
UGT no da por perdida la reducción de jornada y pide a Junts que “no dé una patada en el culo de los trabajadores”
El líder del sindicato, Pepe Álvarez, avisa a PP, Vox y Junts de que, si tumban la legislación este miércoles, «este tema les va a perseguir» electoralmente
La jornada laboral de 37,5 horas afrontará su primer examen parlamentario la semana que viene
“No damos nada por perdido”. Así responde el líder de UGT, Pepe Álvarez, al primer examen parlamentario que afronta la reducción de la jornada laboral a 37 horas y media la semana que viene y que puede tumbar la ley estrella del Ministerio de Trabajo a través de las enmiendas a la totalidad presentadas por PP, Junts y Vox. El dirigente sindical, en contacto con Junts, pide a la formación catalana que permita el debate parlamentario de la norma. “No nos gustaría que se diera una patada al Gobierno en el culo de los trabajadores y trabajadoras de Catalunya”, ha afirmado en una rueda de prensa esta mañana.
“Cuando hay un tema de estas características, creo que al menos no se debe negar el debate”, ha demandado Álvarez, que ha recordado que la reducción de la jornada laboral es una materia con un amplio respaldo social, en todos los partidos políticos, según las encuestas.
Si el miércoles PP, Vox y Junts se alían para tumbar la legislación, sin abordar el contenido de la norma a través del trámite de enmiendas, “será un secuestro de la voluntad de la mayoría de ciudadanos y ciudadanas de este país”, ha valorado el líder de UGT. Además, ha advertido de que, en tal escenario, “este tema les va a perseguir” electoralmente.
La incógnita sobre Junts
Fuentes del sindicato reconocen que la votación del próximo miércoles está muy complicada, pero recuerdan que también lo han estado otras en las que al final Junts ha preferido mantener abiertos ciertos debates para poder negociar con el Ejecutivo.
No tumbar la ley el miércoles no significa su aprobación, ha recordado Pepe Álvarez, sino simplemente permitir su debate de enmiendas, en las que la formación catalana podría incorporar cambios y ayudas a las pequeñas empresas, la materia que más les ha preocupado hasta el momento.
“No podemos dar por sentado que el resultado va a ser uno u otro”, ha insistido Álvarez sobre la votación del próximo miércoles. El sindicato además está en conversaciones con CCOO para fijar una postura conjunta ante esta votación, ha indicado Álvarez.
En el peor de los escenarios, en el que la legislación fuera devuelta al Gobierno, el secretario general de UGT ha tomado la palabra a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que en verano afirmó que intentarían aprobar la reducción de la jornada laboral aunque fuera “a la segunda o a la tercera”. “Yo añado a la cuarta si es necesario”, ha rematado Álvarez.
Registro horario y despido
El secretario general de UGT ha reclamado en cualquier caso al Gobierno que regule por su cuenta el refuerzo del registro de jornada, una advertencia que lanzó la vicepresidenta Yolanda Díaz a los empresarios hace meses. Álvarez ha reclamado que el Ejecutivo apruebe este reglamento a través de un real decreto, que no requiere del respaldo parlamentario.
Por otro lado, respecto al despido improcedente, el sindicato espera que el Tribunal Constitucional corrija al Tribunal Supremo, que rechazó aumentar las indemnizaciones como concluyó el Comité Europeo de Derechos Sociales en dos resoluciones sobre España. El dirigente de UGT ha explicado que el sindicato “está acompañando” al trabajador que perdió en el Supremo y a su abogada en su recurso al Constitucional, ya que no podía personarse por su cuenta. “No teníamos otra forma para hacerlo, teníamos que esperar a otro caso”, ha explicado Álvarez.
De cara a los próximos meses, UGT está negociando con CCOO también una postura unitaria de cara a la renovación del Acuerdo sobre Empleo y Negociación colectiva (AENC) con los empresarios, en el que los sindicatos deberán poner sobre la mesa su propuesta de subida salarial en los convenios colectivos para los próximos años.
Álvarez no ha dado detalles al respecto, pero sí ha adelantado que su organización quiere introducir los problemas del alto coste de la vivienda en esta negociación. El sindicalista considera que es un problema que perjudica al poder adquisitivo de los trabajadores, pero también a las empresas, por “falta de mano de obra”, especialmente en las zonas más tensionadas donde los precios son más altos.