Los pueblos riojanos se llenan en verano y sus negocios «hacen el agosto» para aguantar el resto del año

Los pueblos riojanos se llenan en verano y sus negocios «hacen el agosto» para aguantar el resto del año

Algunos pueblos riojanos multiplican en agosto hasta por diez su población con veraneantes más que turistas. Con este fenómeno, los negocios locales aumentan sus ingresos y logran el impulso para manterner servicios esenciales todo el año

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Aunque el turismo rural en La Rioja se extiende durante todo el año, hay pueblos que se llenan durante los meses de verano, especialmente en agosto, y son destino de vacaciones de larga duración para muchas personas. Algunos pueblos riojanos han multiplicado en agosto hasta por diez su población, lo que pone sobre la mesa el reto de alcanzar el equilibrio entre el impacto negativo y positivo para lograr un turismo sostenible: mientras es necesario ampliar los recursos para la limpieza viaria y cuesta más aparcar, hay negocios para los que el verano es oxígeno para seguir dando servicio durante todo el año.

Muchas de las personas que eligen La Rioja para sus vacaciones son veraneantes más que turistas, esos que eligen cada año el mismo lugar, en muchas ocasiones pasando de padres a hijos. En el caso de Viniegra de Abajo, un pueblo enclavado en el Alto Najerilla, en mitad de la sierra. Allí, la mayoría de los veraneantes tienen raíces en el pueblo, son descendientes de personas que viven o vivieron en el municipio. Para el alcalde, Víctor Grandes, es importante superar esa barrera entre veraneantes y vecinos: “Yo les valoro igualmente sus opiniones y visiones de Viniegra, todos remamos por un mismo objetivo que es el pueblo”.


La terraza del bar de Viniegra de Abajo este domingo

Así, este enclave con pasado indiano es lugar estas semanas de reencuentros de amistades y de familias que no coinciden durante el resto del año. Este verano hay en Viniegra diez veces más de población, unas 500 personas frente a las 50 empadronadas, que son incluso más que las que realmente pasan todo el invierno allí. Este aumento supone cada verano hasta roturas de tuberías por el cambio de presión, hace necesario asegurar que los depósitos de agua se mantengan llenos y se amplía la recogida de basuras.

Pero estas semanas suponen también un impulso muy importante para los restaurantes y el bar, que no cierran ni por descanso semanal y amplían sus terrazas para ser testigo de todos esos reencuentros. “No dan abasto y tienen que ampliar su plantilla, es la parte con más ambiente de Viniegra siempre, pero más en verano”, dice Víctor Grandes. Además de la inyección económica, el alcalde subraya que el verano sirve “para dotar al pueblo de vida”. “La gente está disfrutona y se para el tiempo”.

Ezcaray y Casalarreina, destinos turísticos de La Rioja

Ezcaray es probablemente uno de los municipios riojanos con más turismo, la mayoría del vecino País Vasco y cada vez más de Madrid y Catalunya, pero también internacional. Aunque hay recursos que permiten desestacionalizar el turismo, como la estación de esquí de Valdezcaray, la micología, las rutas senderistas y la gastronomía, el verano es, sin duda, la temporada más alta. Sus algo más de 2.000 habitantes empadronados se multiplican en agosto hasta, según calcula su alcalde Diego Bengoa, los entre 16.000 y 20.000 habitantes, a los que hay que sumar aquellos que disfrutan del pueblo por el día pero no pernoctan. Las aldeas de Ezcaray también son destino turístico y llegan a multiplicar por 20 o 25 sus pequeñas poblaciones en agosto.


Imagen del festival gastronómico ‘Mama’ celebrado en agosto en Ezcaray

Bengoa subraya ese necesario equilibrio para que el turismo sea sostenible: “No cabe duda de que el impacto del turismo es positivo, en tanto que permite a muchas personas tener un trabajo y desarrollar su forma de vida, pero también hay un impacto negativo, porque si hay más gente, cuesta más circular por el pueblo, aparcar, hay que esperar más en los comercios…”. Ante ello, el Ayuntamiento trabaja “para que la gente que viene a disfrutar no perjudique a los que viven todo el año” y por ejemplo, se aumenta la plantilla de limpieza de calles y se adaptan los horarios.

