
Aglomeraciones, retrasos y una previsión deficiente: Madrid colapsa en la vuelta a la rutina por los cortes de Metro y carreteras
Colas kilométricas para coger un bus alternativo y retrasos en los puntos más críticos de la movilidad en la región empañan la vuelta al cole en un clima de descontrol originado por las obras e intensificado por la falta de previsión
En la única estación que cierra por los dos cortes de línea 6 de Metro de Madrid: resignación y obreros «como vecinos»
Madrid, asediada por las obras, ha vuelto al cole con el corte del tramo este de la línea circular de metro, de la carretera A-5 y de varios carriles del Paseo de la Castellana, además de los trabajos de renovación que continúan en la estación de Chamartín después de casi tres años. El resultado ha sido el colapso de la movilidad de la capital en una semana en la que los niños han vuelto al cole y prácticamente la totalidad de los adultos ha regresado al trabajo. El cierre de la parada de Ciudad Universitaria suscita la incógnita acerca de las próximas semanas, en las que todos los universitarios se incorporarán al nuevo curso académico.
Las obras son características de los veranos madrileños. Sin embargo, esta vez el final del período vacacional no ha significado el cese de las afectaciones a la movilidad de la ciudad, sino que las incidencias en la circulación por carretera y en los desplazamientos en transporte público se retroalimentan entre sí. Un cúmulo de circunstancias que parece escalar de nivel desde el pasado lunes 8 de septiembre. Fue el primer día laboral en el que cerró todo el tramo este de la línea 6 de Metro, entre Legazpi y Moncloa pasando por Avenida de América. Un corte para automatizar sus trenes (esto es, que funcionen sin conductor) y que se extenderá, salvo actualizaciones en la fecha, hasta el 31 de diciembre.
Cerrar Ciudad Universitaria en septiembre
La situación es particularmente delicada en Moncloa, nodo de comunicación que conecta con un importante intercambiador de autobuses y con una línea 3 que ahora llega colapsada de viajeros. Si los trenes de esta línea están abarrotados, la estampa se intensifica en el exterior. Largas colas para tomar el SE6, el SE5 o alguna otra línea de EMT que permita cubrir el tramo cerrado. Muchas de las personas que las forman son estudiantes o docentes que tratan de llegar a Ciudad Universitaria, el barrio que alberga casi todas las facultades de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Usuarios de la línea 6 de metro en Moncloa el martes a las 19.00 horas
La UCM es el mayor centro de estudios presencial de toda España, con más de 65.000 estudiantes matriculados el curso pasado, la mayoría de ellos en campus de Ciudad Universitaria. Una parte nada desdeñable, en torno a 7.000 alumnos, todavía no se han incorporado: el curso académico en los masters no arranca hasta el próximo lunes 15 de septiembre. Será una nueva prueba de fuego para las alternativas de transporte diseñadas por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso.
Fuentes de la Consejería de Transportes explican a elDiario.es que “se eligió cerrar Ciudad Universitaria en septiembre porque el arco oeste tiene más demanda de viajeros que el este, por lo que era mejor cerrarlo en verano que es cuando disminuye la afluencia de viajeros”. Además, consideran que esta estación tiene que entrar en el arco este “porque Moncloa es mejor como cabecera de línea para el mejor funcionamiento de la línea”.
Universitarios y profesores, principales afectados
La familia de Eva, profesora en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, se ha visto afectada por partida triple. Ella cruza Madrid en coche para llegar a su puesto de trabajo: “El caos es brutal por las obras en puntos neurálgicos de la M-30, Atocha, Castellana o Conde de Casal”. Luego están sus hijos. Uno se está doctorando en la UPM, aunque Eva cuenta que por suerte todavía no ha tenido que desplazarse a Ciudad Universitaria. La otra estudia en el campus de Somosaguas, situado en el vecino municipio de Pozuelo de Alarcón: “Para llegar tiene que tomar el bus en Moncloa. Hoy me ha mandado un vídeo de una fila inmensa para tomarlo a las 8.30”.
