
La primera española que aspira a presidir la Organización Mundial de Médicos de Familia: «Nuestro modelo público y gratuito llama la atención fuera»
«Ningún fármaco da unos resultados tan contudentes como una buena Atención Primaria», asegura María Pilar Astier-Peña, una de las tres candidatas a liderar el organismo, que agrupa a más de 500.000 facultativos de 111 países
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María Pilar Astier-Peña conoce el sistema sanitario desde muchos ángulos: la consulta actual en su centro de salud, varios puestos de gestión en hospitales como el de Zaragoza o el de Navarra, la universidad o cargos ejecutivos en la Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA, por sus siglas en inglés). Ahora, esta médica zaragozana quiere sumar una bata más a su currículum, nada desdeñable: aspira a convertirse en la primera presidenta española de este gran ente, que agrupa a más de 500.000 facultativos, 111 países y 133 sociedades científicas.
¿Por qué se ha presentado para liderar esta organización?
Ha sido un largo camino que empezó desde que elegí la especialidad. Luego me comprometí con el funcionamiento de la atención primaria, a través de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC). Mi propuesta es que las sociedades científicas sean un catalizador para la transformación, como una enzima que va activando a los socios, a los profesionales.
Mi candidatura nace de la convicción de que la medicina familiar es un factor protector para la salud de las personas y para la sostenibilidad de los sistemas de salud. Hace un par de años se publicó el estudio noruego en el que se demostraba que estar vinculado a un médico de familia a lo largo de más de 15 años pues mejoraba un 30% la supervivencia y reducía las visitas a urgencias y las hospitalizaciones. Ningún producto farmacológico te da unos resultados tan contundentes. Estar en una organización como WONCA, con más de 500.000 profesionales, 111 países y 133 organizaciones permite escalar, acelerar esos cambios reales.
Ha sido el enlace de Wonca con la OMS, ¿se deja convencer de la importancia de la Atención Primaria?
No es que se deja convencer, es que la OMS en primera persona tiene expertos que demuestran que la Atención Primaria tiene su peso. Recordemos que es la Asamblea Mundial quien promueve la medicina de familia y comunitaria en la resolución de Alma-Ata en 1978, que se renovó en 2018. Entonces se animó a todos los gobiernos a reorientar sus sistemas hacia este nivel asistencial y lo que ha sido más novedoso es reconocer el papel de una especialidad con competencias para resolver la mayor parte de los problemas de salud de la población y para dar respuesta a la cronicidad de una manera integrada y longitudinal.
WONCA tiene un papel en conseguir que la formación sea lo más completa posible, estandarizada y reconocida porque lo está en todos los países. Esto permite no solo atender a pacientes crónicos sino gestionar las crisis sanitarias. En el continente europeo, por ejemplo, más del 85% de los pacientes atendidos durante el COVID pasaron por Atención Primaria, hemos contribuido al despliegue de todo el proceso de vacunación y promovemos la implicación de la comunidad en cómo abordar estos problemas de salud de manera global. No solo con tratamientos farmacológicos sino con activos comunitarios: los paseos saludables, la conexión con la naturaleza, los programas grupales de apoyo a personas con problemas de salud similares… Hay que fortalecer esos lazos que también son terapéuticos.
Hay que abordar cómo se pueden estructurar los servicios de Atención Primaria para dar respuesta a la multimorbilidad y la aparición de enfermedades crónicas en una población que va envejeciendo. No se trata de dar los cuidados por separado (el endocrino por un lado, el cardiólogo por otro), sino de manera integrada
Las diferencias de la medicina de familia en función de dónde estés del mundo son abismales, imagino. Hay conflictos, hambruna, pobreza extrema… ¿Qué cosas ha encontrado en común?
Aunque el contexto es diferente, el papel que tiene el médico de familia es ser el médico de las personas y de la comunidad. Y eso es un denominador común. Es el primero que acoge a la persona con sus problemas de salud, que lo hace en el contexto en el que vive. No en todos los países la Atención Primaria está desplegada de una manera sólida como podemos conocer nosotros, pero tenemos un gran respaldo y uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el número tres, es cuidar la salud. Conseguir que cualquier ciudadano del mundo tenga la posibilidad de acceder a una atención a su salud que no suponga un menoscabo económico importante.
