La cumbre más alta de Galicia sucumbe a las llamas en un incendio que la Xunta ocultó durante días

La cumbre más alta de Galicia sucumbe a las llamas en un incendio que la Xunta ocultó durante días

El fuego quema Pena Trevinca y amenaza un bosque de tejos centenarios en la frontera entre Ourense y Zamora

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La primera mención (velada) de la Xunta es de este martes, pero el fuego lleva días ardiendo en el área de Pena Trevinca, la cumbre más alta de Galicia, en la frontera entre las provincias de Ourense y Zamora, y un lugar de elevado valor natural. Las llamas han quemado ya los picos y han bajado la ladera hasta amenazar el teixadal de Casaio, un bosque de tejos centenarios que resisten en lo más profundo del valle.

No es que al Gobierno gallego no le conste que hay llamas en este lugar. Sobre el terreno está una brigada de la Xunta de Galicia. Han parado el fuego en el teixadal y un helicóptero hace repetidas descargas para tratar de contener el incendio, que sigue avanzando. Los brigadistas dan por salvado el bosque de tejos. No lo tienen tan claro con el de Foio Castaño, poblado por otras especies de árboles autóctonos. Pero la Consellería de Medio Rural sigue sin hacer mención a Pena Trevinca y se ha limitado a indicar que hay un fuego que ha entrado desde Zamora y está calcinando terreno en el municipio de A Veiga.

Este es un lugar de difícil acceso, entre laderas empinadas. Para llegar en coche es necesario tomar estrechas pistas que arrancan entre las canteras de pizarra que han cortado enormes tajos en la montaña. Si se quiere alcanzar el bosque centenario, hay que caminar.

El martes por la mañana hay dos brigadas de extinción de incendios en la zona. Los dos miembros más adelantados de una de ellas, de la Xunta, se han detenido para descansar en una curva del camino que ofrece una panorámica del teixadal. Las siluetas de los árboles se distinguen hasta donde permite la humareda. Prefieren no dar su nombre, pero cuentan que empezaron la jornada bajándose del helicóptero en un alto como en una película de acción -el helicóptero dejará después otra escena digna del cine al acercarse al borde del camino con la puerta abierta para lanzar una bolsa con comida y bebida-.

Los brigadistas miran también sobre sus cabezas, en donde lleva un rato trabajando en una pendiente imposible un bulldozer. Es uno de los medios improvisados para luchar contra el incendio. Lo ha prestado una de las canteras y se ha puesto al mando un conductor ya jubilado que está abriendo un cortafuegos.

Por delante, a pie, baja el presidente de la comunidad de montes de Casaio (Carballeda de Valdeorras, Ourense), Francisco Fernández. Corrobora que allí llevan días peleando en las montañas contra las llamas, que han entrado desde Zamora. Asegura, en concreto, que él y otros vecinos llevan “tres días zumbando paladas”, es decir, echando mano de batefuegos y apagando las llamas sin más medios. Por allí, hasta este martes, “no apareció nadie”. Ahora, Fernández, que se comunica con quienes siguen en la zona del fuego por walkie-talkie, hace peticiones al responsable de los brigadistas para que el helicóptero haga descargas en puntos concretos.


Un helicóptero de la Xunta tras hacer una descarga sobre el incendio en Pena Trevinca. A la derecha, en el valle y entre la humareda, el ‘teixadal’ de Casaio.

Uno de los brigadistas muestra imágenes del teixadal, de cómo allí hay árboles muertos de viejos porque es un bosque “sin acción humana”, una joya natural de Galicia. También enseña lo que queda de una construcción de piedra: es una de las guaridas que empleaban los maquis en la Guerra Civil. La zona es conocida por el entorno natural, las canteras de pizarra y la actividad de la guerrilla antifranquista, pero también por la mina de wolframio de Casaio, que fue explotada por los nazis.

La ocultación de la Xunta

Aproximadamente a la misma hora que este bombero forestal vigila desde el camino el avance de las llamas en Pena Trevinca, la Xunta da la primera pista -que no confirmación- institucional de que a estas cumbres se las está comiendo el fuego. El aviso sobre el incendio ya lo habían lanzado varias cuentas a través de las redes sociales, en las que empezaron a circular imágenes de la zona quemada, mientras el Gobierno gallego seguía ocultándolo. Tampoco ha informado de que al menos un parque natural, el de la Serra da Enciña da Lastra, ha visto entrar las llamas en su territorio.

Tras el reguero de críticas por no informar, una actualización en la cuenta en X (antes Twitter) del 085 -el teléfono para dar avisos sobre incendios forestales- recogía, pasadas las 14.00 horas del martes, que las llamas procedentes de Zamora afectan a la parroquia de A Ponte, en el municipio de A Veiga. Nada más. No hace mención a Pena Trevinca ni a los espacios naturales de la zona. Añade que la superficie afectada, pendiente de posteriores cálculos, ronda las 20 hectáreas. Sobre el terreno parece difícil que esa cifra se acerque siquiera a la realidad.