
La Costa Tropical de Granada languidece en el modelo sanitario andaluz: “Esto no es una emergencia puntual»
Profesionales y ciudadanos critican la inacción de la Junta para que el «colapso» asistencial se reduzca en una zona que triplica su población en verano, mientras Salud asegura que la atención está «garantizada»
Hemeroteca – El largo camino al hospital de Miguelillo, el niño de La Alpujarra que necesita atención médica constante
La sanidad pública en Andalucía en la Costa Tropical de Granada continúa arrastrando un problema estructural que se agudiza cada verano: la saturación asistencial sin refuerzos suficientes de medios humanos ni materiales. A lo largo de este pasado mes de julio, los servicios sanitarios de la comarca –desde los centros de salud hasta las urgencias del Hospital Santa Ana de Motril– han tenido que atender a una población muy superior a la habitual, sin que, según denuncian profesionales del sector, se haya incrementado en paralelo la plantilla de personal sanitario.
Tal es el grado de agotamiento que una movilización ciudadana protagonizó una cacerolada a principios de verano a las puertas del Hospital de Motril para poner el foco sobre esta situación. Porque sanitarios y ciudadanos coinciden en que la merma de recursos no se detiene y que, pese a que la Junta asegura que la asistencia está “garantizada”, el día a día se empeña en desmentir ese argumento.
Así lo explican profesionales como Bahareh, médica de urgencias en el Hospital Santa Ana desde hace más de dos décadas. Esta doctora asegura que la plantilla actual es insuficiente para cubrir la carga asistencial del centro. “La plantilla que diseñaron hace 20 años era de 16 médicos. Ha habido bajas, jubilaciones y renuncias, y ha habido momentos en que sólo quedaban ocho profesionales operativos. Pero, en realidad, harían falta al menos 25 para funcionar con normalidad”, señala.
Un hospital desbordado
Las cifras de actividad respaldan el aumento de presión. Según datos aportados por la propia Consejería de Salud y Consumo, el Hospital Santa Ana de Motril atendió más de 25.000 urgencias en 2024, un 10% más que en el mismo periodo del año anterior. En agosto de 2023, se llegaron a contabilizar más de 10.300 atenciones urgentes, lo que supuso un incremento del 9,28% respecto al año anterior. Es decir, una presión asistencial que se carga directamente sobre los hombros de los sanitarios.
Para hacer frente a esta situación, la Junta ha activado un plan de contingencia en urgencias que, según señalan desde Salud, se basa en la reordenación de recursos y en la colaboración interna de otros servicios del hospital, como Medicina Interna, Pediatría, Traumatología o especialidades quirúrgicas. “Este plan especial se ha activado con carácter inmediato y está siendo revisado de forma continua”, explica el gerente del hospital, Maximiliano Ocete. Según la Junta, el plan garantiza que “el servicio de urgencias se mantiene operativo al cien por cien”.
Sin embargo, desde el hospital reconocen que aún hay plazas vacantes pendientes de cobertura. La dirección asegura que se están realizando gestiones para incorporar nuevos facultativos “una vez que existan candidatos disponibles”. Pero mientras eso ocurre, el agotamiento entre los profesionales es tal que llegan incluso a desarrollar patologías relacionadas con el estrés que padecen.
Bahareh advierte de que las soluciones adoptadas no responden a un problema coyuntural, sino a una situación que se ha prolongado durante años. “Esto no es una emergencia puntual. Es una realidad estructural que ha ido degradándose y que ahora ha colapsado”, afirma. Y describe el día a día en urgencias como “enfermizo”. “La guardia empieza con ansiedad el día anterior. Durante 24 horas no sabes si vas a poder comer o sentarte. Y luego llegas a casa, con hijos esperando, agotada. La salud física y mental del personal está en riesgo”, sostiene. Añade que el estrés, la ansiedad y el consumo de psicofármacos entre el personal sanitario de urgencias están muy presentes, y recuerda que los médicos forman uno de los colectivos con mayor tasa de suicidio completado del sector público.
Ambulatorios sin recursos
En atención primaria, la situación no es muy distinta. Miriam, médica de familia con 25 años de experiencia en la zona, asegura que los cupos de pacientes superan con frecuencia las 1.500 tarjetas por médico. “En muchos casos, si se tiene en cuenta la edad o complejidad de los pacientes, el volumen real de trabajo es mucho mayor. Tenemos una población envejecida y con cronicidades que requieren mucha más atención”, explica. Además, asegura que la atención primaria ha asumido más tareas en los últimos años –como cirugía menor, infiltraciones o control de anticoagulados– sin un incremento paralelo de plantilla.
