Defender el planeta después de la muerte: crecen los testamentos a favor de organizaciones medioambientales

Defender el planeta después de la muerte: crecen los testamentos a favor de organizaciones medioambientales

El piso, la plaza de garaje, el dinero que quede, a la protección del medio ambiente; este tipo de herencias crece tanto que algunas organizaciones ecologistas tienen departamentos enteros dedicados a este legado solidario

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José Pedregal dejará su piso de 60 metros cuadrados, la plaza de garaje y el dinero que quede de su pensión a dos organizaciones sin ánimo de lucro para perpetuar su apoyo a las causas que más le representan. Jubilado de su puesto de celador sanitario, casado y sin hijos, hace dos años decidió hacer el testamento solidario para donar su patrimonio a Greenpeace España y a Médicos del Mundo. Las imágenes de los buques de la organización ecologista impidiendo a los arponeros japoneses capturar ballenas le empujaron a hacerse socio cuando la organización empezaba en España. “Me sentía un poco identificado con ellos, pero no tenía el valor para meterme en eso. Así que, por lo menos, iba a dar dinero para ayudarles. Y hasta la fecha”, explica por teléfono desde su casa en Valencia.

Tenía preparado un testamento ordinario a favor de su esposa cuando conoció esta opción a través de la revista para socios. Tras pensarlo durante un año, decidió modificarlo para que, en ausencia de su mujer, su herencia se repartiera a partes iguales entre las dos ONG. “Estoy en deuda con el planeta que me ha ofrecido tanto y yo a cambio no doy nada más que esto, dinero, para que otros hagan mi trabajo. No es mucho, pero me siento mejor que si no hiciera nada”, comenta José. Su mujer Ángeles, también socia de Greenpeace España desde sus inicios, no solo estaba de acuerdo, también fue al notario con su marido para modificar su testamento.

Las cifras más recientes indican que en 2024 se registraron en España 691.224 testamentos unipersonales abiertos, el tipo más habitual. En los últimos diez años, el número de registros ha aumentado un 13,4%. “Hay una mayor conciencia de los ciudadanos de que no solo facilita las cosas a nuestros familiares cuando llega el momento, además es un documento que nos permite hacer uso de nuestra libertad, aunque tengamos límites, para decidir qué hacer con nuestro patrimonio en el futuro. También tengo la sensación de que la gente que hace testamento es cada vez más joven”, explica María Teresa Barea, portavoz del Consejo General del Notariado.

Se desconoce cuántos de estos testamentos son solidarios, pero la plataforma Haz Testamento Solidario, que reúne a 26 entidades no lucrativas humanitarias, médicas, infantiles y ambientales, sitúa en 54,4 millones de euros la recaudación de las organizaciones por esta vía en 2023, la última cifra disponible, lo que supone un incremento del 33% con respecto a 2022. A Leyre Ayastuy, portavoz de la plataforma, le gusta decir que “el testamento es un punto final y el solidario es un punto y seguido. O sea, que nada termina, todo continúa o incluso empieza. Cuando ya no estés, tu solidaridad puede seguir actuando”.

Frédérique R. también es testadora solidaria. Terapeuta canina, esta francesa de 62 años no tiene descendientes y ha nombrado como heredera universal de su “sencillo” piso en Castelldefels (Barcelona) a WWF España, la organización con la que colabora desde hace 40 años, primero en su país de origen y después aquí. “Para mí siempre ha sido fundamental la naturaleza. Si tienes familiares cercanos es lógico que quieras ayudarles. Yo no tengo esa conexión con los míos, pero he pensado que indirectamente, al cuidar del planeta, la biodiversidad… les estoy haciendo un regalo enorme. Porque si no hay un planeta saludable, da igual el dinero que tengamos en la cuenta”, confiesa por videollamada.


Cultivos denunciados por WWF por riego ilegal en la Corona Norte de Doñana.

