Camas en los pasillos y pacientes hacinados: los hospitales de Madrid colapsan por la falta de enfermeras

Camas en los pasillos y pacientes hacinados: los hospitales de Madrid colapsan por la falta de enfermeras

Las consecuencias de las condiciones laborales y la fuga a otras comunidades provocan un déficit que se intensifica en verano y que provoca cierres de plantas de hospitalización en varios centros como el Gregorio Marañón, el Hospital del Henares o el 12 de Octubre

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En el Hospital Gregorio Marañón, el “pasillo 11” ya forma parte del sistema informático de los sanitarios como si se tratase de una unidad de observación o de prehospitalización más. Es el resultado de que se haya normalizado poner camas en los pasillos para los pacientes que esperan a que se les pase a planta para ingresarles cuando ya no hay más sitio en las salas dedicadas a ello. Esos corredores por los que pasan enfermeras, médicos, pacientes, familiares y carritos que transportan material médico, se convierten en una carrera de obstáculos en la que los enfermos pierden cualquier tipo de privacidad.

Lo llamativo es que el hospital sí que cuenta con plantas para albergar a más pacientes. El problema, según denuncia el sindicato de enfermeras (Satse), es que no hay suficiente personal de enfermería –especialmente en verano– para cubrir todas las plantas. Por lo tanto, dicen, se opta por cerrar hasta cuatro servicios con 109 camas adicionales que se desaprovechan, provocando hacinamiento, mayor riesgo de contagios y agotamiento del personal.

Según relata uno de los enfermeros del hospital, que prefiere no revelar su nombre, hay ocasiones en las que en vez de esperar descansado en camas, los pacientes tienen que esperar sentados en sillones durante horas. “El otro día tuve un paciente que se tiró 25 horas en un sillón”, cuenta. Incluso recuerda situaciones en las que se da de alta a pacientes que nunca llegan a subir a planta. Desde Satse apuntan que estos usuarios pueden llegar a esperar hasta cuatro días en salas de prehospitalización.

Además, la imagen de esas salas, a simple vista, es de hacinamiento. En un “buen día”, como especifica este trabajador, hay 16 camas en una habitación con capacidad para 12. Las camas están separadas por unos centímetros, provocando, según señala este trabajador, posibles contagios. Añade que a esta situación se le suma el colapso de las Urgencias, donde los usuarios esperan “tres o cuatro horas” desde que llegan hasta que reciben tratamiento del médico. El pasado 19 de agosto, el sindicato publicó una nota de prensa en la que aseguraba que “hay 170 usuarios atendiéndose en la Urgencia, 15 de los cuales están ubicados en pasillos (donde no hay tomas de oxígeno, por ejemplo, y la atención de las enfermeras se complica por falta de espacio, ausencia de material, etc.)”.

Las consecuencias de la falta de personal, según denuncia este trabajador y Satse, también recaen sobre las enfermeras. La carga de trabajo es clara: pasan, por ejemplo, “de llevar 15 pacientes a, en verano, llevar 30”, dice el sanitario. Y aunque el colapso no se limita a los meses estivales, la escasez de suplencias para las vacaciones lo agrava y resulta en que se recurra todavía más a doblajes de turnos para cubrir plazas básicas. Según Satse, se pueden pedir de 9 a 12 dobles turnos al día y no se usan para reforzar la plantilla en situaciones excepcionales, sino para cubrir un mínimo necesario. Esto supone que algunos sanitarios hagan hasta 60 horas semanales. “Hay un momento en que la gente está agotada”, explican las delegadas sindicales de Satse del Gregorio Marañón.

«Pasan de llevar 15 pacientes a, en verano, llevar 30»

Otra de las consecuencias es la sobrecarga de trabajo y las “situaciones de estrés” que viven las pocas enfermeras recién graduadas que son contratadas temporalmente en verano. L., del 12 de Octubre, relata que el “ambiente de trabajo es muy tenso”, trabajando más días de lo normal, en su caso en Urgencias y UCI, “servicios específicos” que suponen una “situación aún más difícil”, ya que las que se incorporan en junio no conocen bien el funcionamiento y se generan muchos momentos de estrés. Por su parte, S., residente en el Hospital Príncipe de Asturias, cuenta a este periódico que este verano, durante tres semanas, solo estaba la monitora de terapia ocupacional y ella en el hospital de día psiquiátrico infantojuvenil. “Estoy haciendo una residencia para especializarme y no estoy con la enfermera especialista de mi área”, lamenta.

