
El EKO de Carabanchel denuncia «amenazas y coacción» de un fondo por el «acoso» de una empresa de desokupación
Este centro social okupado del distrito sur denuncia haber «presiones» y «violencia» por parte de la sociedad inmobiliaria Midtown Capital Partner. Creen que este fondo de inversión trata de «expulsarles» después de 14 años como movimiento autogestionado y tildan de «ilegal» un posible desalojo
Las tres vidas del Price: de fábrica de galletas a centro social okupado y a circo permanente de Madrid
El centro social okupado EKO, en Carabanchel, denuncia graves amenazas para expulsarles de un edificio autogestionado desde hace 14 años. En la última semana han estado emitiendo alertas y llamamientos en redes sociales para proteger el CSO, pues tuvieron noticias de que pronto podía llegarles una empresa especializada en expulsiones y vaciado de propiedades, con métodos “ilegales”, según el CSO.
El que alojan era un inmueble abandonado que empezaron a utilizar como centro de actividades culturales, políticas, vecinales o de ocio en el barrio. Durante más de una década la infraestructura estuvo en concurso de acreedores, pero en 2024 la compró una sociedad inmobiliaria llamada Midtown Capital Partners. Ahora, el EKO hace pública su situación reciente: afirman que una empresa ha tratado de echarles y señalan precisamente a este fondo de inversión.
“Compran barato para maximizar benecios y, antes de empezar procesos judiciales largos, inician una escalada de intimidación, presión, amenazas, coacción y violencia contra las personas que habitan el espacio para intentar recuperar el edicio de manera rápida y efectiva, aunque ilegal”, concluyen desde el CSO, que sospecha un modus operandi que la empresa replica en otras inversiones, como ocurrió en 2023 en el bloque de la Dignidad de Móstoles que esta sociedad adquirió a la Sareb. En su narración de los hechos cuentan que la madrugada del pasado lunes 25 de agosto dos agentes de la Policía Nacional recorrieron “varias veces” en coche el entorno del EKO.
Serían las cuatro de la mañana y, siempre según su testimonio, los policías llegaron a dirigirse a otros compañeros en el edificio para llamar su atención con un megáfono. “Tic-tac, tic-tac, tic-tac…”, es lo que explican que repetían, a su parecer en “tono de burla e intimidación”. En el comunicado añaden que una hora más tarde fueron otros cinco hombres “corpulentos y vestidos de negro” quienes merodearon por la zona “de forma intimidatoria”, aunque se marcharon sin llegar a entrar.
“Horas después, la Policía Nacional identicó sin alegar motivo a once personas en la entrada del EKO, algo muy poco habitual en todos estos años de vida del centro social. […] El 26 de agosto, a las 9.17 horas, cuatro agentes de paisano se presentaron en el espacio e identificaron a varias personas del CSO” alegando, según sus integrantes, que eran “órdenes del jefe” y se pasarían a revisar “todas las mañanas”.
“Sospechamos que este es el comienzo de un proceso de presión y acoso para intentar desalojar por la fuerza un espacio que lleva años dando vida a multitud de proyectos y colectivos, redes de apoyo, cultura o resistencia y siendo punto de encuentro para tantas personas que habitamos y cuidamos Carabanchel”, sentencia el comunicado de la EKO, donde apuntan directamente a una “campaña de presión al margen de la legalidad”, pues dicen no haber recibido procedimiento de desalojo alguno. En los últimos meses, otro CSO de Carabanchel llamado Vetades también fue clausurado a raíz de un incendio y otros tótems como La Atalaya, en Vallecas, fue desalojado a finales del año pasado.