Turismo con mascotas, una tendencia en auge: “Supone vivir los destinos de otra forma”

Turismo con mascotas, una tendencia en auge: “Supone vivir los destinos de otra forma”

Cada vez más familias incluyen a sus mascotas en las vacaciones, mientras residencias y alojamientos pet friendly se consolidan como alternativas seguras

Cómo evitar que tus mascotas sufran estrés en los viajes

El verano multiplica las ganas de hacer maletas. Y, cada vez más, esas maletas incluyen mordedores, cuencos de agua, transportines o chucherías. En España, uno de cada tres hogares convive con al menos un animal y las vacaciones ya no se conciben solo como un plan solo para humanos. Gatos, perros y otros animales de compañía viajan con sus familias a sus pueblos, playas o excursiones en la montaña.

“Mis gatos se adaptan muy bien al pueblo. Lo difícil es adaptarlos después a la ciudad, ya que ahí ya no son tan libres”, cuenta Simón Nuez, que cada verano traslada a Eirc, Valentina y ahora Olivia de Zaragoza a Fonfría, en Teruel.

Para él, no hay duda: “Libertad 100%. Son unas vacaciones para ellos. Como son muy caseros nunca se escapan, como mucho salen al jardín. Pero están felices y se vuelven mucho más activos”.

La diferencia en el comportamiento de los animales es, asegura, muy palpable, ya que “sobre todo Eric, de 15 años, parece que rejuvenece años”. “De estar casi triste en Zaragoza sin actividad, en el pueblo no para. Incluso quiere venirse a pasear con nosotros”, resalta.

Aunque señala que si te vas un fin de semana sí puedes dejar a los gatos en casa, la idea es “siempre que podemos llevarlos con nosotros”. Según cuenta, “son de la familia”, por lo que llevarlos, en el caso de ellos que son muy sociables, es la opción más recurrente.

Algo parecido siente Carla Murillo, que empezó a viajar con su perra Bruma en Semana Santa de 2024. “Al principio fue un poco estresante porque no le gusta viajar en coche, pero luego compensa todo. Ver cómo disfruta de la naturaleza y en la montaña es un reglo. De cachorro la abandonaron y verla correr feliz es lo más bonito que me llevo de cada viaje”, expresa emocionada.

Imprescindibles antes de hacer la maleta

Para que el viaje sea lo más cómodo y seguro, esta joven zaragozana admite que se necesita “mucha antelación” y preguntar por recomendaciones a personas que han viajado antes de esta manera. En su caso, realizan una lista de clínicas veterinarias cercanas al lugar de destino, llevan un botiquín de primeros auxilios y vigilan por “el bienestar de Bruma siempre”.

Además, en una maleta aparte, siempre llevan mordedores para momentos de estrés del viaje, peluches, comida necesaria y “su mantita para que tenga un refugio y algo que le recuerde a casa”.

Pese a contar con su familia en el caso de que ellos no puedan llevársela, admite que las guarderías son una alternativa “válida”. No obstante, reconoce que “si tuviera que optar por una de ellas, realizará una investigación previa y valoraría varias opciones”.

En cuanto a los destinos, Carla destaca que no viajaría a ciudades muy llenas o ruidosas, como podría ser Londres, porque “no es un viaje que ella disfrutaría porque le dan miedo los ruidos muy altos y lo pasa mal cuando hay multitud”.

“Creo que la base es conocer a tu mascota y planificar los viajes en base a ella. Hay que hacer que disfruten porque para que lo pase mal, no la llevo. Priorizo su confort antes que el destino”, valora.

En el caso de Simón y su familia, deciden llevar a sus gatos desparasitados y “volverlos a llevar al veterinario una vez vuelven a Zaragoza” para “comprobar que está todo bien”. “No suelen irse, pero a veces no puedes controlar todo lo que hacen. Por eso preferimos ver que todo está bien y ya”, sostiene.

Guarderías y residencias, una alternativa válida

No obstante, no todas las familias pueden o quieren incluir a sus animales en las vacaciones. Por ello, aquí cobran protagonismo las guarderías y residencias especializadas. “Tu mascota es tu responsabilidad y es una responsabilidad enorme”, explica Stephan Guillen, gerente de la residencia Don Perro y Doña Gata.

