
Manuel Rico, poeta: «Si no hay descubrimiento de nuevas formas en la poesía, no hay conciencia crítica que valga»
El también editor de poesía en Bartleby considera que ha de implantarse un sello que garantice la participación humana en la creación de contenidos literarios ante la proliferación de productos hechos con Inteligencia Artificial
Manuel Rico (Madrid, 1952), poeta, narrador y crítico, atiende por teléfono horas antes de participar en las Veladas Poéticas en el marco de las actividades culturales de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander. Por su trayectoria, es uno de los grandes no solo poetas, sino pensadores del acontecer poético con una visión panorámica del género. En la entrevista, Rico se muestra como un defensor de la técnica poética y de la visión social de la poesía, aparte de reivindicar mejoras legales que preserven la labor creadora frente a amenazas como la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en la generación de contenidos.
Licenciado en Periodismo, Rico ejerce la crítica de poesía y es director de la colección Bartleby Poesía. Es autor, entre otros, de los libros de poemas La densidad de los espejos, Donde nunca hubo ángeles, Fugitiva ciudad, Los días extraños y Cuaderno de historia. Otros, como La mujer muerta, Verano y Un extraño viajero son algunas de sus novelas. A ello cabe añadir Por la sierra del agua y Letras viajeras, la antología Tiempo salvado del tiempo, las evocaciones El raro vicio de escribir la vida, sus Diarios completos y el libro de ensayos La ficción y la vida. Preside la Asociación Colegial de Escritores desde 2015 y ha obtenido el Premio Internacional Miguel Hernández de Poesía y el Premio Hispanoamericano Juan Ramón Jiménez, entre otros.
Publicó en 2020 su antología poética Tiempo salvado del tiempo. ¿Supuso eso un cierre a su producción poética, quiso dejar claro que, en lo que a usted atañe, todo queda dicho?
No. Sigo escribiendo y en año y medio publicaré un nuevo libro de poesía. También este otoño publicaré, en la editorial Sílex, el libro ¿Qué es la poesía?.
Y, aunque sea espóiler del libro, ¿qué es la poesía?
La poesía es una realidad que existe cuando miramos un paisaje hermoso, leemos un libro, cuando experimentamos ese temblor oculto que tiene el lenguaje y que no sabemos definir. Ha habido miles de poetas que han intentado definir la poesía. Manuel Vázquez Montalbán, que también era poeta, decía que la poesía es la proteína del idioma y de los sentimientos; o, como decía el poeta anglosajón T. S. Eliot, la intersección entre lo atemporal con el tiempo [lineal]. Es una aproximación, pero no cabe una manera cartesiana de definir la poesía.
¿Cómo aplica lo dicho a su propia actividad poética?
La poesía me aporta poder entender mi lugar en el mundo, expresar lo que significa el misterio de la existencia y conocer las fórmulas para mantener la memoria, recuperar el tiempo perdido, una recuperación a través de la memoria personal y colectiva.
Entrando en lo inefable, ese intento por explorar el significado ¿no es inalcanzable por definición?
Se sigue escribiendo porque se busca la obra de arte excelsa sabiendo que no se va a conseguir. Siempre el poeta va a quedar insatisfecho y, por eso, al terminar un libro, se empieza a trabajar en otro, aunque haya períodos de sequía, como decía José Hierro, pero siempre se está a la búsqueda de la obra maestra.
Manuel Rico protagonizó una sesión de las Veladas poéticas de la UIMP.
¿Hay demasiados mitos sobre la escritura? ¿Cómo es el oficio de escribir para usted?
Hay una sobrevaloración de la inspiración. Se considera que el objetivo es estar inspirado, y eso es muy romántico, pero la inspiración hay que llevarla al papel. Hay un momento que inspira y luego hay otro período que es el de trabajar el poema, que es la técnica, el trabajo que hace del poema un objeto lingüístico. Blas de Otero decía que la poesía era también técnica. Si no, puede ser fallida. Se puede disponer de los mejores materiales, pero si no los trabajas probablemente hayas hecho un trabajo frustrante e inútil. Hay mucha prosa cortada que se llama poesía y eso hay que evitarlo. Cuando se lee un poema bueno, se ve que es un gran poeta. Becquer no se mantiene en el tiempo por las emociones amorosas, sino por su técnica. El poeta, al igual que el pintor, ha de conocer la técnica.
Y en su caso, ¿cómo es la cocina del poema?
Dejarlo reposar es importante y leerlo dos o tres meses después para objetivarlo y situarte en la mirada de un lector ajeno.
¿Qué consejos daría a alguien que empieza a escribir?
