Palencia ve cómo se queman sus zonas oseras, con incertidumbre sobre cómo quedará el ecosistema

Palencia ve cómo se queman sus zonas oseras, con incertidumbre sobre cómo quedará el ecosistema

Unas 2.000 hectáreas en el corazón de la Montaña Palentina se queman el mismo año en que celebra su 25 aniversario de su declaración de espacio protegido

El incendio de Zamora-León apunta a las 37.000 hectáreas calcinadas: el peor de España desde que hay registros

Si de algo presume Palencia, es de su Montaña Palentina. Es uno de sus símbolos, fuente de orgullo: su oso pardo. Y uno de sus grandes parajes está ardiendo: el corazón del Parque Natural, reserva de la biodiversidad y zona protegida por su alto valor ecológico. La Junta de Castilla y León aún no ha facilitado los datos relativos a la superficie afectada, aunque el satélite de la UE Copernicus calcula que hay unas 1.781 hectáreas. Son datos aún provisionales, pero sí preocupan a los vecinos de la comarca, que temen que se quemen los espacios naturales por los que suelen habitar los osos.

“Por lo que parece, la zona afectada es la que utilizan los osos con sus crías, los animales subadultos de 3 o 4 años y los machos. Es decir, zonas que son hábitat de alimentación durante el verano, zonas de apareamiento y de refugio. Es una de las zonas de más alta calidad, que está bien conservada y que además tiene un alto valor turístico, explica el investigador del CSIC Eloy Revilla, que trabaja en un proyecto de la Montaña Palentina y también dirige la Estación Biológica de Doñana. ”Es una zona de gran interés de conservación de la biodiversidad, una de las zonas de hibernada, que quedará desprotegida de vegetación y ahora el oso tendrá que buscar otras zonas o quedar desprotegido. Y la zona tardará años en recuperar el estado que tiene ahora“, defiende un agente medioambiental que ha trabajado durante años en la Montaña Palentina.

Begoña Almeida, personal de campo de la Fundación Oso Pardo, pone el foco en la posible pérdida de alimento y refugio de los osos. “Se está quemando la zona osera dentro del parque, unas áreas muy críticas”, afirma. Almeida, que rastrea ejemplares y se dedica a la educación ambiental, no cree que los osos vayan a abandonar el parque natural, pero sí alerta de las posibles repercusiones que puede tener la pérdida de hábitat, que fuerce al movimiento de los osos.

En la misma línea se pronuncia Ecologistas en Acción: “Es una zona muy importante para la fauna silvestre y esto les va a afectar muy negativamente de cara al próximo invierno por falta de refugio y alimentación y se desplazarán a otras zonas, que a lo mejor están ocupadas por otros ejemplares de osos o grupos familiares de lobos u otras especies que puedan estar criando como las rapaces”.

El alcalde de Cervera de Pisuerga, Jorge Ibáñez, teme que el fuego haya llegado incluso al Valle de Pineda, un paisaje “casi virgen, con muchos lugares sin explotación turística, con espacios muy extensos, aislados y bien conservados”, según expone la Carta Europea de Turismo Sostenible. A última hora del miércoles, fuentes del servicio de extinción de incendios confirmaban que el fuego había afectado al valle. Los turnos de trabajo se alargan, como en otras partes de la Comunidad —asediada por una oleada de incendios simultáneos—, y en ocasiones el avituallamiento no llega en tiempo por el difícil acceso que supone. El fuego ha bajado hasta el río Araúz, aunque todavía se está trabajando en la zona.


El Valle de Pineda, en la Montaña Palentina, en llamas a última hora del miércoles.

Dentro de la Montaña Palentina se encuentra la Reserva de Caza Fuentes Carrionas, a la que Ecologistas en Acción presta especial atención: “La Junta de Castilla y León gestiona la reserva. El 15 de septiembre empieza la berrea y habrá que ver si la Junta de Castilla y León mantiene los cupos de caza o si los modifica”, advierte el presidente de la asociación, Alberto Fuentes. En el último plan de caza presentado, se contemplaban diversos cupos para recechos de rebeco, ciervo y jabalí, monterías de ciervas y cacerías de cabra montesa, perdiz roja y becada.

El agente medioambiental consultado para este reportaje explica que las labores preventivas también son complejas de abordar. “A veces nos vemos limitados por un enfoque conservacionista mal entendido, hay que hacer desbroecs y cortafuergos aunque impacten muchísimo visualmente en la zona, pero hay que bajar el combustible y la vegetación para tener alguna ventaja ante el fuego”, reivindica.