Los testamentos son revocables y sustituibles tantas veces como el testador necesite para adaptarlos a las circunstancias vitales que se vayan presentando. Frédérique lo modificó un año después de firmarlo para dejarle a su pareja, mayor que ella, el uso y disfrute vitalicio de la vivienda en caso de fallecer ella primero. Su pareja le dijo que no hacía falta, pero ella, “por amor” y por los 20 años que llevan compartiendo ese hogar, lo quiso cambiar.

Es un compromiso a largo plazo. Desde que la persona se informa de las distintas causas, hasta que pone por escrito su voluntad y ésta se transforma en ayuda directa para las entidades, pueden pasar muchos años. Por ley, y exceptuando las diferencias en las comunidades autónomas que se rigen por derechos forales, si el testador no tiene herederos puede donar la totalidad del patrimonio a las causas que desee y, si hay herederos forzosos, es decir, hijos y descendientes, padres y ascendientes, y viudo/a, es el tercio de libre disposición el que se suele donar a las ONG en su totalidad o asignando un legado: un bien concreto, una cuantía o un porcentaje.

María Teresa Barea, del Consejo General del Notariado, recomienda que la persona acuda a la notaría “con las intenciones claras y dispuesta a sentarse con el notario para acomodar esa voluntad a la ley”. El trámite cuesta unos 50 euros y “es el más barato, con una diferencia abismal en todo el entorno europeo y fuera de Europa, precisamente para que nadie se vea excluido de hacerlo por motivos económicos”, explica.

Buena parte de la labor de visibilizar y sensibilizar sobre esta forma de colaboración consiste “en romper tabúes”, como dice la responsable de Legados y Donaciones Medias en Greenpeace España, Justine Huppert. Por ejemplo, no hay que tener un gran patrimonio. Los testamentos solidarios están exentos de impuestos, de manera que la cantidad donada se recibe íntegra. “Por poco que sea, ya tiene un impacto”, señala Huppert. Tampoco es cierto que perjudique a los herederos, continúa. “Es compatible cuidar a los seres queridos –su parte legítima está respetada– y hacer una contribución, que, por otro lado, muchas veces es motivo de orgullo para ellos”. Por último, hay un tabú cultural en torno al tema de la muerte todavía presente.

Hace 20 años, cuando Leyre Ayastuy empezaba a plantear esta forma de financiación a las entidades sin ánimo de lucro, identificaba ese tabú en las propias organizaciones. Pero asegura que hablar del testamento solidario es reflexionar sobre “los valores que nos importan, decidir cómo quieres que se te recuerde”. Y añade: “Muchas veces es una forma de educar a los que nos siguen, no solo a los hijos sino incluso a los nietos, sobre la importancia de ese valor de solidaridad y esas causas”.

El efecto Félix Rodríguez de la Fuente

WWF y Greenpeace empezaron recibiendo testamentos de forma reactiva y hace casi diez años comenzaron a comunicarlo. La otra gran organización veterana, SEO/BirdLife, ofrece esta posibilidad a través de un colectivo de abogados con el que colabora, pero no cuenta con un departamento propio dedicado a ello.

Bárbara Crespí, gestora de Legados y Grandes Donaciones en WWF España, confirma que se va notando una tendencia al alza de este tipo de donaciones que atribuye a diferentes factores: “Hay una mayor concienciación ambiental y más indignación por el uso de la naturaleza como una despensa de recursos. Por otro lado, cada vez hay más personas que han disfrutado de la naturaleza cuando eran pequeñas a las que les preocupa el futuro que van a tener sus hijos. Cada vez hay más gente mayor que vive sola con animales y estos les hacen preocuparse por la naturaleza. Y otro factor es Félix Rodríguez de la Fuente, que metió la vida natural en las casas de los españoles. Muchos niños de entonces están haciendo ahora su testamento”.

