Los barones del PP se atribuyen la decisión de rechazar la quita de la deuda: «No somos una secta»

Los barones del PP se atribuyen la decisión de rechazar la quita de la deuda: «No somos una secta»

El Gobierno de Cantabria, anfitrión de un curso en la UIMP en Santander que se convierte en un altavoz sobre la condonación de la deuda, reúne a los presidentes de Castilla-La Mancha, Andalucía y Galicia

Reacciones – Page acepta la quita de la deuda autonómica que ofrece Sánchez: «Es de justicia»

El Palacio de La Magdalena de Santander ha recibido este miércoles a los presidentes autonómicos de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla (PP); Castilla-La Mancha (PSOE), Emiliano García Page, y Galicia, Alfonso Rueda (PP), con un entusiasmo y un protocolo propio de las grandes cumbres políticas. Pasillo de flashes congelando gráficamente cada paso que han dado hacia la escalinata principal del imponente edificio que se abrió de manera excepcional en esta ocasión puesto que siempre se utiliza la entrada posterior.

Los tres estaban invitados a compartir mesa redonda con la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga (PP), en un seminario estival de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), financiado por el Gobierno de Cantabria, en esta veterana institución fundada durante la República que está cerca de alcanzar su centenario.

Se trata de un curso en el que también el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol (PP), junto a otros responsables políticos, tiene asignada su cuota de protagonismo a pesar de que el objetivo era debatir sobre el Comité de las Regiones europeo. Pero en realidad la jornada, al margen del guion oficial, se ha convertido en un escaparate de declaraciones sobre la condonación de la deuda autonómica.

Fuera de ese foro, donde compartieron algunos lugares comunes sobre el espíritu europeo, Page desafinó en el coro de ‘tenores’ autonómicos del PP avalando la quita de la deuda que ha propuesto el Gobierno de Pedro Sánchez (PSOE). Tras él tuvieron que reaccionar en cadena el resto de presidentes que, en principio, habían rechazado las preguntas de los medios. El discurso en las filas populares es idéntico: no han recibido órdenes de Alberto Núñez Feijóo (PP) y es una iniciativa que “perjudica” a todos los ciudadanos españoles, con la excepción, al parecer, de los catalanes.

Page, invitado a este foro institucional en sede universitaria convertido en altavoz del PP, fue nuevamente un verso suelto, esta vez apoyando a su propio partido, con el que sostiene claras diferencias y polémicas abiertas desde que Sánchez está al frente como secretario general socialista.

El presidente de Castilla-La Mancha llegó el primero, solo, y atendió a los periodistas. Fue también el único que defendió la condonación de la deuda autonómica con el argumento, entre otros, de que en este país se han hecho absorciones de deuda por parte del Estado en múltiples ocasiones. “Empezando por la que nos hicimos cargo todos los españoles de la deuda bancaria en la crisis financiera”, recordó. “De la deuda bancaria nos hicimos cargo todos los españoles. Y la deuda de cara a la Unión Europea va a computar lo mismo, la tengan unos o la tengan los otros”.

Page dijo en Santander que la quita de la deuda de las comunidades aprobada por el Gobierno de España “no es ningún regalo” sino “justicia elemental” porque, a su juicio, “mucho antes de que los independentistas plantearan esa necesidad”, ya lo hizo él cuando gobernaba Mariano Rajoy (PP).

El barón socialista insistió en que el Estado lleva 11 años sin actualizar la financiación de las autonomías y eso ha hecho que muchas comunidades se tengan que endeudar para seguir manteniendo los servicios públicos. “Me parece casi de justicia que el Estado, a modo de financiación indirecta, compense la falta de financiación ordinaria, al menos haciéndose cargo de parte de la deuda”, explicó ante los medios. “No es un planteamiento que perjudique a las autonomías, que sí lo hubiera sido de plantearse solo para Cataluña”, remachó.

Cuando terminó de hablar Page avanzó el ‘frente popular’ -con Rueda, Moreno Bonilla y Buruaga, anfitriona del encuentro- hacia el posado fotográfico en la escalinata. Con el sol rompiendo las primeras brumas de la mañana sonrieron inmóviles hasta que los fotógrafos se cansaron de disparar. Ya dentro, en el aula, faltaron sillas, aunque había más séquitos protocolarios autonómicos y medios de comunicación que alumnos.

Page se ha desplazado a Cantabria con una decena de colaboradores. Al presidente andaluz lo acompañaban cuatro ayudantes y al de Galicia dos personas. Y en lugar de una mesa -ni redonda, ni cuadradada- se instaló un atril más propio de una conferencia politica delante de la chimenea que, de ordinario, es escenario de bodas civiles. Sobre la repisa un adorno floral recordaba la última ceremonia. 

La expectación que había levantado en principio el diálogo entre los tres presidentes se convirtió en sucesivas intervenciones individuales con la estética de mitin o comparecencia. “Es muy difícil no estar de acuerdo con el presidente de Castilla-La Mancha: habla con mucha sensibilidad y valentía”, elogió el gallego Rueda tras la intervención de Page.

El Partido Popular trata al barón socialista con guante blanco, como si fuese uno de los suyos. Ante él no hay reproches al ‘sanchismo’ ni las palabras gruesas que habitualmente se utiliza contra otros presidentes socialistas. “Busca puentes de encuentro y mantener una posición nítida y valiente en asuntos en los que la mayoría estamos de acuerdo”, reiteró Moreno Bonilla como ejemplo.

El debate anunciado en el contexto del curso ‘De la idea a la acción: los 30 años del Comité de las Regiones y la evolución de la política de cohesión’, que acoge la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, no se produjo. Las intervenciones de la supuesta mesa redonda se diluyeron en un formato más convencional. Hablaron de forma individual, sin interrelación alguna. Sin diálogo, sobre la trayectoria y los retos de futuro que afronta el Comité de las Regiones. El organismo que analiza buena parte de los textos legislativos europeos, y que está formado por 329 miembros, de los que 21 pertenecen a la representación española.

Finalizada la jornada, los tres presidentes autonómicos del Partido Popular -Rueda, Moreno Bonilla y Buruaga- repitieron ante los medios de comunicación mensajes idénticos: no asumirán la “trampa” de la condonación de deuda de las comunidades y no han recibido “órdenes” de la dirección nacional del PP sobre la posición que hay que mantener ante este asunto. “Yo tengo unos jefes que son los andaluces y andaluzas, y esos son los únicos que me pueden imponer a mí un criterio”, proclamó Juanma Moreno Bonilla. “El Partido Popular no es una secta”, remachó Buruaga como colofón a este inédito encuentro de presidentes.