unos meses”.
Ante lo que califica de “delicada situación”, la Universidad, a través del grupo de investigación GeoInca, pone a disposición tecnología, medios técnicos y personal especializado para realizar un análisis de los daños e intentar minimizarlos de cara a la conservación de las infraestructuras.
Error de evaluación y de prevención
Una de las consecuencias más evidentes del calentamiento global es el empeoramiento del peligro de los incendios forestales. El calor extremo, unido a la caída de humedad y los fuertes vientos, están detrás de la proliferación de los llamados incendios de sexta generación que, en muchas ocasiones, sobrepasan la capacidad de los equipos de extinción, como el propio Fernández Mañueco ha declarado que ocurrió en el paraje leonés Patrimonio Mundial.
De hecho, la frecuencia e intensidad de los incendios extremos se han duplicado en el mundo en los últimos 20 años. Precisamente, una sequía flash está detrás de la ola de incendios simultáneos que atraviesa España, entre ellos, el fuego que ha carbonizado Las Médulas. Esas sequías repentinas, cada vez más habituales por el calentamiento global, desecan rápidamente la vegetación y absorben la humedad del suelo lo que crea las condiciones necesarias para que una ignición cualquiera desate un incendio de grandes dimensiones.
Fernández Lozano recuerda que desde la ULE ya planteó a la Junta de Castilla y León la conveniencia de realizar un estudio de vulnerabilidad de toda la red, que habría permitido contar con un diagnóstico previo de su estado. Un estudio que ahora, recuerda Fernández Lozano, hubiera sido clave para determinar el impacto del fuego.
“La última vez que yo estuve por allí, y fue hace no mucho, aquello parecía una selva. Tendrían que haberse hecho podas con antelación”, dice el antiguo arqueólogo del CSIC Javier Sánchez-Palencia, que lideró los trabajos que dieron como resultado la declaración del antiguo yacimiento de oro romano como Patrimonio de la Humanidad en 1997.
El arqueólogo echa en falta medidas de prevención ya implícitas en el informe de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que dio pie a la declaración como Patrimonio de la Humanidad, un documento que hablaba de la necesidad de contar con “suficientes medios humanos y técnicos”.