
La Conferencia Europea de Violencia Doméstica impone el silencio sobre el caso del catedrático investigado de la Universitat de Barcelona
La organización del encuentro pide a sus miembros en un correo electrónico preparatorio que se abstengan de hacer declaraciones sobre el caso de Ramón Flecha, que iba a ser ponente y copresidente del comité científico, y se cayó del cartel tras las denuncias contra él de antiguas colaboradoras
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“Eviten hacer declaraciones públicas sobre este tema”. Los fundadores de la Conferencia Europea sobre Violencia Doméstica (ECDV), que se celebra en Barcelona desde este miércoles hasta el próximo viernes, han pedido a sus comités (científico, coordinador y local), unas 60 personas, que no se pronuncien sobre el caso del catedrático Ramón Flecha, investigado por la Universitat de Barcelona después de que la información publicada el pasado julio por elDiario.es y otros tres medios revelara graves acusaciones de varias mujeres. Flecha era, hasta julio, uno de los ponentes principales y copresidente del comité científico de esta Conferencia y su grupo investigador, CREA, miembro de la organización. De hecho, el encuentro iba a tener lugar en las instalaciones de la UB, hasta que el centro se desvinculó de CREA y les retiró su apoyo.
Aunque ni Flecha ni CREA figuran en el programa actual de la Conferencia, la ECDV no se ha pronunciado públicamente sobre el caso ni ha hecho ninguna declaración pública de apoyo a las víctimas. Sin embargo, sí enviaron un correo electrónico a las personas que forman parte de los comités de la Conferencia para pedirles silencio sobre el tema “hasta que la conferencia haya concluido”. La Asamblea Feminista de la UB ha pedido el boicot al encuentro y la organización Work with Perpetrators European Network ha criticado que la ECDV no haya hecho ninguna declaración oficial de rechazo ni haya tomado “medidas reparadoras”.
En el correo, al que ha podido acceder elDiario.es y que está fechado el 22 de julio, los profesores y profesoras que fundaron la Conferencia, cuentan que han tenido conocimiento de la investigación publicada por varios medios españoles y comunican que tanto Ramón Flecha como CREA se han retirado como ponente y copresidente del comité científico y como asociación afiliada, respectivamente. Sin embargo, evitan pronunciarse sobre el tema y piden a las personas que forman parte del comité científico, comité coordinador y comité local que no hagan declaraciones al respecto.
“El grupo organizador principal de la ECDV no puede juzgar ni tomar posición sobre las denuncias y contrademandas (…) Dado el gran interés mediático que suscitan los temas actuales, creemos que es aconsejable que todas las personas que participan en los tres comités de la conferencia se abstengan de hacer declaraciones públicas (como publicaciones en redes sociales) sobre este tema hasta que la conferencia haya concluido. También les pediremos que eviten hacer declaraciones al respecto desde la plataforma o el sitio web de la conferencia”, dice el correo electrónico, en el que el grupo de profesores y profesoras asegura reservarse el derecho de “retirar” a cualquier miembro de los comités que no cumpla con esta condición.
En la página web de la conferencia señalan que la ECDV permitirá “compartir los últimos avances” sobre las viejas y nuevas formas de ejercer violencia doméstica y de género en toda Europa, “así como los impactos políticos y sociales logrados y las diferencias que se han producido en las vidas de las víctimas y supervivientes”. Preguntados por elDiario.es sobre si la falta de apoyo público a las mujeres que han podido ser víctimas del catedrático y la petición de silencio a quienes forman parte de sus comités son compatibles con el espíritu y los objetivos de la Conferencia, la ECDV se ha limitado a decir que “toman nota” de la investigación abierta y que Ramón Flecha ya no es ponente ni delegado del congreso.
Según puede comprobarse en la página web de la ECDV y en la del grupo de investigación CREA, que ya no está vinculado al dominio de la Universitat de Barcelona, al menos nueve personas que actualmente forman parte del grupo de investigación fundado por Ramón Flecha están en el comité científico y en el comité coordinador de la Conferencia Europea sobre Violencia Doméstica. Al menos tres de esas ocho personas han hecho públicos en sus redes mensajes de apoyo a Ramón Flecha, e incluso de descrédito a las mujeres que le señalan. CREA no ha abierto ninguna investigación interna sobre los hechos, a pesar de contar con una comisión de violencia cero.
