
El secretario del Ayuntamiento advierte a Catalá: cambiar el acento en València va contra lo que dicta l’Estatut d’Autonomia
El máximo funcionario municipal recuerda que la normativa lingüística la fija la Acadèmia Valenciana de la Llengua, a quien no se ha consultado, por lo que el acuerdo «infringiría el ordenamiento jurídico»
Catalá se basa en las apócrifas normas lingüísticas del Puig para continuar con el cambio de nombre a València
“Entendemos que el acuerdo municipal se excede de las competencias legales que se le otorgan al municipio, ya que la normativa lingüística en la Comunitat Valenciana, la fija la Academia Valenciana de la Llengua (AVL), de conformidad con lo dispuesto en el artículo 41 del Estatut d’Autonomia”. Así de contundente se expresaba en septiembre de 2023 el secretario del Ayuntamiento de València, Hilari Llavador, en el informe remitido en relación con la propuesta impulsada por la alcaldesa, María José Catalá, para modificar el acento en el nombre de la capital valenciana de abierto ‘è’ a cerrado ‘é’: “Entendemos que el acuerdo en este punto infringiría el ordenamiento jurídico”.
El alto funcionario recuerda que es necesario recabar lo informes “justificativos y técnicos donde se razone adecuadamente el cambio que se propone”. A estos efectos, prosigue en lo que se refiere a lo que recoge el decreto, la documentación necesaria a incorporar en el expediente tramitado por la entidad local deberá incluir “un estudio técnico, suscrito por un experto en lingüística, en el que se expongan detalladamente los fundamentos históricos y lingüísticos del cambio de denominación del municipio propuesto”.
Es en este punto en el que se justifica el detallado informe solicitado a Abelard Saragossà, académico de la AVL que defiende ahora la propuesta de la alcaldesa, al contrario de lo que hizo hace 27 años en una publicación del boletín de la Societat Onomàstica. Sin embargo, y también contrariamente a lo que se hizo en 2016, cuando el Gobierno municipal de Compromís y PSPV propusieron la fórmula valencianizada para denominar a la ciudad, en esta ocasión no se le ha solicitado a la Acadèmia Valenciana de la Llengua -recordemos que es, según el Estatut d’Autonomia aprobado en tiempos de Francisco Camps como president de la Generalitat, la máxima autoridad lingüística- un informe respecto a lo correcto de la denominación ‘Valéncia’, por la que aboga el ejecutivo local de PP y Vox.
La propuesta del cambio de nombre de la ciudad, según las poco científicas normas lingüísticas del Puig se encuentra en período de información pública para la presentación de alegaciones después de que fuera publicado en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) el pasado 11 de agosto. En este sentido, ya se hay diferentes entidades y partidos políticos que han alegado contra esta medida. Uno de los principales argumentos utilizados es que esta modificación es una decisión política innecesaria que no cuenta con apoyo social, por lo que puede generar división y crispación entre la ciudadanía.
Así mismo, algunos de los aspectos en los que inciden es que el municipio se encuentra en una zona de predominio lingüístico valenciano, lo que hace innecesaria y redundante una doble nomenclatura (con y sin acento) en ambas lenguas cooficiales -además, el nombre únicamente en valenciano normativo (València) no lleva a equívocos-; o que resultaría incoherente con otras denominaciones oficiales, como la Diputación de València, la Universitat de València, la provincia de València, la Universitat Politécnica de València… Rompiendo la coherencia institucional y creando confusión en los ámbitos administrativo, académico, comunicativo o cartográfico“.