El perfil mayoritario del testador de causas ambientales es mujer y soltera de entre 46 y 60 años implicada como donante o voluntaria en alguna causa. Sin embargo, Ayastuy lleva midiendo datos desde 2008 y reconoce que la representación por género “cada vez se va equilibrando más”. La diferencia entre los solteros sin hijos, que representaban el 80%, y las personas que sí los tienen también se acorta. El hecho de que la mayor parte de los testadores no tenga descendencia explica por qué la vivienda es la donación más frecuente junto con dinero, aunque también hay quien dona joyas u otros bienes. Las comunidades autónomas más solidarias en este sentido son Catalunya, Madrid, Andalucía y País Vasco.

Hay una mayor concienciación ambiental y más indignación por el uso de la naturaleza como una despensa de recursos. Por otro lado, cada vez hay más personas que han disfrutado de la naturaleza cuando eran pequeñas a las que les preocupa el futuro que van a tener sus hijos.

Bárbara Crespí
Gestora de Legados y Grandes Donaciones en WWF España

Crespí añade la particularidad de que el 20% de sus testadores son extranjeros. “Gran parte vive en Madrid o Barcelona y, en general, las personas del norte de Europa que vienen a vivir a España cuentan con una conciencia ambiental más arraigada y se enamoran tanto de la naturaleza sin fronteras como del entorno más próximo”.

En este momento, cuentan con 147 testamentos sin abrir y los 27 que sí se han abierto y que suponen un porcentaje muy modesto del presupuesto total de WWF España, en torno al 2%. En Greenpeace, Justine Huppert esboza una situación similar. La contribución al presupuesto de los ecologistas es muy variable, desde el millón de euros que recibieron en 2018 hasta cuantías inferiores a los 10.000 euros otros años. Asegura que toda forma de aportación –tanto las cuotas de los socios como los donativos puntuales o los testamentos solidarios– es muy importante porque “nos permite hacer campañas de manera totalmente independiente, eso nos da mucho poder”. Para Huppert, lo que diferencia a los testamentos solidarios es “el compromiso máximo con la causa de Greenpeace. Para nosotros, cada herencia y cada legado es un motivo de orgullo, gratitud y gran responsabilidad porque detrás hay una voluntad de hacer cumplir y estar a la altura de sus deseos”.

Desgravaciones

Aquí aún se trata de una tendencia incipiente, pero en otros países europeos, como Países Bajos, está experimentando un importante crecimiento. Reino Unido es donde este canal de financiación alcanza las cuotas más altas. En 2024, las ONG recibieron la cifra récord de 4.500 millones de libras (5.300 millones de euros) en testamentos solidarios. El 21% de los donantes a causas mayores de 40 años son además testadores solidarios.

Lucinda Frostick, directora de la plataforma Remember a Charity, que engloba a 200 entidades para ayudarlas a promocionar el mercado de los legados, explica que “el 80% de las donaciones son cuantías de unas 4.500 libras, el resto son porcentajes del patrimonio, con una media de 65.000 libras por donación”. Dos diferencias importantes con respecto al sistema español y que incentivan a los testadores británicos son la desgravación en el Impuesto de Sucesiones al donar al menos el 10% del patrimonio y el hecho de que los propios abogados informan sobre la existencia del testamento solidario cuando se va a tramitar la escritura. En España, puntualiza la portavoz del Consejo General del Notariado, María Teresa Barea, “la misión del notario no es sugerir a quién dejar las cosas. La voluntad de la persona es sacrosanta”.

Las organizaciones médicas lideran el mercado británico de legados solidarios (38,6%) y la protección de animales es el segundo sector más apoyado (15,8%). “Lo que resulta muy interesante es que la conservación es una de las principales áreas de crecimiento de los últimos cinco años, en particular la protección ambiental. Aunque siempre haya un retraso entre decisión y formalización de esa ayuda, es fabuloso ver la variedad de causas reconocidas en organizaciones de distintos tamaños”, concluye Frostick.

Dar es tan antiguo como pedir. Leyre Ayastuy reflexiona sobre esto: “En España se llevan haciendo testamentos solidarios a la Iglesia toda la vida, lo que pasa es que no se llamaba así. La Iglesia tiene un captador en cada pueblo. ¿Por qué nos choca a las organizaciones que pidamos a nuestros fieles, que son la gente solidaria?”.