Fuga de enfermeras

La causa principal de la escasez de enfermeras en la Comunidad de Madrid, apuntan desde el sindicato, es que es la comunidad autónoma menos atractiva para las trabajadoras del sector, pues el salario medio está por debajo de la media nacional a pesar de que la vida es más cara y las condiciones son peores. También es una de las pocas autonomías que no contemplan las 35 horas de trabajo semanales, junto con Navarra, Aragón y Comunitat Valenciana. La jornada es de 37,5 horas.

En 2024, se produjeron 2.596 bajas en el Colegio de Enfermería de Madrid (Codem) y 1.303 corresponden a traslados a otras comunidades autonómicas. “Lo cierto es que la Comunidad no es capaz de retener el talento enfermero, ya que, en los primeros seis meses de 2025, 608 enfermeras han solicitado el traslado a otras comunidades autónomas, y otras 51 se han marchado al extranjero para ejercer en sistemas sanitarios que ofrecen mayor estabilidad y reconocimiento”, denuncia la portavoz del colegio madrileño, Mar Rocha, en declaraciones a este periódico. Otro de los factores en juego que señalan es la falta de relevo generacional. “Las plazas que se ofrecen en las universidades para estudiar enfermería son insuficientes y llevan años sin aumentarse”, explica una de las delegadas sindicales del Gregorio Marañón.

Sin embargo, este no es el único hospital afectado. Satse especifica que en verano cierra una media del 30% de las camas de los hospitales públicos madrileños y señalan la situación crítica del hospital de Getafe, el 12 de octubre y el Clínico San Carlos. También del hospital del Henares, cuyo delegado indicó a Satse que “la semana pasada estuvieron tres días bloqueadas las ambulancias antes del puente” porque no admitían las urgencias que venían en ambulancias y las derivaban a otros hospitales. En este centro hay 30 pacientes pendientes de ingresar en urgencias, mientras se dispone de una unidad de 34 camas y otra de 24 cerradas por falta de enfermeras que puedan atenderlas. “La sensación de los trabajadores es que el hospital es un caos y está que se cae por la falta de enfermeras”, denuncia.

«Muchas enfermeras se marchan para ejercer en sistemas sanitarios que ofrecen mayor estabilidad y reconocimiento»

La Paz, en huelga

Esta escasez de puestos de enfermería es una de las causas del grave deterioro del servicio público de salud madrileño en los momentos más críticos como el verano –por la falta de relevo para las vacaciones– o los picos de gripe –por la escasez coyuntural de profesionales para hacer frente a un mayor número de pacientes–, que se suma a la falta de camas disponibles, las listas de espera para acceder a muchos servicios y la falta general de personal que aumenta con cada baja por sobrecarga laboral y la “falta de respuesta” por parte de las administraciones. Por ello, el Hospital de La Paz en Madrid, uno de los más prestigiosos de la comunidad, convocó el pasado martes una huelga “simbólica” que obligó a la gerencia del centro a proporcionar el 35% de servicios médicos que marca la ley.

Según los manifestantes, hay unidades en las que a veces “ni siquiera se alcanza esa barrera”, por lo que empujar a la administración a reclutar personal para cubrir las bajas de los manifestantes puede demostrar que “no son capaces de conseguirlo” únicamente porque “no ofrecen condiciones dignas”.

«Tengo pacientes en salas de espera para ser ingresados desde hace, por lo menos, 72 horas»

Adrián es enfermero de Urgencias en La Paz. Lleva los últimos tres días viendo las mismas caras cuando va a trabajar, y no precisamente entre sus compañeros: “El tiempo máximo recomendado en un servicio como este es de un día y tengo pacientes en salas de espera para ser ingresados desde hace, por lo menos, 72 horas”.


Decenas de personas se manifiestan frente al Hospital de La Paz

La competencia autonómica

Fuentes de la consejería de Sanidad consultadas por este periódico echan balones fuera y reclaman al Ministerio de Sanidad la contratación de profesionales de la especialidad de “Medicina de urgencias”, a pesar de que las comunidades son las responsables de gestionar los recursos humanos del sistema autonómico de salud, así como de regular sus condiciones laborales y gestionar las bolsas de empleo temporal que cubrirían las vacaciones de las enfermeras. Una reducción de jornada a 35 horas y la mejora en las retribuciones, competencias autonómicas, retendrían a su vez a un mayor número de enfermeras para poder hacer frente a los momentos más tensionados del sistema de salud.

Desde el Codem alertan de una “sobrecarga continuada” de las enfermeras madrileñas y reivindican una mejora en las condiciones que, señalan, “se agravan especialmente durante los meses estivales”.