
Los expertos temen que los incendios hayan extinguido el urogallo en Asturias
El Principado no aprobó ningún plan de recuperación de la especie pese a que lo exige la ley cuando está en peligro de desaparación
El urogallo cantábrico, en peligro de extinción, necesita un rescate genético para tener una oportunidad, según el CSIC
Los expertos temen que los últimos incendios ocurridos en Asturias y en León hayan terminado con los pocos ejemplares que quedaban de urogallo cantábrico, una especie que ya se encontraba en peligro crítico de extinción desde 2011.
Además, denuncian que el Principado no ha elaborado un plan de recuperación de la especie tal y como exige la ley. “Se van a colgar la medalla de ver cómo se extingue una especie sin haber hecho nada para remediarlo”, denuncia Nicolás López, doctor en Ciencias Biológicas y técnico del Área de Conservación de Especies y Espacios de SEO/ Bird Life.
Reducción del 90%
El urogallo está catalogado a nivel estatal como “en peligro de extinción” desde el año 2011, y el urogallo cantábrico está considerado adicionalmente como en “en situación crítica” desde hace ocho años. Entre 1978 y 2019 el número de urogallos del oeste cantábrico, su último refugio, se ha reducido en un 90 por ciento.
El último censo de la especie, del año pasado, arroja unos datos preocupantes: 209 individuos en toda la cordillera; es decir, entre Asturias y León.
“Nos tememos lo peor”
“Desde el punto de vista estadístico, la situación es muy crítica”, explica Rolando Rodríguez, doctor en biología de la Universidad de Oviedo e investigador en la Universidad de Exeter (Reino Unido) y además representante de las asociaciones ecologistas en la junta del Parque de La Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, el espacio natural donde, al menos hasta ahora, vivían los últimos ejemplares de urogallo cantábrico de Asturias. Precisamente este parque ha sido también el que más ha sufrido las consecuencias de los últimos fuegos. “Tenemos que analizar la situación cuando se apaguen todos los incendios, pero nos tememos lo peor”, concreta Nicolás López.
“Auténtica desidia”
Ambos expertos consideran que la actitud de la Administración regional ha sido de “auténtica desidia” con el urogallo cantábrico y es que, además de carecer de un plan de recuperación, se permiten “de forma sistemática agresiones en su hábitat: caza, apertura de pistas forestales, carreras de montaña… Lamentablemente esta es la crónica de una extinción anunciada y evidentemente los fuegos han degradado muchísimo el ecosistema. Aunque algunos pollos adultos hayan conseguido escapar volando, el urogallo depende la continuidad del espacio forestal y los incendios han arrasado con el monte”, explica López.
Un ejemplar de urogallo.
Con este panorama desolador, Asturias se enfrenta al temor de que el próximo censo arroje los datos más negativos de la especie, y es “muy probable” que ya no haya oportunidad alguna de salvar a la especie que es emblema de los ecosistemas cantábricos junto al oso pardo.
Últimos ejemplares
De todos los incendios declarados en los últimos días en Asturias, el de Genestoso, en Cangas del Narcea; el de Somiedo y el Degaña han arrasado con el monte en el que vivían los últimos ejemplares de urogallos cantábricos. Además, aunque el Principado inauguró a bombo y platillo en 2007 un centro de cría del urogallo en Sobrescobio, dentro del Parque Natural de Redes, lo cierto es que “no se logró ni sacar un pollo”, explica López.
Ni un pollo en cautividad
Las labores de manejo del centro no estuvieron exentas de polémica, ya que se llegaron a utilizar huevos de pollos silvestres para incubarlos en este centro. Muchos expertos explicaron que no tenía ningún sentido hacer este trasvase, cuando así se estaban realizando manejos peligrosos sobre los escasos huevos que quedaban en el monte. Finalmente, el tiempo les dio la razón, y ningún ejemplar logró salir adelante.
Rolando Rodríguez explica que desde el Principado se camuflan como “actuaciones en favor del hábitat lo que son en realidad verdaderas barbaridades”. Y avanza el experto otro dato “se están rebajando niveles de protección en zonas de urogallo pasando de la máxima a la mínima y condicionando enormemente la supervivencia de la especie”.
Veinte años
La agresión del hábitat es la circunstancia que más perjudica la evolución favorable de la especie, y aunque “está claro que el Principado no ha tenido culpa de estos incendios sí es plenamente responsable de la desaparición de la especie, el plan de recuperación debería estar funcionando desde hace más de veinte años”, remata Nicolás López.