Mazón encara el aniversario de la dana con la confirmación por Maribel Vilaplana de que engañó a las víctimas y a Feijóo

Mazón encara el aniversario de la dana con la confirmación por Maribel Vilaplana de que engañó a las víctimas y a Feijóo

La carta abierta de Maribel Vilaplana desmiente las versiones anteriores del jefe del Consell: la comida en el Ventorro acabó «entre las 18.30 y las 18.45» y no a las 17.00 ni a las 18.00 como decía antes Presidencia

Maribel Vilaplana desvela que la comida de la dana con Mazón en el Ventorro duró tres horas y media, hasta pasadas las 18.30

El president de la Generalitat, Carlos Mazón, encara la recta final hacia el primer aniversario de la dana, el próximo 29 de octubre, con la confirmación —negro sobre blanco— por parte de la periodista Maribel Vilaplana de que el jefe del Consell ha engañado a las víctimas, a la sociedad valenciana y al líder de su propio partido, Alberto Núñez Feijóo, sobre sus pasos la tarde de la catástrofe, que dejó 228 personas fallecidas (una de ellas embarazada de ocho meses).

La comunicadora, comensal de la polémica comida en el Ventorro, ha confirmado en una carta abierta que el ágape se acabó (o, al menos, que ella salió del céntrico y discreto establecimiento) “entre las 18.30 y las 18.45”. Maribel Vilaplana no detalla si el jefe del Consell, al que no alude por su nombre en ningún momento, abandonó el establecimiento en la misma franja horaria que ella. Siguen siendo un misterio los pasos de Mazón de aquella tarde desde que se fue del Ventorro hasta que se plantó en el Centro de Coordinación de Emergencias de l’Eliana a las 20.28, según su última versión de los hechos (tras meses asegurando que su llegada fue “pasadas las siete”).

En el caso de Maribel Vilaplana, se trata de la tercera versión que aporta la portavoz y consejera del Levante UD sobre la cronología de aquella comida. Las anteriores habían coincidido, en gran medida, con los horarios que daba el Palau de la Generalitat. Las nuevas horas de la comunicadora contrastan ahora con las innumerables versiones del president sobre sus pasos de aquella trágica tarde, cuando la situación sobre el terreno era extremadamente crítica y la entonces consellera Salomé Pradas tenía serios problemas para comunicarse con el president.

Mazón no figura como investigado en la causa que instruye la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, por su condición de aforado, tal como ha destacado varias veces la magistrada. Lo cual permite al president soslayar importantes detalles sobre su cuestionada actuación de aquel día, especialmente en la tres horas y media que duró la comida. La única certeza a estas alturas es que no ha dicho la verdad para tratar de justificar su desconexión en las horas clave.

Tanto la jueza instructora como el fiscal se han opuesto a que Maribel Vilaplana declare como testigo, por la condición de aforado de Carlos Mazón. Sin embargo, la carta abierta de Vilaplana ha servido como prólogo de su comparecencia en la comisión de investigación de la dana en el Congreso de los Diputados, que podría aportar nuevas pistas. Especialmente, a tenor de la opacidad y las contradicciones del president, que se remontan a los días inmediatamente posteriores a la catástrofe.

Primeras versiones: las 17.00 y luego las 18.00

Este diario desveló el pasado 5 de noviembre que el jefe del Consell se fue de comida el 29 de octubre tras haber empalmado varios actos ajenos a la dana durante la mañana. En una primera versión, Presidencia aseguró que Mazón se encontraba en su despacho del Palau a las 17.00. También alegó que simplemente había acudido a un “picoteo” en los “alrededores” del Palau.

Sin embargo, el 8 de noviembre, ante múltiples evidencias, el equipo de Mazón ya retrasó su llegada al Palau hasta las 18.00, una hora más tarde de lo que había sostenido hasta ese momento. Esa versión es la que han manejado los populares valencianos ante la dirección del PP de la calle Génova de Madrid.

Un día después, el 9 de noviembre, el president afirmó que se incorporó “personalmente” a la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) “a partir de las siete”. Una hora que el propio Carlos Mazón repitió infinidad de veces en aquella primera fase de la estrategia de comunicación de su equipo.

La perplejidad general crecía a medida que la indefinición de Mazón sobre sus pasos se multiplicaba, con todo tipo de especulaciones. Ante una catástrofe que dejó 228 fallecidos, la Administración responsable de la gestión de la emergencia ha dado múltiples versiones sobre la agenda del jefe del Consell, cuyos cambios de versión han estado condicionados por las informaciones periodísticas y, más recientemente, por la decisión de romper su silencio por parte de Maribel Vilaplana.

Todas y cada una de las versiones de Carlos Mazón se han demostrado falsas. Llegó al Cecopi a las 20.28, según su última versión de los hechos, que le desliga de la hora en que se envió el tardío Es-Alert (a las 20.11, cuando ya había fallecidos y cientos de ciudadanos permanecían atrapados por las inundaciones). Cuando la Generalitat aportó la hora del video de la cámara de seguridad del Centro de Emergencias de l’Eliana que confirmaba esa última versión, ante las flagrantes contradicciones, el jefe del Consell explicó que “evidentemente, las 20.28 es después de las siete”.

La última versión de Vilaplana: “entre las 18.30 y las 18.45”

La carta abierta de Maribel Vilaplana, publicada poco más de diez meses después de la catástrofe, aporta una nueva franja horaria: entre las 18.30 y las 18.45, hora de salida del restaurante tras el largo ágape en uno de sus reservados con una botella de vino mano a mano, según especificó el entorno de la periodista. Unas horas que hacen inviables las versiones anteriores del Palau de la Generalitat: ni Mazón llegó a su despacho a las 17.00, como se dijo primero, ni a las 18.00, como se aseguró luego.

La comida en el famoso establecimiento duró tres horas y media, según Vilaplana. En esos momentos, mientras el president degustaba el menú de comida tradicional que ofrece el Ventorro, el Gobierno que preside activó la Unidad Mlitar de Emergencias (UME) para Utiel; la entonces consellera Pradas convocó el Cecopi; la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) alertó del gravísimo peligro en la presa de Forata, y la televisión autonómica À Punt informó en directo sobre el desbordamiento de la cabecera del barranco del Poyo en Chiva.

Mientras, el president permanecía en un restaurante.