En mi labor como director de poesía de Bartleby me han llegado muchos manuscritos y mi consejo para un poeta es leer mucho y leer poesía de los clásicos y contemporáneos. Es la mejor forma de coger el hilo, de ver los misterios y secretos de los poetas a la hora de solventar problemas. Leer.
¿Es igual de crítico con su propia poesía como con la de los demás?
Tardo mucho en hacer un poema, lo dejo en el congelador para tener una mirada más objetiva. Para mí, es esencial ser poeta para criticar poesía. Cuando se leen libros de otros se intenta descifrar los elementos de su poesía. Conoces la materia y lo ves en el poeta, ves cómo se ha desenvuelto. No es lo mismo un crítico que no ha creado poesía que otro que sí.
¿Le ha supuesto algún desencuentro criticar a otros?
He tenido algún desencuentro con alguna poeta conocida, pero por lo general siempre procuro ser riguroso y no hiriente cuando mis críticas son negativas. Me satisface más hacerlas positivas.
¿No es mejor el silencio que una crítica negativa?
Ante un libro que no me gusta, prefiero que de la crítica se encargue otro, porque sé por experiencia, con alguna novela, que el autor lo lleva muy mal y en algunos casos supone un sufrimiento grande. Hay que ser generoso en la crítica.
Manuel Rico en el Palacio de La Magdalena de Santander.
¿Con qué género se decanta?
Lo esencial de la existencia, el misterio, está en la poesía, que es el origen de la buena literatura. Incluso en novelas como Patria (de Fernando Aramburu) o Últimas tardes con Teresa (de Juan Marsé) y hasta el Quijote. Si perduran, es porque hay mucha poesía en sus páginas. Si no, no sería posible Galdós un siglo después y sentir la misma emoción que sentía el lector de hace un siglo. La poesía pura, poesía-poesía, es la esencia de la literatura.
¿Cuáles son sus influencias poéticas?
Mi influencia fundamental fueron Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado, cuando tenía 12-13 años. Y creo que, a partir de esos aprendizajes y lecturas, fui abriendo el abanico a la Generación del 27, a Bécquer, que me parece esencial, y a los poetas sociales, como Blas de Otero, y latinoamericanos, como Juan Gelman, César Vallejo y Pablo Neruda. También me interesan Juan Carlos Mestre, Jorge Riechmann y Luis García Montero, en un segundo plano, aunque es de relieve. Amalia iglesias, Julieta Valero y Mario Obrero también me interesan. Es muy valiente. Siempre he considerado que en general, [la poesía] es una amalgama entre conciencia crítica y lenguaje renovado.
¿Cómo caracterizaría el momento actual?
Soy devoto de lo social, pero también de Claudio Rodríguez. Conciencia crítica y lenguaje renovador, esa es mi definición de la poesía, combinar conciencia crítica y lenguaje renovado. Si no hay descubrimiento de nuevas formas, no hay conciencia crítica que valga.
Usted preside una asociación de escritores, ¿cuáles son las principales demandas de este sector de creadores?
Cuando inicié en 2015 cuando le quitaron la pensión a Javier Reverte, dimos la batalla creando la plataforma ‘Seguir creando’, para garantizar que un funcionario o empleado que se jubile pueda seguir escribiendo y cobrar derechos. Hay otras demandas, como el tratamiento de ingresos no continuados de autónomos, con un tratamiento fiscal específico, una casilla en la declaración del IRPF por ingresos derivados de la propiedad intelectual, como ya la hay para los ingresos derivados de la propiedad inmobiliaria. Ahora, con la IA, buscamos que se implante a nivel europeo una normativa muy estricta que obligue a plataformas e instituciones a que pidan autorización a los autores, los remuneren y haya transparencia como con los alimentos, que haya trazabilidad de los contenidos. No sabemos la trazabilidad en internet.
Considera que la IA es una amenaza, ahora mismo.
Es una amenaza. Amazon ha reducido el número de libros hechos con IA [que se pueden editar en su plataforma]. Planteamos que el entrenamiento de la máquina se aplique con autorización, remuneración y transparencia. Estamos negociando incluso con el Ministerio.
¿Se puede frenar?
Difícil que se pueda frenar porque lleva años haciéndolo, pero queremos que se cree un sello que certifique que los contenidos son una creación humana. Es una garantía de calidad a los lectores. Se va a imponer, creo. Hay quien busque calidad y hay librerías de fondo. Se trata de una propuesta que tenemos sobre la mesa, como ya ocurre con la principal asociación de escritores de Estados Unidos, que certifica, y en España puede haber un acuerdo con Cedro, asociaciones de escritores, Ministerio y Biblioteca Nacional. Habría que negociarlo y verlo. Va a ser el futuro si es incontrolable la actuación depredadora de las plataformas.