
No es solo un remedio para el acné: cómo puede mejorar tu piel el árbol de té
El árbol de té se conoce como remedio para el acné, pero también puede proteger la piel de otras infecciones
Las recomendaciones de un dermatólogo para cuidar la piel en verano: “Es un error usar solo protección solar en la playa”
Seguramente habrás visto en tu tienda de cosmética o herbolario cremas, serums o lociones con extracto de árbol de té. Pero, un momento, ¿el té no era un arbusto? Lo es, pero en este caso se trata de una planta diferente.
El aceite de árbol de té se extrae por destilación al vapor de las hojas del árbol Melaleuca alternifolia, originario de Australia, y se ha convertido en un remedio natural muy popular para la protección de la piel, especialmente durante los meses de verano, cuando ciertas infecciones cutáneas tienden a aumentar debido al calor, la humedad y la mayor exposición al aire libre.
El aceite de árbol de té se ha utilizado tradicionalmente como remedio natural por sus propiedades antisépticas, antimicrobianas y antiinflamatorias. Su composición química es rica en terpinen-4-ol y otros terpenos, unos compuestos conocidos por sus olores fuertes y a menudo agradables que pueden proteger a las plantas o atraer polinizadores, y que son los responsables de la mayor parte de sus propiedades biológicas. Debido a sus potentes efectos antimicrobianos, el aceite de árbol de té es reconocido por su capacidad para combatir bacterias, hongos y virus, lo que lo convierte en un remedio natural efectivo contra diversas afecciones de la piel.
Muchos cosméticos con extracto del árbol de té están dirigidos a tratar el acné. Esto se debe a que sus propiedades antibacterianas combaten específicamente la Cutibacterium acnes, la bacteria responsable de los granos. Además, también tiene propiedades antiinflamatorias, reduciendo el enrojecimiento y la hinchazón de las lesiones existentes.
El aceite del árbol del té también ayuda a regular la producción de sebo, con lo que se evita obstrucción de poros. Como otros extractos de plantas (por ejemplo, el aloe vera) tiene propiedades cicatrizantes, lo que acelera la curación de heridas y reduce la aparición de marcas. Hay estudios comparativos que indican que su eficacia es similar al peróxido de benzoilo, un remedio habitual contra el acné.
Las infecciones de la piel en verano
Durante el verano, las condiciones cálidas y húmedas crean un entorno ideal para diversas infecciones cutáneas, que incluyen infecciones por hongos como el pie de atleta (tinea pedis) o la tiña inguinal, así como infecciones bacterianas como el impétigo. Las infecciones fúngicas (por hongos) suelen estar causadas por un crecimiento excesivo de hongos o levaduras que viven de forma natural en la piel, pero que pueden multiplicarse en exceso cuando se acumula humedad y sudor, especialmente después de actividades como nadar o hacer ejercicio.
El pie de atleta, por ejemplo, se presenta con enrojecimiento, picor y grietas en la piel entre los dedos de los pies, a menudo provocado por calcetines y zapatos mojados. La tiña inguinal afecta a la zona de la ingle con una erupción similar que pica, debido a los hongos que proliferan en la ropa húmeda y sudada. Por su parte, el impétigo, una infección bacteriana muy contagiosa y común en los niños durante el verano, se desarrolla cuando bacterias como el Staphylococcus aureus y el Streptococcus pyogenes invaden pequeños cortes, picaduras de insectos o rasguños, lo que provoca llagas rojas y ampollas cubiertas de costras amarillas características.
Otras afecciones cutáneas estivales relacionadas con el crecimiento excesivo de microbios son la foliculitis, una inflamación de los folículos pilosos causada por bacterias, y la pitiriasis (tiña) versicolor, una infección por hongos que se presenta en forma de manchas decoloradas en el pecho y la espalda.
El aceite de árbol de té, no solo para el acné
La buena noticia es que el aceite de árbol de té tiene una importante actividad antifúngica, ya que es capaz de alterar las membranas celulares de hongos, como las especies de Candida, que suelen estar implicadas en infecciones por levaduras y otras afecciones de la piel. Al atacar la membrana, las levaduras y hongos mueren y no pueden infectarnos. Además, se ha observado que el aceite de árbol de té potencia la eficacia de los tratamientos antifúngicos convencionales.
Un estudio reciente in vitro encontró que por sí solo era capaz de eliminar los hongos responsables de las infecciones más comunes. Las soluciones de aceite de árbol de té al 25 y al 50% estudiadas demostraron ser más eficaces que un tratamiento con placebo para aliviar el pie de atleta entre los dedos de los pies. La infección desapareció en el 64% de las personas que utilizaron aceite de árbol de té, en comparación con el 31% de las que utilizaron el tratamiento inactivo.
En la práctica, los productos de aceite de árbol de té, que van desde el aceite esencial puro hasta cremas, lociones y geles, pueden utilizarse durante el verano para proteger la piel de las infecciones. Debido a su potencia, el aceite de árbol de té no puede usarse puro, y debe diluirse antes de aplicarlo directamente sobre la piel para evitar irritaciones. Lo habitual es mezclar unas gotas de aceite de árbol de té con un aceite portador, como el de coco o el de jojoba. Esta preparación diluida se puede aplicar en zonas propensas a infecciones, como entre los dedos de los pies, la ingle o cualquier abrasión cutánea expuesta a riesgo.
Durante los meses de verano y calor, el aceite de árbol de té puede ser un agente protector natural, y una alternativa eficaz y más segura que los productos químicos sintéticos, especialmente para las personas con piel sensible. Sin embargo, dado que algunas personas pueden experimentar sensibilidad o reacciones alérgicas al aceite de árbol de té, es aconsejable realizar una prueba antes de su uso, y en su caso consultar a profesionales de la salud siempre que haya infecciones persistentes o graves.