Los cuerpos del verano

Los cuerpos del verano

En estos días de bikinis y toallas, de bañadores y hamacas, conviene recordar que esos cuerpos son la envoltura perfecta para la vida. Sin importar cuán robusto o esbelto esté el nuestro; sin importar si está más o menos bronceado, si la piel está flácida o tersa; si hay una extremidad menos, si las que tenemos son más o menos funcionales

Calor, piscinas, playa, vacaciones… exposición, espejo. Esa mirada que nos pone frente a frente con lo que somos, pero casi con demasiada frecuencia con lo que pensamos que somos según… los otros. Concedemos tanto poder a los otros…

El verano es exposición y lo que exponemos son nuestros cuerpos. Vivimos hacia afuera y lo que mostramos, aunque no sea nuestra totalidad, es lo que cuenta, tratando de encajar en algún canon. Por eso concedemos ese peso a la mirada de los otros. No en vano somos seres sociales y claro que nos importan los demás, sus miradas. Pero en su justa medida.

En estos días de bikinis y toallas, de bañadores y hamacas, conviene recordar que esos cuerpos son la envoltura perfecta para la vida. Sin importar cuán robusto o esbelto esté el nuestro; sin importar si está más o menos bronceado, si la piel está flácida o tersa; si hay una extremidad menos, si las que tenemos son más o menos funcionales. Estos que nos contienen son nuestros cuerpos. No es un tópico, sino la encarnadura que nos permite ser y estar. Insisto, son perfectos.

Con demasiada frecuencia olvidamos que gracias a nuestro cuerpo disfrutamos de un baño y de un paseo. Es el sostén para una buena conversación o una simple partida de cartas entre amigos. De ahí que diga que en estas fechas en las que el calor nos invita a exponernos más, conviene recordarnos que cuando nos miremos en el espejo lo hagamos con la misma amabilidad que dedicaríamos a la persona que más queremos en el mundo. No olvidemos que frente al espejo está ese cuerpo lleno de vida al que cantó el poeta Walt Whitman en estos versos:

“¿Y si el cuerpo no fuese alma, qué es el alma?

El alma del cuerpo de un hombre o del cuerpo de una mujer no admite explicación,

El cuerpo del hombre es perfecto, y es perfecto el cuerpo de la mujer.“