Al respecto, la Junta de Andalucía reconoce que “algunos cupos superan las 1.500 tarjetas sanitarias por médico” en la Costa Tropical y califica la situación como “un reto que se está abordando activamente”. La Consejería de Salud asegura que está trabajando en la reducción de estos cupos mediante “desdoblamientos y otras medidas”, dentro del Plan de Mejora de la Atención Primaria. Según datos oficiales, durante 2023 se incorporaron seis nuevos profesionales en esta zona y, en toda la provincia de Granada, el número de efectivos pasó de 12.959 en 2018 a 15.114 en mayo de 2023. Aun así, reconocen que “existe un reto a nivel nacional respecto a la disponibilidad de médicos para nuevas contrataciones”.
El problema se agrava, según Miriam, en zonas rurales como la Alpujarra, donde algunos médicos deben atender hasta cinco consultorios distintos en una misma mañana. “Son zonas con población muy mayor y escasa cobertura hospitalaria. Hay médicos que tienen que hacer visitas a domicilio, atender urgencias graves o recorrer decenas de kilómetros sin apenas tiempo ni medios”, relata. Y sostiene que la falta de incentivos y el desgaste acumulado están provocando una fuga de profesionales. “Este año, de los diez médicos de familia que acabaron la residencia en Motril, solo uno se ha quedado. El resto ha cambiado de especialidad, se ha ido o directamente ha abandonado la profesión”, añade.
En respuesta a la falta de incentivos, la Junta afirma que sí existen medidas específicas para zonas de difícil cobertura como la Costa Tropical o la Alpujarra. Entre ellas, señalan los contratos de larga duración, puntuación adicional por mes trabajado en estas zonas y baremos específicos para promoción interna y carrera profesional. Además, aseguran que actualmente se está tramitando un decreto para la asignación por concurso de estos puestos, y que se ha convocado en Sevilla un acto único de adjudicación de plazas de médicos especialistas para cubrir necesidades en los centros con más déficit.
Falta de enfermeras
Pero no solo los médicos están en una situación delicada, sino que las enfermeras también. Rosa, con más de 20 años de experiencia en la Costa Tropical, asegura que no se han activado los tradicionales planes de refuerzo estivales, conocidos como “Plan de Costas”. “Desde 2021 no se activan, y eso obliga a que seamos los mismos profesionales quienes cubramos las vacaciones y reforcemos los consultorios en verano. Con horas extra, doblando turnos, sin descansar”, sostiene. Rosa asegura que solo en atención primaria hay 132 enfermeras para toda la comarca y que este verano “solo se han firmado 24 contratos para cubrir las vacaciones”. Además, apunta que Andalucía tiene una de las ratios enfermera–paciente más bajas del Estado: 4,4 por cada mil habitantes, frente a los 8,8 de media nacional y los 13 de media europea.
La Junta, por su parte, asegura que la asistencia en los consultorios costeros “está garantizada” y que los refuerzos se mantienen, aunque admite que el modelo actual se basa en las “continuidades asistenciales del personal existente”. En concreto, señalan que el refuerzo se aplica en julio y agosto, salvo en el consultorio de La Mamola, donde solo está operativo en agosto. También señalan que el Plan Verano 2025 contempla reorganizar los recursos para “garantizar el disfrute de los permisos del personal sanitario” y que se han realizado 4.951 contrataciones en toda la provincia para reforzar la atención durante el verano.
Con todo, el modelo sanitario andaluz sigue en el punto de mira en la Costa Tropical de Granada. Los datos de actividad continúan creciendo, pero la plantilla no lo hace al mismo ritmo. El Ejecutivo regional asegura estar trabajando en soluciones, mientras que los profesionales sanitarios reclaman más medios, más contrataciones y medidas reales para evitar que el desgaste acumulado siga expulsando a quienes sostienen el sistema. Aunque la cacerolada ciudadana ya ha quedado atrás, la tensión asistencial sigue ahí. Y con el verano a pleno rendimiento, no parece que vaya a desaparecer a corto plazo.