
La famosa formación de manglares en forma de corazón se desvanece debido al aumento del nivel del mar
La crisis climática está transformando el Corazón de Voh, un símbolo del entorno virgen de Nueva Caledonia: el cambio en el tipo de vegetación que puede sobrevivir en estos manglares amenaza su supervivencia
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En la costa oeste de Nueva Caledonia, Isobelle Goa busca cangrejos de barro entre las raíces densas y enredadas del manglar. Goa vive en las afueras de la formación de manglar más famosa del archipiélago: un bosque de color verde claro con forma de corazón, conocido como el Corazón de Voh.
“Es majestuoso. Es lo que Dios nos ha dejado en esta tierra”, dice Goa. “Tiene una presencia especial. Mi corazón lleva este corazón consigo. Es importante salvarlo y cuidar los manglares que hay en su interior”, afirma.
Su emblemático contorno ha dado al Corazón de Voh reconocimiento internacional y aparece en vallas publicitarias de Nueva Caledonia, como símbolo del entorno natural virgen del territorio del Pacífico.
El aumento del nivel del mar está cambiando la salinidad del agua y alterando el tipo de vegetación que puede sobrevivir
Sin embargo, la crisis climática amenaza este entorno, ya que el aumento del nivel del mar está cambiando la salinidad del agua y alterando el tipo de vegetación que puede sobrevivir en el árido corazón y los manglares que lo rodean. Su forma distintiva y el ecosistema que alberga también están cambiando.
Pérdida de contraste
A finales de la década de los noventa, la superficie pálida y árida del corazón contrastaba fuertemente con el verde bosque de manglares que lo rodeaba, creando su icónica silueta cuando se veía desde el cielo. Situado ligeramente por encima de las marismas circundantes, el suelo del corazón era seco y salino; un hábitat demasiado extremo para que creciera la vegetación.
Cyril Marchand, experto en manglares de la Universidad de Nueva Caledonia, indica que “tan solo era una llanura salina amarillenta”. Según el experto, “ningún manglar podía sobrevivir allí”. En los últimos 20 años, las condiciones del agua comenzaron a cambiar. Empezó a aflorar una especie de manglar tolerante a la sal llamada Avicennia. Con el paso del tiempo, ha colonizado por completo el corazón.
El cambio está relacionado con el aumento del nivel del mar: los datos muestran que en las últimas décadas las aguas de la costa oeste de Nueva Caledonia han subido unos 2 mm anuales. A medida que las mareas fluyen con más frecuencia hacia el corazón, el suelo salino se diluye, lo que crea las condiciones ideales para el crecimiento de Avicennia. A medida que la especie se extiende, la forma distintiva del corazón también se altera.
Es posible que en 30, 40 o 50 años solo crezca ‘Rhizophora’. El corazón podría desaparecer
Marchand explica que si el nivel del mar sigue subiendo, la salinidad se reducirá aún más. Eso volverá a cambiar las condiciones y permitirá que otra especie de manglar, Rhizophora, se extienda por el corazón. “Es posible que en 30, 40 o 50 años solo crezca Rhizophora”, alerta Marchand. “El corazón podría desaparecer”.
Aunque el aumento de la cobertura de manglares parece positivo, la subida del nivel del mar también está inundando y eliminando el hábitat de los manglares más cercanos al mar. Debido al cambio del ecosistema, el nivel del mar y los manglares se están acercando a las comunidades costeras, lo que reduce la disponibilidad de tierra y los hábitats marinos.
Seguimiento de los cambios
Los manglares siempre han cambiado y se han desplazado con el tiempo. Sin embargo, Marchand afirma que ahora lo están haciendo a una velocidad sin precedentes. Marchand y su equipo han podido determinar cómo se han desplazado los manglares a lo largo del tiempo, por medio de perforaciones profundas en el lodo y evaluando los patrones de sedimentos.
“En el pasado los manglares tardaban 500 años en migrar, ahora el cambio climático hace que migren en cuestión de décadas”, dice.
Los cambios en los manglares, y en los ecosistemas que sustentan, son importantes para las comunidades costeras que dependen de ellos como medio de vida. Se estima que, a nivel mundial, más de la mitad de los sistemas de manglares corren el riesgo de desaparecer para 2050, y que entre 1994 y 2020 la cobertura de manglares se redujo en un 3,4 % en todo el mundo.
El corazón de Voh, en Nueva Caledonia.
Otra vista aérea del corazón de Voh.
“Es importante que todo el mundo proteja los manglares porque nuestra biodiversidad es realmente única”, dice Marchand. “Para la población local, los pescadores, el pueblo canaco, los manglares son fundamentales. El Corazón de Voh es un símbolo de ello”.
En los últimos años, se ha utilizado tecnología satelital para rastrear los cambios en tiempo real en el Corazón de Voh y los manglares circundantes.
“Con imágenes satelitales podemos alcanzar una resolución de hasta 15 centímetros y eso nos permite recopilar datos durante la noche y en condiciones meteorológicas adversas, como ciclones”, explica Rémi Andreoli, subdirector de Bluecham, una empresa especializada en imágenes de satélite y recopilación de datos. “Es mucho más fácil observar desde el espacio que caminar con el barro hasta las rodillas”.
Andreoli lleva 12 años haciendo un seguimiento del sistema de manglares del Corazón de Voh. Los datos satelitales pueden detectar cambios bioquímicos que de otro modo serían invisibles al ojo humano. Los investigadores que monitorean los cambios en el Corazón de Voh utilizan esta información, que también les permite evaluar el impacto de las actividades mineras en el medio ambiente.
“Es muy útil para supervisar las variaciones entre especies y los cambios en la cobertura arbórea, y para ver cómo evolucionan los manglares con el paso del tiempo y frente al cambio climático”, explica Andreoli.
El experto indica que esta información contribuye a “que empresas, los responsables de la toma de decisiones y los científicos puedan evaluar el estado de los manglares y salvar su entorno”.
“No podemos dejar que se pierda”
Salvar el corazón es una prioridad para la comunidad local y los operadores turísticos. Durante más de 15 años, Günter Gerant, piloto de la compañía de vuelos turísticos Haut Vol, ha mostrado a los turistas el Corazón de Voh desde el aire. Para el piloto, el corazón es uno de los principales atractivos de Nueva Caledonia.
“Nosotros [Haut Vol] comenzamos los vuelos porque todo el mundo quería ver el Corazón”, explica Gerant. Este veterano piloto desempeña un papel importante en la economía local. “Los visitantes vienen a ver el Corazón, nuestros manglares y nuestros arrecifes de coral, por lo que es muy importante mantener estos ecosistemas para nuestro sustento”.
De vuelta en Voh, los lugareños subrayan la importancia de salvar sus manglares. Goa y un equipo de mujeres de la aldea cercana plantan propágulos de manglares en un vivero cercano. Es consciente de que los manglares son vitales para la supervivencia de su comunidad.
“Es un ecosistema que nos protege de la erosión y las grandes olas. Nos protege a nosotros y al país”, dice. “Generación tras generación, enseñamos a nuestros hijos a cazar en los manglares. No podemos permitir que se pierdan”. Goa añade: “Tenemos que protegerlos por la supervivencia de nuestra cultura”.