Una de las organizaciones que participa en la ECDV, Work with Perpetrators European Network, ha hecho público un comunicado en el que muestra su apoyo a las mujeres que han prestado sus testimonios sobre Ramón Flecha y critica a la Conferencia por no haber hecho “lo suficiente para garantizar un espacio seguro”. “Las personas de CREA que han apoyado a Flecha y desacreditado a los denunciantes siguen participando en la conferencia. Los organizadores de la conferencia aún no han emitido ninguna declaración oficial de rechazo ni han tomado medidas reparadoras. Esta falta de medidas decisivas daña la reputación de la conferencia en sí y de todos los que asisten a ella”, aseguran. La organización ha decidido mantener su participación en la ECDV pero lo harán, prosiguen, para utilizarla como plataforma para mostrar su solidaridad con las víctimas “y abrir debates muy necesarios”. “Es esencial romper el silencio, garantizar que se escuche y se crea a las víctimas-supervivientes y fomentar la rendición de cuentas tanto entre las personas como entre las instituciones”, subrayan.
Los testimonios
“Yo era becaria de su grupo de investigación, él se me tiró encima y solo recuerdo que acabamos en su habitación”. “Entiendes que o pasas por esto o abandonas tu carrera en la academia”. “Él insistía en que nadie podía saberlo”. “Sabías que si ibas a un viaje con él eras su chacha, le hacías la maleta, el power point, le planchabas las camisetas… Cada día le tocaba a una y era algo que normalizabas. Sabías que si ibas con él estabas a su servicio”. “Llegué a pensar que la única forma de sobrevivir en la academia era seguir enrollándome con él”. “Controlaba con quién podías quedar y si podías enrollarte con él o no”. “A veces, en su casa, pedía masajes, llegó un momento en que se quitó los pantalones y en un par de ocasiones, también los calzoncillos”.
Son frases que pertenecen a los testimonios de ocho mujeres publicados por elDiario.es y que comparten el mismo patrón: casi todas conocieron a Ramón Flecha durante la carrera, cuando él fue su profesor en la Universitat de Barcelona, y empezaron a colaborar con CREA; y todas relatan un comportamiento envolvente que termina en sexo, masajes y/o estar a su servicio para todo tipo de tareas. El catedrático las introducía en su equipo cuando son muy jóvenes, les ofrece participación en investigaciones y proyectos, e inicia una relación personal -a solas y con otros miembros del grupo- por la que obtiene información íntima de ellas, que después utiliza. Despliega, según relatan ellas, una conducta de premios y castigos.
En el último año, al menos 24 personas han abandonado CREA. Las abogadas de 14 de ellas enviaron en junio una al rector de la Universitat de Barcelona, Joan Guàrdia Olmos, en la que advertían de “la gravedad de las situaciones vividas” por sus representadas “durante su pertenencia a la red CREA”. En la misiva, las abogadas contaban que algunas de sus clientas “relatan haber mantenido relaciones sexuales con el Sr. Ramón Flecha en un contexto de clara desigualdad jerárquica —en calidad de alumnas, becarias, doctorandas o subordinadas— y bajo un patrón reiterado de conducta que encaja con una lógica de coerción sexual, abuso de poder, acoso sexual, violencia psicológica y explotación laboral”.
Un mes después, la UB abría una investigación y le retiraba a Ramón Flecha la categoría de catedrático emérito. “Once personas describen conductas de tipo sexual, vejatorias y intimidatorias que no sólo son intolerables y contrarias al Código Ético de la Universidad, sino que, si se confirman, podrían ser delictivas. La consternación de la universidad es absoluta. Desde el rechazo frontal a cualquier caso de violencia, acoso o maltrato, la Universidad se compromete a actuar sin demora, con plenas garantías y con toda la contundencia para aclarar esta situación”, decía el comunicado que la universidad hizo público entonces.