En Ezcaray hay multitud de negocios relacionados con el turismo, como los de hostelería, las guías de naturaleza y deportes de aventura e incluso una empresa que limpia la casa, hace reparaciones o enciende la calefacción antes de que sus huéspedes o propietarios lleguen. Pero también hay otros gremios que ofrecen sus servicios todo el año a los vecinos y que en agosto “hacen caja” para aguantar cuando los visitantes se van, como comerciantes, que abren todos los días en verano o electricistas y fontaneros, con la agenda llena estas semanas.


Concurso de patatas a la riojana en Casalarreina

Casalarreina también está lleno en agosto. Hasta 8.000 habitantes se alcanzan en este pueblo de La Rioja Alta con un millar de personas empadronadas. Coincide su alcalde Félix Caperos en que la valoración es “en general, muy positiva”. Los establecimientos del municipio se encuentran estos días “a pleno pulmón”: “Es una brutalidad el esfuerzo que hace ahora la hostelería, lo que ayuda a que puedan sobrevivir durante el invierno”, señala. Aunque también en Casalarreina el turismo cada vez esta menos estacionalizado, el verano sigue siendo un “pico importante y los negocios hacen acopio de muchos ingresos”.

A pesar de ser un pueblo con un millar de habitantes, hay multitud de negocios: bares y restaurantes, un resort, una zona de turismo de autocaravanas, empresas de viajes en globo aerostático, una tienda especializada en café… También se nota la afluencia de gente en el mercadillo, que a Casalarreina llega dos veces por semana, los martes y sábados. “Los turistas que llegan comen en los restaurantes y compran en los supermercados”, celebra Caperos. También el Ayuntamiento tiene que adaptarse a estar aumento de población, especialmente con el refuerzo de la limpieza viaria, el servicio de ludoteca que supera los 50 participantes y también en la organización de actividades que se complementan con las de los municipios cercanos: “Ahora no hay un día libre”.

Los Cameros y el Alto Cidacos también crecen en población

La capital de los Cameros, Torrecilla, llega en agosto hasta los 3.500-4.000 habitantes en un pueblo con un censo de apenas 500. Este fenómeno no es nuevo, como indica su alcalde, Sergio Martínez, así que tienen “entrenamiento desde hace décadas”: la ludoteca aumenta de capacidad, se hacen contrataciones, se refuerza la limpieza… “Pero está muy interiorizado y no genera problemas”.

A pesar de que Torrecilla es un municipio pequeño cuenta con multitud de servicios, que se mantienen durante todo el año y el aumento de población de los meses de verano es “un empuje muy importante”. Por ello, Martínez hace una valoración “enormemente positiva” de lo que suponen las visitas de veraneantes para la economía local. Aunque también subraya la labor de quienes mantienen los negocios durante todo el año y en invierno “hacen una labor importantísima”. “Estos lugares de descanso puedan ofrecer estos servicios porque existe gente que cuida los pueblos, vive en ellos y mantiene los negocios. Eso en el mío es fundamental”, aplaude.


Verano en Arnedillo

En La Rioja Baja, el turismo termal es un reclamo para muchos de los pueblos y Arnedillo, donde existen unas pozas naturales de agua termal junto al río, es uno de los lugares que eligen más personas para pasar su verano, llegando a multiplicar por cinco su población. Con unos 400 habitantes, hay más de 600 plazas hoteleras. Hay un balneario, dos hoteles y más de una veintena de apartamentos turísticos, siete restaurantes, además de muchas segundas residencias. “Con todo, Arnedillo se llena en verano”, señala el alcalde Pedro Montalvo, la mayoría también de País Vasco, Madrid y Cataluña. “El verano significa un empuje porque en Arnedillo vivimos por y para el turismo”, y el alcalde reconoce que la afluencia turística, que continúa también durante el invierno, es la que permite a muchos negocios mantenerse y el verano es el momento en coger el impulso.

La vida vuelve al medio rural riojano en estas semanas de verano. Es momento de reencuentros, de compartir charla en los bares y comprar en las tiendas de pueblo. La Rioja es destino de vacaciones para muchos veraneantes, que repiten cada año destino, muchos incluso alojándose en su propia segunda residencia. Mientras, los negocios cogen impulso para pasar un invierno en el que cuesta más que salgan las cuentas. “Hacen el agosto” para poder mantener servicios que son más importantes todavía cuando todos se vayan.