Ahora, en la conferencia que va a haber en septiembre en Nueva York sobre las enfermedades no transmisibles, una reunión de las Naciones Unidas, se va a abordar cómo se puede resolver este problema a nivel global: cómo se estructuran los servicios de Atención Primaria para dar respuesta a la multimorbilidad, a la aparición de enfermedades crónicas en una población que va envejeciendo y que necesita cuidados. No se trata de darlos por separado. O sea, si eres diabético, el endocrino por un lado; o si eres hipertenso, el cardiólogo, sino de darlos de manera integrada. Nunca en la historia de la humanidad pues habíamos tenido poblaciones tan longevas.
¿Diría que el envejecimiento es el mayor reto del sistema sanitario en los próximos años?
Sí, lo es. El envejecimiento lleva asociado que personas con muchos problemas de salud que se han cronificado vivan más tiempo y eso complejiza los cuidados. Además, hay que garantizar que tengan acceso a las medicaciones sin que suponga un menoscabo económico tan importante que limite su calidad de vida. Necesitamos dinero no solo para comprar medicamentos sino para pagar las condiciones humanas: una serie de recursos sociales y personales, empezando por el agua potable.
Se presenta a liderar una organización mundial formada por sociedades científicas en un momento en el que las posturas anticientíficas están ganando terreno.
Todas las corrientes que están surgiendo ahora tienen detrás un gran peso a la hora de tomar decisiones económicas y no ven algo tan evidente como que tener una población saludable es quizá la herramienta más valiosa para tener un futuro prometedor para todos. Cada uno de los médicos de familia en contacto con las comunidades podemos lograr transformar, porque el contacto con los pacientes sucede muchas veces a lo largo de su vida y se establece una relación de confianza y afecto. Nuestro papel es abogar por una medicina de familia basada en evidencias científicas: comunicar con datos comparables, con sistemas que logran resultados reales, que garanticen la equidad y que sean eficientes. Nosotros estamos preocupados por su salud y porque tengan una vida feliz, esa es nuestra misión, y todos esos recortes que se plantean de alguna manera se traducen en una pérdida de madurez de la persona. Parece que se ha sacado el freno de emergencia y volvemos casi a la Edad Media. Estamos en el siglo XXI y la mayor parte de las personas tienen espíritu crítico. Eso hay que cultivarlo.
La accesibilidad se ha resentido, eso es cierto, pero ha ocurrido en todos los países de Europa a raíz de la pandemia, junto con el envejecimiento poblacional y las cargas asistenciales
¿Cómo se ve la medicina familiar española en el mundo? Aquí se han volcado muchas quejas sobre la Atención Primaria por las dificultades de acceso, lo cansados que están los profesionales…
En algunos aspectos es desconocida. España tiene un Sistema Nacional de Salud financiado a través de los impuestos. En él, la Atención Primaria es la puerta de entrada y las consultas son gratuitas. No hay ninguna cortapisa económica ni en tratamientos ni en ingresos. Esto sí que llama la atención en muchos sistemas donde el modelo no es tan público como aquí. No hay tantos sitios donde los médicos son contratados directamente por la administración. Desde el punto de vista del propio profesional, sin embargo, el ser un médico asalariado contrasta mucho con otros países en los que la remuneración de los profesionales es muchísimo más alta porque está ajustada a demanda. Por el número de pacientes que ves, por eso ganas.
La accesibilidad se ha resentido, eso es cierto, pero ha ocurrido en todos los países de Europa a raíz de la pandemia, junto con el envejecimiento poblacional y las cargas asistenciales. Ahora ves un paciente en consulta que es mayor, tiene una decena de medicamentos, varios problemas de salud… que no viene por un motivo solo. Además, conforme vamos mejorando la capacidad de resolver los problemas de salud, el proceso de ambulatorización cada vez encuentra a más pacientes complejos: vemos a un trasplantado de corazón o a alguien que le acaban de operar de una rodilla en pocos días y hay que superar los cuidados en el domicilio, prevenir que nos e infecten las heridas… Es buena noticia, claro, porque estar más tiempo ingresado no tiene sentido.