A las aglomeraciones y retrasos en estaciones afectadas por el corte, como Moncloa o Avenida de América, se une la incidencia en el resto del suburbano, donde también se han visto desde el lunes imágenes con decenas de pasajeros agolpados en los andenes. Frente a unos buses sustitutos a menudo repletos o retenidos por el tráfico, sobre todo en hora punta, son muchos los ciudadanos que optan por buscar combinaciones alternativas echando mano del Cercanías y de otras líneas de Metro. En este sentido, el Gobierno autonómico avanzó un refuerzo en otras líneas: la 5 (que aumenta el número de trenes hasta en un 19%), la 1 (14%), la 3 (13%), la 10 (11%) y la 2 (6%). En cambio, son numerosos los testimonios de usuarios que critican la insuficiencia de este refuerzo.
La circular, línea más utilizada de la red que transporta unos 143.000 viajeros diarios, continúa así el menoscabo que supuso desde el 31 de mayo y hasta el pasado 6 de septiembre la clausura del resto de la línea (de Méndez Álvaro a Moncloa pasando por Plaza Elíptica). Aunque esta zona del trazado vuelve a estar operativa, miles de viajeros deben completar sus rutas por otras vías ante la falta de conexiones con estaciones tan importantes como Pacífico (trasbordo con la línea 1), Sainz de Baranda (línea 9), Manuel Becerra (2), Diego de León (4 y 5), Nuevos Ministerios (8 y 10), Cuatro Caminos (1 y 2) o la citada Avenida de América (4, 7 y 9). En Moncloa, las personas se acumulan rápidamente en el único andén en el que presta servicio la línea circular, en sentido El Casar.
El Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM), el organismo que concentra las competencias en materia de transporte regular de viajeros en la Comunidad de Madrid, esperaba paliar la afectación con un plan similar al aplicado durante el primer cierre parcial. La principal medida son los dos servicios especiales y gratuitos de autobuses de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT). Por un lado el SE6, con buses que efectúan parada en todo el trazado clausurado, salvo la estación de Arganzuela-Planetario. Por otro el SE5, que refuerza el servicio entre Cuatro Caminos y Moncloa, con parada en el resto de estaciones intermedias (Guzmán el Bueno, Vicente Aleixandre y Ciudad Universitaria).
Las frecuencias de 2-3 minutos en el primer caso y de 5 en el segundo no se están cumpliendo en estas dos primeras jornadas laborables, según trasladan muchos usuarios. Recorrer el tramo clausurado en bus, de Legazpi a Moncloa, implica más de 50 minutos sin contar la espera en las marquesinas. En Metro no llega a media hora. Además, la reducida capacidad de estos buses en comparación con el metro y la congestión del tráfico por carretera dificulta aun más el encaje de estos usuarios.
La línea 10 resulta doblemente perjudicada
El caso de la línea 10 es paradigmático. Según el Ejecutivo regional contaba con un refuerzo previo en el número de trenes al que se añade el ahora anunciado, ya que asume miles de viajeros desplazados por la otra gran obra que actualmente se acomete en la capital: el soterramiento de la A-5 desde Campamento hasta casi finalizar la colonia de Batán. El proyecto, una de las grandes promesas electorales de José Luis Martínez-Almeida, comenzó a ejecutarse en enero y por el camino ha trastocado la movilidad en el suroeste de la capital (además de en otros municipios como Alcorcón, Móstoles o Arroyomolinos). En el distrito de Latina, el más afectado, los trabajos han deparado además cortes vecinales en el suministro de luz, agua o conexión a Internet.
“Tengo que dejar pasar tres metros cada día para poder entrar”, relata Lara, una usuaria que denuncia, en conversación con elDiario.es, que el refuerzo de la línea 10 de metro es insuficiente. A pesar de que utiliza también la línea 1, cada día a las 8 y media de la mañana, asegura que el pasado lunes llegó tarde al trabajo por la incapacidad de entrar en la 10. “Llegué tarde igual y mira que salí antes de lo normal”, cuenta.
Además, durante lo que queda de 2025 todo el tráfico por carretera de la zona está desviado a la calzada norte (en sentido salida de Madrid) y se cierra por completo la calzada sur (en sentido entrada a Madrid), donde comenzaron las obras de soterramiento. A principios de 2026 se procederá a actuar en la calzada norte y se desviará todo el tráfico a sur. La vía afectada por el cierre soportaba alrededor de 80.000 conductores al día antes del corte. Asimismo, otro efecto de la obra ha sido el traslado del fin de línea de 18 autobuses interurbanos a Cuatro Vientos desde Príncipe Pío. Por ello, el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad y el Ministerio de Transportes desplegaron un plan de movilidad que incluye el refuerzo de la línea C-5 de Renfe con 42.240 plazas adicionales cada día. A la par, las líneas 5 y 10 de Metro se reforzaron un 9% cada una, mientras que Transportes instaló un carril bus de Móstoles a la entrada del barrio de Cuatro Vientos.