“Pagar a un profesional para que cuide a tu mascota, implica que un centro especializado va a gestionar cualquier situación específica de manera profesional. Tus familiares y amigos no tienen por qué ser cuidadores, limpiadores o veterinarios”, afirma.

Sin embargo, asume que en los últimos 10 años en Don Perro han detectado grandes cambios, ya que “cada vez hay más mascotas y los clientes son un poco más exigentes con todo lo que rodea al día a día de sus perros, gatos, conejos, aves…”.

Por ello, desde el centro recomiendan a las familias visitar las instalaciones y hacer una primera prueba de pasar unas horas allí y luego una segunda prueba de una noche. “Hecho este trabajo de adaptación, se puede realizar la estancia larga sin problema”, apunta.

Los centros ofrecen desde paseos, adiestramiento o peluquería, hasta piscina canina y seguimiento veterinario. Y, aunque no todos los animales son iguales ni se adaptan de la misma forma, Guillen asegura que “la mayoría de los perros lo hacen fácilmente y disfruta de su estancia, de los paseos y de los mimos de los cuidadores”. “Los adoptan como familia temporal”, subraya.

Desde Don Perro, donde hay ocho personas contratadas para el cuidado de los animales, son también conscientes de que cada mascota tiene unas necesidades particulares, por lo que dicen que el “único secreto” es tener personal especializado y vocacional, que sea capaz de distinguir estas necesidades y satisfacerlas“.

Eso lo repiten cada día, año tras año. De hecho, desde allí, Stephan recuerda una historia especial y un reencuentro emotivo cuando, tras ocho meses sin poder volver de Japón por la pandemia, un matrimonio pudo reencontrarse con su perra. “Ella estaba bien, como siempre. Pero fue especial que volvieran a verse”, subraya.

A su juicio, la clave está en decidir con tiempo: “No dejes la reserva de la guardería de tu mascota para el último momento. Y comprueba que siempre sea un centro legal, que esté inscrito en el registro de Núcleos Zoológicos, que tienen seguro de responsabilidad civil, que una empresa veterinaria es responsable de los protocolos de salud y que todo está adaptado a las necesidades de tu animal”.

A pesar de ello, remarca que “una guardería no es un hospital”, por lo que “si tu mascota está enferma, es mayor, tiene problemas de comportamiento o es sensible a los cambios extremos de temperatura, tal vez no sea el lugar donde tiene que estar”.

Más alojamientos y actividades pet friendly

Viajar con animales, de hecho, ya no es una rareza y una decisión de unos pocos. Según datos de Hosteltur y Booking, España cuenta con más de 15.000 alojamientos que se anuncian como “pet friendly” y muchas cadenas hoteleras han adaptado parte de su oferta.

Al mismo tiempo, proliferan iniciativas de ocio pensadas para ellos, desde rutas de senderismo señalizadas como aptas hasta playas caninas en más de 120 municipios. Lo mismo sucede con los establecimientos hosteleros o las tiendas, ya que un gran parte sí admiten a animales.


Imagen de archivo de un perro durante una excursión

Asún así, la experiencia no está exenta de obstáculos. Carla lo resume así: “Cuesta encontrar opciones realmente adaptadas porque ponen muchos impedimentos por peso, raza o tasas elevadas. Pero merece la pena. Viajar con tu mascota supone vivir los destinos de una forma más calmada y centrada, mucho más conectada con la naturaleza”.

Simón coincide en esa idea: “Los animales son parte de la familia, así que llevártelos me parece fantástico. Aunque la opción de las guarderías está bien, a mí personalmente me da penita dejarlos. Siempre que se pueda, intentaría llevármelos”.

Un viaje compartido

Al final, todo se reduce a elegir la fórmula más adecuada para cada animal y cada familia. “Hay que saber elegir si tus vacaciones son con tu mascota o sin tu mascota. Unas vacaciones con mascota deben ser pensadas al 100% para ellas”, admite Stephan.

Carla, por su parte, lanza un consejo a quienes aún dudan de qué camino tomar: “Que den el paso, que prueben. El tiempo con nuestras mascotas desgraciadamente es limitado y la cantidad de recuerdos bonitos que te da un viaje no te los quita nadie”.

Y es que, realmente, es así. Siempre se dice que tus animales verán el mundo que tú les muestres, probarán aquello que les des y disfrutarán de las actividades que tú les permitas. Viajar con ellos supone ampliar su universo y, a la vez, redescubrir el propio a través de sus ojos.