Vamos a pasar un par de años todavía de déficit de médicos [de familia] porque los que se van a especializar no van a permitir cubrir al 100% de los profesionales que se están jubilando, aunque se ha planificado bien en los últimos años
Y que no estamos muy sobrados de médicos de familia tampoco, ¿no?
Vamos a pasar un par de años todavía de déficit de médicos porque los que se van a especializar no van a permitir cubrir al 100% de los profesionales que se están jubilando. Se ha planificado bien en los últimos años, es decir, se ha aumentado el número de plazas, pero no vamos a llegar. Pasaremos unos años de estrecheces y lo que hay que hacer es redifinir bien los roles, que seamos competentes para resolver nuevos problemas. Nuestros residentes salen con formación en ecografía clínica, en hacer dermatoscopia, cirugía menor y la consulta del día a día. Son grandes comunicadores con los pacientes para manejar múltiples medicaciones y explicar los riesgos y beneficios. Al final, tenemos que plantear que el camino lo hacemos juntos, que el protagonista es el paciente y que las decisiones tienen que ser compartidas. Pero tenemos que entender su contexto, su situación emocional y saber cómo acompañarle.
¿En otros países también cuesta mucho arrancar a los gobiernos compromisos de inversión en Atención Primaria?
Sí, también cuesta. Es importante dejar claro cómo invertir. Es más fácil quizá poner una resonancia o un escáner porque pagas la factura y listo, pero en este nivel asistencial lo que hay que hacer es reorganizar la atención, estudiar los circuitos de cuidados, mejorar la comunicación con la población y adaptarnos al contexto. No es lo mismo si nuestro barrio está más envejecido o tiene población migrante.
La territorialidad es un elemento diferencial importante que ahora en algunos países se están planteando. Hasta ahora en Francia, por ejemplo, el médico de familia se establecía privadamente en un pueblo y daba cobertura a los habitantes, pero si ese pueblo no interesa a nadie, no se da atención sanitaria allí. Se está planteando por primera vez la creación de lo que llaman maison de santé, un equipo apoyado por los ayuntamientos a los que se da una ubicación y se facilita el trabajo para combatir los desiertos médicos.
Las facultades son un talón de Aquiles. Necesitamos que los jóvenes estudiantes conozcan la medicina de familia desde el principio porque lo que conoces lo acabas queriendo, valorando y eligiendo.
Se ha dedicado, además de trabajar en centros de salud y hospitales, a la docencia. Si no hay en España personas que quieran ser médicas de familia, ¿es porque no se enseña bien?
Las facultades son un talón de Aquiles. Necesitamos que los jóvenes estudiantes conozcan la medicina de familia desde el principio porque lo que conoces lo acabas queriendo, valorando y eligiendo. Y ahora mismo el asunto de las vocaciones en medicina de familia a veces nos supone un problema. Se trata de organizar prácticas tempranas en los centros de salud que duren a lo largo de toda la carrera. Mostrarle la longitudinalidad en sus propios estudios. La formación en los adultos tiene que ser experiencial.
También hay que mejorar también las condiciones de trabajo. Al faltar profesionales y haber una gran demanda quizá no es el momento más fácil para poner esta forma de trabajar como modelo, pero creo que los profesionales estamos haciendo las cosas bien, estamos transmitiendo una buena formación y una visión de futuro. En este último par de años se han ido haciendo cambios, como la mejora de los puntos de atención continuada, que van a tener sus resultados a medio plazo, no inmediatamente. Muchos de los residentes han terminado felices, con mucho reconocimiento y con trabajo.
¿Con qué buenas prácticas que funcionan en otros países se quedaría?
Dinamarca ahora está promocionando unidades móviles de medicina familiar y comunitaria con profesionales que llevan como una especie de autobús para ir a las zonas más alejadas con la historia clínica y dotación tecnológica. Sería una experiencia interesante para las poblaciones más aisladas. Además, permitiría tener a profesionales formados. Porque cuando tú te vas a una zona muy aislada, si estás tú también muy aislado, no te permite estar actualizado porque tampoco ves un número suficiente de pacientes como para mantener tus competencias.