Las medidas, sin embargo, son insuficientes para muchos residentes que afirman sentirse desatendidos. Después de que en junio la mayoría absoluta del Partido Popular en el pleno municipal descartase instalar marquesinas adicionales o nuevos baños portátiles en Cuatro Vientos (convertido en un gran e improvisado intercambiador al aire libre), el Gobierno de Almeida acabó colocándolas a mediados de agosto. Por entonces la ciudad ya había atravesado varias olas de calor.
Es un ejemplo de la “falta de previsión” que PSOE y Más Madrid achacan a las autoridades madrileñas en medio de un cóctel perfecto en el que tanto el tráfico rodado como el transporte público se encuentran mermados. Las obras de ampliación de la línea 11 en Conde de Casal también han provocado numerosos cortes en esta zona, que a su vez se ha quedado sin estación de Metro ya que pertenece igualmente al tramo cerrado de la circular. Esta misma ampliación ha provocado el desvío de nueve líneas de EMT en Atocha.
Otros soterramientos que dificultan la movilidad
El cubrimiento parcial de la M-30 en Ventas o el soterramiento en el Paseo de la Castellana afectan asimismo a la circulación de vehículos y autobuses, sin que una red subterránea sacudida por las anomalías de su línea más utilizada pueda absorber con garantías todas las personas que dejan de desplazarse en coche.
En su caso, Luis atraviesa la Castellana en el autobús 155 cada día de camino al trabajo. Antes del inicio de las obras, tardaba 20 minutos menos en llegar a casa. A pesar de haberse resignado, lamenta que el pasado lunes llegó tarde a la oficina a pesar de salir de casa con mucha antelación. “Se ha notado la vuelta a los coles”, comenta, a lo que añade que sufrió retrasos tanto por el tráfico en la Castellana como por grandes aglomeraciones en la línea 10 de metro, una de las alternativas de los usuarios de la línea 6. Destaca también que la parada en el Hospital de La Paz es un punto crítico del tramo en el que conductores y usuarios no saben muy bien cómo efectuar la bajada.
La reacción a las incidencias
En este contexto adverso, el Ayuntamiento de Madrid anunciaba como medida estrella la gratuidad de Bicimad el lunes y de los trayectos en buses de EMT lunes y martes. Desde el área de Movilidad del Ayuntamiento no responden hasta el momento las preguntas trasladadas por este periódico sobre la situación en los desplazamientos madrileños.
Desde la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid, en cambio, reconocen “incidencias” en líneas alternativas a la 6 y aseguran que “se van adoptando medidas nuevas para cubrir las necesidades reales”, destacando las líneas 8, 4, 12 y 10B y la línea 1 de metro ligero. Por su parte, la presidenta de la Comunidad ha negado este miércoles, en una entrevista en Espejo Público (Antena 3), la existencia de una situación descontrolada y se ha limitado a elogiar el servicio de Metro de Madrid: “Es el mejor del mundo”.
También se han manifestado públicamente figuras como el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López: “Segundo día de vuelta al cole en Madrid con unos servicios públicos deficientes”, lamentaba en X el también secretario general del PSOE madrileño. También el Ministro de Transportes, Óscar Puente, que ha cuestionado las alternativas ideadas por las administraciones madrileñas. “Lo que hoy ha sucedido en Madrid es que no se ha planificado”, aseguraba el pasado lunes en declaraciones a Televisión Española. “Si hay un problema en Cercanías o hay un problema en la red ferroviaria, como es el ministro Puente el que está detrás, nos lanzamos en tromba. Si el problema es en Metro o es en los autobuses de Madrid, no hay ningún tipo de interés en contarlo”, añadió.
También han arreciado las críticas desde Más Madrid. La portavoz de la formación en la Asamblea, Manuela Bergerot, habla de un “Madrid colapsado” por “la incompetencia del Partido Popular”. “Cierran el tramo este de la Línea 6 de Metro sin reforzar servicios especiales y con Bicimad caído [el servicio estuvo inoperativo durante la mañana del martes]. Ir al trabajo, a la Complutense o a la Autónoma se está convirtiendo en una auténtica yincana”, denuncia Bergerot en X.