
Las jornadas de Vox en el Congreso: la persecución al “varón español” y los migrantes como culpables de casi todo
El grupo parlamentario consigue que la Cámara acoja un encuentro en el que un exmagistrado del Supremo ha confesado que «pertenece a la manosfera» y se ha burlado de la ley trans: «Hoy me siento mujer»
ERC, EH Bildu y BNG piden al Congreso que cancele las jornadas de Vox sobre “denuncias falsas” de violencia machista
Con el argumento de que le “importan todas las víctimas”, Vox ha organizado unas Jornadas en el Congreso de los Diputados para desacreditar a las de violencia machista. Bajo el epígrafe ’Ideología de Género y denuncias falsas’, la ultraderecha ha reunido en la sala Ernest Lluc a representantes de asociaciones y profesionales –algunos llegados desde Argentina– con el objeto de desmontar la “hipocresía y el relato único” del feminismo pero sin citar una sola vez los datos oficiales, que indican que hay un número casi insignificante de denuncias.
La Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2023 recoge dos sentencias condenatorias por denuncia falsa de un total de 199.282 causas de violencia de género, lo que supone un porcentaje de 0,001%. El promedio entre los años 2009 y 2023 es del 0,0084% e incluso si se suman las causas que están en trámite y que podrían terminar con un pronunciamiento condenatorio el porcentaje total alcanzaría apenas el 0,00945%.
El miércoles los grupos parlamentarios de Esquerra, el Bloque Nacionalista Galego y EH Bildu habían pedido sin éxito al Congreso que impidiera la celebración de las jornadas porque entendían que este debate convocado por la ultraderecha y autorizado por la Mesa de la Cámara Baja “tiene por objetivo la difusión de un discurso negacionista de la violencia machista”. Por eso la diputada Rocío de Meer dedicó la presentación a “los que hacen política con la violencia” para a continuación hablar de la “clara relación de estos delitos con la inmigración”.
Redoblando la apuesta, la diputada Rocío Aguirre acusó a los grupos políticos de no haber apoyado “a las chicas violadas en Madrid por inmigrantes ilegales”. Fue la tónica de la mañana: daba igual de lo que se hablara, los migrantes acababan siendo los culpables de (casi) todos los males que aquejan al país.
De las denuncias falsas al por qué no denuncian
“Muchas de las mujeres asesinadas este año no habían denunciado. ¿Por qué no denuncian?”, se preguntaba Rocío Aguirre en la presentación de una mesa que durante la siguiente hora se iba a dedicar a hablar sobre la “persecución a los hombres”, sobre cómo las mujeres denuncian por dinero, o cómo la perspectiva de género ha “robado la credibilidad” al sistema judicial en el que hay “gente inocente presa solo por lo que dice la supuesta víctima”.
Según la Encuesta Europea de Violencia de Género, del total de mujeres de más de 16 años que han sufrido violencia física, sexual o psicológica en algún momento de su vida, el 78% no ha denunciado. En el caso de las víctimas mortales, la cifra es similar: el 73% de las mil asesinadas entre 2003 y 2019 no llegaron nunca a policía ni juzgados.
La dificultad de las mujeres para acudir a la Justicia y para sostener esa denuncia durante el proceso –alimentada sobre todo por el cuestionamiento hacia ellas con argumentos como los que desplegaron los participantes en la jornada– se convirtió gracias a los malabares discursivos de los ponentes en la demostración de que las políticas de género no sirven para proteger a las víctimas sino para crear otras nuevas: los hombres “perseguidos” por ideología.
El copresentador y organizador del encuentro, Jesús Muñoz, fue incluso más gráfico: “Este país está juzgando a hombres por la sola razón de tener penes”, soltó el vicepresidente de la asociación Anavid ante un auditorio que le aplaudía de pie.
La abogada argentina Patricia Anzoátegui aprovechó su ponencia para cargar contra la llamada Ley Micaela, que impulsó en Argentina la formación en perspectiva de género obligatoria para los miembros de los tres poderes del Estado. “Fue una ley militante, relacionada con una chica que estaba vinculada al Gobierno anterior”, lanzó Anzoátegui.
Micaela García fue violada y asesinada a la salida de una discoteca en 2017 por un hombre que había sido condenado por la violación de otras dos mujeres y que en ese momento disfrutaba de libertad condicional a pesar de que el informe criminológico recomendaba lo contrario. La joven de 21 años militaba en el Movimiento Evita y participaba del Movimiento Ni Una Menos. La conmoción social tras su asesinato generó en Argentina un intenso debate sobre la falta de formación en violencia contra las mujeres, lo que culminó con la aprobación de la ley en 2019.
Para Anzoátegui, la ley se convirtió en un “negocio”, un “instrumento para el robo” e introdujo “el sesgo” en el poder judicial. Al menos su primo, el también abogado Rubén Melloni y coautor del libro Hienas, que estaban promocionando, reconoció que “denuncias verdaderas también hay”.
Rocío Aguirre recogió la experiencia transatlántica para comentar que en España la situación es igualmente dramática: “Lo único bueno es que allí está [el presidente Javier] Milei y ha quitado todo el dinero al Ministerio de Igualdad, pero aquí no tenemos a Milei”, lamentó la diputada de la ultraderecha.
Mofas a la ley: “Soy Francisca Javiera”
Luego llegó el show de Francisco Javier Borrego Borrego, un ex magistrado del Supremo y habitual de los medios de la ultraderecha que comenzó su histriónica alocución gritando, con las manos en alto: “Confieso que pertenezco a la manosfera”.
Borrego hizo un repaso a las leyes españolas sin ahorrarse referencias al Open Arms –“un barco llamado negrero con bastante exactitud”– y a la identidad de género –“Hoy me siento mujer, me llamo Francisca Javiera”– para luego burlarse de José Luis Rodríguez Zapatero por impulsar el matrimonio igualitario y acabar introduciendo, en una voltereta final, al líder de Junts, Carles Puigdemont: “Que ni Pedro-Carles ni Carles-Pedro decidan por vosotros”, soltó en medio de un aluvión de aplausos. “Siempre viene bien un poquito de humor”, justificó Aguirre para intentar volver al tono de seriedad académica con el que se intentó defender que las denuncias falsas en violencia de género es un enorme problema para los españoles.
La abogada Ruth Arroyo habló de “divorcios penales” y de la injusticia que supone que los hombres tengan que pasar una o dos noches en comisaría tras una denuncia. Otro abogado, Daniel Labrador, citó casos en los que la madre asesinó a los hijos asegurando que “no son una excepción”: “Para el feminismo, la realidad social es irrelevante”, sentenció.
“Los homicidios son multifactoriales, pero solo miramos uno”, ha defendido Samuel Vázquez, asesor y portavoz de Vox en materia de Seguridad e Inmigración. Para el policía, el problema es que solo una parte pequeña de las consideradas víctimas realmente lo son y que se ha vuelto difícil distinguir entre unas y otras. “Hemos generado tanto volumen que las verdaderas víctimas no pueden ser protegidas”, aseguró Vázquez, que tampoco eludió el tema que sobrevoló toda la jornada, los migrantes: “Han inundado nuestras calles de personas que vienen de territorios en los que las mujeres no valen nada”.
Al acabar las jornadas, en las que no participó ningún diputado de otro grupo parlamentario además de Vox, la ministra de Igualdad publicó un tuit refiriéndose a las denuncias falsas, desmintiendo las tesis de la ultraderecha. Las jornadas se realizaron por acuerdo de la Mesa, con los votos a favor de PP y PSOE y el voto en contra de Sumar.