
Trump quiere la pena de muerte para los casos de homicidio en Washington
El presidente lanza una nueva provocación contra la ciudad militarizada y apunta la inseguridad como el tema desde donde abordar la campaña electoral de 2026
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Desplegar la Guardia Nacional, armar a los soldados que patrullan las calles, crear una unidad especial militar para gestionar los casos de “desorden público” y ahora ampliar la pena capital. Donald Trump ha dicho este martes que buscará ampliar la pena de muerte para los casos de homicidio que se cometan en Washington. La afirmación no deja de ser una provocación más en medio de la militarización del Distrito de Columbia.
“Si alguien mata a alguien en la capital, Washington, DC, buscaremos la pena de muerte, y eso es un elemento muy fuerte de prevención y todo el mundo que lo ha escuchado está de acuerdo”, ha afirmado el presidente durante la reunión de gabinete con el resto de secretarios.
Las palabras del presidente buscan reforzar su imagen de “orden y ley” que quiere transmitir con su campaña contra el supuesto crimen que azota la ciudad, a pesar de que las estadísticas de criminalidad habían bajado desde 2023. Gracias a este relato, Trump ha declarado la “emergencia criminal” en el Distrito de Columbia que le ha permitido desplegar la Guardia Nacional y poner la policía local bajo control federal.
De hecho, la narrativa de la inseguridad es la que está usando para amenazar a otras grandes ciudades demócratas – como Chicago y Nueva York- con desplegar ahí también la Guardia Nacional. Sobre esto, Trump lo ha planteado como si fuera una pura casualidad: “Justamente las ciudades de las que hablamos [sobre desplegar la Guardia Nacional] son demócratas”. Más allá del gesto autoritario que supone el uso del ejército para asuntos domésticos, Trump parece que está haciendo toda esta campaña con el objetivo de preparar el terreno para las elecciones del año que viene.
“Creo que el crimen será el gran tema de las midterms [elecciones de medio mandato de 2026] y será el gran tema para las siguientes elecciones”, ha afirmado ante los periodistas el presidente. Trump ha apuntado cómo pretende marcar la agenda y el marco de las legislativas del año que viene. Ahora que el republicano no puede capitalizar el malestar de la población por la inflación – porque él es quien gobierna y según él ahora la economía está “floreciendo”-, Trump busca otra arena desde donde pueda usar el populismo para sumar votos que le permitan mantener el control del Congreso. Paralelamente, ya ha puesto en marcha la maquinaria para modificar los mapas electorales en su favor.
En Washington está prohibida la pena de muerte para delitos locales, pero sigue siendo aplicable para ciertos crímenes, según la ley federal. La actuación de los federales en la ciudad ha hecho que muchos casos que habrían pasado como ofensas menores, se hayan convertido en crímenes federales. De aplicarse la pena de muerte, tal como ha pedido el presidente este martes, aumentaría drásticamente el número de acusados en el corredor de la muerte federal, cuyos casos suelen tardar muchos años en resolverse.
Una de las primeras órdenes ejecutivas que firmó Trump al llegar a la Casa Blanca en la que instruía buscar la pena de muerte “cuando sea posible” y cuando involucre “el asesinato de un agente del orden público; o un delito capital cometido por un extranjero ilegalmente en este país”.
En febrero, la fiscal general Pam Bondi, levantó la pausa establecida durante la presidencia de Joe Biden sobre la mayoría de las ejecuciones federales, y el Departamento de Justicia bajo Trump ya ha dicho que buscará la pena de muerte en el caso de Luigi Mangione, acusado de haber asesinado al ejecutivo de UnitedHealth Brian Thompson el año pasado.