
Trump se da un paseo triunfal por el Washington militarizado: “Vamos a estar aquí por un buen tiempo”
El presidente había anunciado por la mañana que patrullaría la ciudad con los agentes, pero al final solo los ha visitado para jactarse de su mano dura
JD Vance, abucheado durante la entrega de hamburguesas a las tropas desplegadas en la capital: “¡Washington libertad!”
El nuevo “sheriff” –tal y como lo describió el vicepresidente JD Vance a los europeos en Múnich- ha salido a saludar a los soldados desplegados en Washington para recordar quién manda. Aunque este jueves por la mañana Donald Trump había dicho que patrullaría las calles, el presidente de EEUU finalmente solo se ha dado un pequeño paseo entre los soldados desplegados desde hace 10 días y después ha vuelto a la Casa Blanca. El mandatario ha sacado pecho de la militarización de la ciudad y, a pesar del descontento de los residentes, ha avisado que piensa alargarlo: “Vamos a estar aquí por un buen tiempo”.
En principio, los guardias nacionales solo pueden estar desplegados por un máximo de 30 días, pero los republicanos ya están mirando la manera de alargarlo a través del Congreso.
Durante estos días las redes se han llenado de vídeos de locales abucheando a la policía federal y los agentes de inmigración mientras ven cómo detienen a sus vecinos. “Ahora me siento mucho más seguro”, ha clamado el presidente. No pueden decir lo mismo las personas migrantes que hace días se esconden en sus casas, temerosas de las detenciones aleatorias de los agentes de inmigración. Mucha población latina también ha empezado a ir con la identificación encima por miedo a posibles arrestos por perfil racial.
Desde el jueves pasado Washington dejó de ser una ciudad santuario en el momento en que se ordenó a la policía local colaborar con los federales y, por ende, con ICE (las siglas con las que se conoce Inmigración). Los controles de tráfico móviles para detener infracciones menores al volante se han convertido en una exucsa para poder pedir los papeles también. En los últimos días los conductores de motocicletas, especialmente las de los servicios de reparto, han sido el blanco de ICE.
“Nunca he recibido tantas llamadas agradeciéndome lo que he hecho en Washington DC, de gente que no había ido a un restaurante en cuatro años”, afirmaba el presidente estadounidense ante los efectivos. Irónicamente, el Washington Post reportaba esta misma semana cómo las reservas en los restaurantes de la ciudad han caído desde que empezó la militarización de la ciudad. Una vez más, la realidad rebate las palabras del presidente.
Para poder desplegar la Guardia Nacional y tomar el control de la policía local de la ciudad, Trump declaró que había una “emergencia criminal” en la ciudad, a pesar de que los datos de violencia han caído desde 2023. El mandatario cada vez tiene más facilidad para usar esta herramienta. En poco más de medio año, Trump ha declarado ocho emergencias nacionales, sin contar la de Washington, que técnicamente no es el mismo tipo de autoridad que, por ejemplo, usó para invocar una emergencia nacional en la frontera con México y enviar a los militares. Efectivos que desde enero siguen desplegados.
Inicialmente Trump ordenó el envío de 800 Guardias Nacionales a la capital, aunque se espera que otros estados republicanos que colindan con el Distrito de Columbia manden refuerzos en los próximos días. Por el momento el despliegue sigue siendo menor que en Los Ángeles, donde llegó a haber 5000, pero sí es cierto que los trajes militares se dejan ver mucho más en las calles. Especialmente por las zonas monumentales, como el National Mall, o bien en la Union Station, cerca del Capitolio. Áreas que, precisamente, no son consideradas como conflictivas en la ciudad.
Pero Trump ya ha dejado claro que la militarización es más una muestra de fuerza que una acción de seguridad. “Volvemos a ser respetados. Teníamos un país que era el hazmerreír hace un año. No podían entender qué pasaba, y todo es sobre liderazgo”, se jactaba. A pesar de que Los Ángeles fue la primera ciudad en que el presidente envió los soldados, es la capital del país la que quiere convertir en su principal laboratorio para replicar después en otros bastiones demócratas. Tal como advirtió, en su lista están Nueva York y Chicago.