
La jueza de la dana denuncia que sufre una «campaña difamatoria» de un «machismo atroz» para tumbar la causa
La magistrada recuerda a las defensas de la exconsellera Salomé Pradas y de Emilñio Argüeso que «los jueces no se eligen por las partes»
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La jueza de la dana se pronuncia por primera vez sobre las quejas presentadas ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por parte de las defensas la exconsellera Salomé Pradas y del exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argueso, ambos investigados en la causa. Se trata, según afirma en un auto dictado este pasado lunes, de una estrategia que “de forma burda” pretende apartar“ a la magistrada de la instrucción del procedimiento. La resolución recuerda que la ”independencia e inamobilidad“ de los jueces y magistrados es ”uno de los fundamentos del Estado de Derecho“. ”Los jueces no se eligen por las partes“, recuerda la instructora.
Por otro lado, el auto alude la “campaña difamatoria”, de un “machismo atroz”, que se “repite y publicita” en las querellas ventila en ciertos medios con informaciones sobre la supuesta participación en la causa del marido de la magistrada, el también juez Jorge Martínez Ribera.
“Sucesivas informaciones periodísticas me han denigrado como juez y como mujer. Dichos artículos albergan, en el apartado destinado a comentarios, un discurso de odio que incluye insultos y amenazas hacia esta Juez de Instrucción y hacia mi marido”, afirma.
La jueza afirma que las dos defensas han presentado quejas ante el CGPJ con meras “informaciones periodísticas insultantes” hacia ella y su marido. “Poco ha importado que hasta el momento las resoluciones [dictadas por la magistrada] hayan sido confirmadas por la Audiencia Provincial de Valencia”, agrega.
Imágenes de la hija menor de edad “subrepticiamente”
La instructora ha desvelado cómo se obtuvieron las imágenes de ella y de su marido que han publicado algunos medios conservadores. Uno de los letrados de la causa no apagó la cámara del sistema Webex al acabar una de las declaraciones, “grabando subrepticiamente a todos los que entraban en la Sala”.
“No solo a mí, a mi marido, sino incluso a mi propia hija, menor de edad, que también entró en la Sala en dicho día, tras la práctica de la declaración”, relata.
La magistrada recalca: “Algún letrado del procedimiento grabó a mi hija menor de edad, lo que es absolutamente repugnante”.