
‘Diccionario rural’: una compilación de palabras para entenderse con la España rural “arrinconada y olvidada”
Luis Miguel Ferrer Mayayo presenta la ampliación de su primer diccionario con este trabajo que incluye 8.000 vocablos, de los cuales el 15% son términos relacionados con la sanidad. “Porque entender el mundo rural es la mejor manera de respetarlo y conservarlo”
El pastor del Pirineo que ha recopilado 21.000 palabras de belsetán, una variante del aragonés que solo hablan 20 personas
Lo que nació como una lista de palabras para que su hija pequeña, veterinaria recién graduada, entendiera las conversaciones entre ganaderos y colegas de profesión más mayores cuando tenía prácticas, se convirtió en un libro que lleva por título ‘Diccionario de pastor. Palabras y palabros para entenderse con el mundo rural’. La acogida de este volumen ha sido tal que, en menos de un año, su autor lanza ahora un segundo libro, titulado ‘Diccionario rural. Un mundo, una salud’, también publicado por la editorial Prames.
El primer diccionario, una obra peculiar que reúne más de 3.000 localismos de Aragón y otras provincias limítrofes –Soria, Navarra, La Rioja y la franja entre Aragón y Catalunya y Comunitat Valenciana–, palabras y términos propios de las zonas rurales, nacía con el objetivo de preservar y aclarar el uso y significado de estas Ferrer Mayayo, veterinario y profesor en la Universidad de Zaragoza, hoy en día jubilado, ha recibido en menos de un año “nuevas palabras, y fuentes donde encontrarlas, como webs de ayuntamientos”, que le han animado a publicar el libro que ahora presenta.
En ‘Diccionario rural. Un mundo, una salud’ se compilan cerca de 8.000 vocablos, entre palabras y expresiones, y un 15% de estos se refieren a temas sanitarios, “atendiendo a la salud humana, vegetal, animal y medioambiental”, matiza el autor. De ahí el subtítulo que Ferrer Mayayo ha elegido para este segundo volumen: “Un mundo, una salud”, que toma prestado del lema de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Un trabajo “intenso, pero gratificante”, asegura.
Entender: el primer paso hacia el respeto y la conservación de lo rural
Ayudar a traducir las expresiones y palabras que los ganaderos emplean en su trabajo diario, especialmente en pequeñas poblaciones y zonas alejadas del mundo urbano, es una forma de conservarlas y de mantenerlas vivas en el futuro. El listado de palabras que aparecen en el primer diccionario publicado por Ferrer Mayayo ha contribuido a que la comunicación entre pastores y veterinarios jóvenes fluya, en beneficio de los animales y, en último término, del mundo rural y de su continuidad.
Pero la barrera de entendimiento no solo se da en el mundo de la agricultura, e incluso de la ganadería. En una visita a su médica “de cabecera”, a Luis Miguel Ferrer, esta le contó una anécdota, había sido incapaz de entender a una paciente de avanzada edad cuando esta se explicaba con palabras de las utilizadas habitualmente en su pueblo, entre su gente. Finalmente, sanitaria y paciente se entendieron por signos, señalando esta última los lugares donde sentía su dolencia.
Diccionario rural
Esta historia es solo el punto de partida de una realidad que muchos profesionales, nacidos y criados en el mundo urbano viven cuando son destinados a trabajar en zonas rurales. Para paliar en parte esta falta de entendimiento, y teniendo en su haber muchas palabras; algunas cedidas y otras, fruto de la investigación propia, Ferrer Mayayo ha querido incluir términos y vocablos también relacionados con el mundo de la salud en su nuevo diccionario: “Si de alguna forma puedo ayudar a entenderse tanto a sanitarios como a moradores de esta España, arrinconada y olvidada, será un orgullo para mí”, confiesa. Porque, como explica Luis Alberto Calvo Sáez, presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, ‘Diccionario rural. Un mundo, una salud’ representa mucho más que una simple recopilación de términos: “Es un puente entre el conocimiento tradicional y la innovación, entre el mundo rural y la sociedad actual”.
En este sentido, la publicación ha recibido el apoyo del CGCVE y del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de la Provincia de Zaragoza, que el día 3 de octubre, concederá a Luis Miguel Ferrer Mayayo la mayor distinción de la entidad el “Premio San Francisco de Asís a la Trayectoria Profesional”.
Una realidad recogida a través de palabras en un diccionario
En el diccionario aparecen las entradas recogidas por orden alfabético de la A a la Z, se cita la palabra y, a continuación, su homónima en español y algunas otras con el mismo significado, pero de otras zonas geográficas. “Si es necesario, se añade una breve descripción o un pequeño ejemplo de su uso”, apunta el autor. En el caso de las palabras relacionadas con la sanidad, aparecen destacadas en otro color. Y advierte Ferrer Mayayo, que no se trata de un trabajo de lingüística, sino una “recopilación pura y dura de lo que he ido recibiendo o encontrado en antiguos diccionarios, en artículos o en internet”.
Además, la edición contiene ilustraciones de la naturaleza realizadas por el autor: “Después de jubilado estoy inmerso en la pintura”, explica, otra de las pasiones a las que dedica buena parte de su tiempo en la actualidad. Su visión sobre la sanidad en la que todos los elementos de la tierra forman parte de ella: seres humanos, animales, naturaleza y vegetación, queda reflejada en esta obra al decidir incluir términos relacionados con lo sanitario, porque: “No puedes aislar al ser humano del mundo animal, de la naturaleza”, defiende el veterinario.
Portada ‘Diccionario rural. Un mundo, una salud’
No descarta llevar a cabo una ampliación del libro que ahora presenta únicamente dedicada a la recopilación de vocablos relacionados con la sanidad rural. Para ello, calcula que necesitaría recoger entre tres y diez palabras diarias y, sobre todo, la implicación del sector médico, muy afectado por estos problemas de comunicación entre pacientes y facultativos ya que, como apunta Ferrer Mayayo: “La mayor parte de los médicos hoy en día son urbanitas”.
La nostalgia ha ayudado a recuperar muchas palabras recogidas en este nuevo trabajo
El tiempo que el veterinario, ya jubilado, ha dedicado a la construcción de este libro: “Ha sido como un viaje al pasado, a mi pueblo, a mi infancia y juventud, a aquellos años de intensa actividad antes de que me mandaran a estudiar a Zaragoza”, confiesa. Al igual que él, otras personas que sintieron esa “nostalgia” al conocer la publicación de la primera obra, quisieron de alguna manera compartirla. “He recibido llamadas y mensajes de personas con las que he tenido conversaciones enriquecedoras en las que hemos hablado de la niñez, del recuerdo de las palabras y de las personas ya desaparecidas que las decían”, explica el autor de ‘Diccionario Rural’.
Fruto de esos recuerdos han aflorado palabras y expresiones que oyeron de niños a sus mayores o que incluso ellos llegaron a utilizar en su infancia. Términos y “dichos” que durante este tiempo han hecho llegar al autor, que las ha recogido para su estudio y posterior publicación.