Se desconoce el origen del fuego

El primer aviso se recibió el domingo sobre las once de la mañana en Resoba, una localidad de Cervera de Pisuerga, la cabecera de comarca que está a los pies de la Reserva Natural. Dos días después se activó el nivel de riesgo máximo por la evolución de las llamas y su proximidad a núcleos habitados. Todavía se desconoce el origen del incendio, aunque se baraja que fuera provocado por algún rayo. “Al principio no había accesos por tierra al incendio, que se inició en el Pico Carazo, a más de 2.000 metros de altitud. El personal de tierra a lo mejor necesitaba andar una hora a pie con deniveles de 400 metros para poder acceder al fuego. Y en la noche del domingo al lunes, el fuego avanzó como que si fuese de día por la alta temperatura y los cambios del viento”, explica un agente medioambiental que ha trabajado el fin de semana en el operativo.

Este martes fue necesario evacuar la Abadía de Lebanza y a confinar a los vecinos de El Campo y Lebanza, donde residen unas 50 personas. Cervera de Pisuerga tiene, en cualquier caso, un polideportivo habilitado por si fuera necesaria la evacuación de los vecinos de los pueblos aledaños a la reserva.

El de 2025 es el peor incendio que se recuerda en años. Ibáñez explica a elDiario.es que su padre, agente forestal, recuerda otro incendio hace muchos años que duró ocho días y quemó 7.000 hectáreas, algo que espera que no se repita esta vez. El agente medioambiental con el que ha hablado este medio, que lleva más de 30 años en la profesión y en la provincia, no recuerda un incendio de estas dimensiones.

En la intervención han llegado a participar 83 medios de extinción de incendios, con 32 agentes medioambientales y 12 helicópteros e hidroaviones de manera simultánea. A última hora del miércoles, los servicios de extinción que trabajaban en ese momento no tenían cobertura para poder atender a elDiario.es, puesto que solo podían comunicarse con el centro de mando a través de la radio y solo tienen cobertura móvil cuando subían a algún punto concreto, a veces solo con sus teléfonos personales.


Visual del satélite Copernicus del incendio de la Montaña Palentina.

Muy difícil saber cuántos osos afectados

“No sabemos aún la intensidad del fuego ni las ‘manchas’ que pueden quedar sin quemar, de momento es muy difícil saber cuántos osos se han podido ver afectados”, asegura el investigador del CSIC Eloy Revilla, que asegura que el hábitat en determinadas zonas se habrá perdido durante unos años, previsiblemente. “Los osos tienen bastante movilidad, entonces habrá muchos que se hayan desplazado, aunque no es descartable que algunos de ellos hayan muerto”, apostilla. De hecho, es difícil saber cuántos osos habitaban hasta ahora la Montaña Palentina. En la Cordillera Cantábrica, la Fundación Oso Pardo calcula que son unos 370, aunque se desconoce cuántos podían estar en el parque en el momento del incendio.

Hace solo unos días se celebraba el 25 aniversario del inicio de la protección del Parque Natural. En agosto del 2000, se catalogó como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y, pocos años después, como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona Especial de Conservación (ZEC). A pesar del foco mediático, el ecosistema va mucho más allá del oso. La Montaña Palentina también es el hábitat de 149 especies de aves (águila real, buitre leonado y halcón peregrino, entre otros), 66 de mamíferos (como el lobo o los ciervos), 18 de reptiles, 14 de anfibios, 9 de peces, según los informes oficiales sobre este espacio natural. Revilla pone el foco en las turberas y en las especies amenazadas que habitan allí, por ejemplo.

“Se va a generar un vacío ecológico importante”, añade el agente medioambiental que ha trabajado en la zona estos días. “No son solo las plantitas y los árboles, es todo el ecosistema. Los insectos están en la base de la cadena trófica y tardarán en volver, lo que anime a otras especies a ocupar ese espacio”, remata.


Un osezno, en una imagen de archivo.

De hecho, el presidente de Ecologistas en Acción de Palencia, Alberto Fuentes, espera que el impacto sobre el oso sea “menor” que en otras especies. El Parque también tiene la masa de sabinas más septentrional de Europa, superficies de pinar natural de pino silvestre y extensas tejadas, aunque aún se desconoce también qué ha sido afectado y qué no.

Almeida subraya la importancia que tiene el oso para la provincia. “Es una especie muy valorada y querida, es un emblema para la Montaña Palentina”, suscribe. Ecologistas en Acción, aunque es crítico con la monetización del Parque porque cree que no asienta población, sí considera que la Montaña Palentina es “un referente” para la provincia. Fuentes reconoce que ha habido una nueva tendencia en este aspecto: “Al oso antes no se le prestaba demasiada atención y ahora hay una cierta sensibilidad hacia el oso como especie emblemática y también el resto de especies”.