
¿Por qué se retiraron los efectivos que vigilaban el caudal del Poyo en la dana? Un jefe de Bomberos culpa a Emergencias
Manuel A. H., oficial jefe del Consorcio Provincial de Bomberos, endosa al Centro de Emergencias la «responsabilidad del seguimiento» de caudales y lamenta la falta de «instrucciones precisas»
Un jefe de Bomberos dice a la jueza de la dana que Emergencias conocía el riesgo en el Poyo dos horas y media antes del Es-Alert
“Los forestales son profesionales y no se retiran para irse a comer jamás”. Así de contundente se expresó este miércoles el oficial jefe de Guardia del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia, Manuel A. H. ante la jueza de la dana. El testigo aportó algo de luz sobre la desmovilización del dispositivo de bomberos que vigilaban el caudal del barranco del Poyo, que dejó a Emergencias “a ciegas”, según un técnico que declaró el pasado 19 de junio. El testigo, con casi cuatro décadas de experiencia, responsabilizó directamente al Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat de no haber dado unas indicaciones claras y de haberse despreocupado de un dispositivo que, a la postre, se reveló clave para detectar el desbordamiento, en modo inundación relámpago, del barranco del Poyo, que causó la mayoría de las muertes de la dana. La testifical, reconstruida por elDiario.es a partir de varias fuentes, denota una cierta guerra soterrada entre Bomberos y Emergencias a cuenta de la cuestionada gestión de la catástrofe.
El despliegue fue solicitado el 29 de octubre por el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat a las 12.48. “El sargento coordinador recibe esa información, no dan información temporal ni espacial”, afirmó el oficial jefe de Guardia, según fuentes conocedoras de su declaración. A las 13.05 se desplegó en Cheste, Chiva y Riba-roja una unidad de forestales de la base de Buñol compuesta por un vehículo ligero y una autombomba para medir el caudal. El punto de vigilancia de Riba-roja, según explicó, es el que “más margen de maniobra” aporta para “comunicarlo aguas abajo” en caso de detectarse un nivel crítico.
Tras una segunda visita de inspección a la escala del barranco del Poyo en Riba-roja, y con el caudal en descenso, el sargento coordinador “entendió” que el trabajo había “acabado”. A las 14.43, los efectivos recibieron por radio la orden del Centro de Comunicaciones y Control del consorcio de regresar a la base de Buñol “para quedar en expectativa de servicio”, según el informe que consta en la causa firmado por el testigo, Manuel A. H.
El sargento coordinador de recursos, G. F. E. consideró el trabajo de control de aforo “concluido” y comunicó la orden de retirada a la base. Y el Centro de Emergencias de l’Eliana “nunca” volvió a contactar con el Consorcio Provincial de Bomberos para pedir “nuevas lecturas” del caudal, según el testigo. El oficial lamentó que Emergencias, que tiene la “responsabilidad del seguimiento”, no diera “instrucciones precisas” de “permanencia” en el terreno “hasta nueva orden o cada hora”.
Manuel A. H. también desveló que los Bomberos sí que avisaron a Emergencias de la retirada del dispositivo de vigilancia. Un testigo del Centro de Emergencias aseguró ante la jueza instructora el pasado 19 de junio que no se enteraron de esa decisión y que no quedó reflejada en el ‘CoordCom’, la caja negra que registra y coordina la operativa ante las emergencias.
“No se daba abasto”
El testigo de este miércoles desmadejó el entuerto. No se registró en el ‘CoordCom’, como sería habitual, porque “no se pudo reflejar todo lo ocurrido”, al haber supuesto un “bloqueo” de las funciones de los bomberos en medio de una descomunal catástrofe. “No se daba abasto”, dijo el oficial.
Sin embargo, la decisión sí que se transmitió por radio en un grupo de comunicación que comparten el Consorcio Provincial de Bomberos y el Centro de Emergencias, llamado UBE-Valencia (con una frecuencia específica). “Se supone que es un canal abierto para ellos (…) y se supone que si el grupo está abierto, se monitoriza y alguien estará a la escucha”, declaró el testigo.
Las grabaciones de ese canal de radio se conservan “una o dos semanas” y “luego desaparecen”. El oficial de Guardia y el sargento comprobaron posteriormente las horas de esas grabaciones una vez desatada la polémica después de que este diario informara el pasado 29 de noviembre de que el dispositivo que medía el caudal de la rambla del Poyo se había desmovilizado.
Manuel A. H. también dudó de que José Miguel Basset, el inspector jefe del Consorcio Provincial de Bomberos que participaba, a partir de las 17.00, en la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) conociera la retirada de los efectivos de la rambla del Poyo. “Depende de si ese día llevaba la emisora, imagino que estaría con llamadas telefónicas. Yo recibí entre 200 y 300 llamadas”, explicó a título de ejemplo.
Era “una de las muchas intervenciones” de los Bomberos de aquella trágica jornada y “es posible” que Basset “sobre esa comunicación” de retirada “no tuviera conocimiento”. “El inspector jefe no va con un walkie ni con un escáner escuchando todas y cada una de las movilizaciones”, contestó al abogado de la exconsellera Salomé Pradas.
El técnico forestal que acompañaba a Basset en el Cecopi
El propio oficial jefe de Guardia reconoció que él mismo “no sabía” ni que se habían “movilizado ni desmovilizado” para vigilar el caudal del Poyo. Precisamente a esas horas, el “plato fuerte” de la emergencia estaba en otro lugar (en Utiel).
Sin embargo, el técnico forestal A. M., que acompañaba a José Miguel Basset en el Cecopi, le dijo al testigo que había escuchado en el grupo de comunicación UBE-Valencia la orden de retirada. A. M. está citado a declarar como testigo el próximo 3 de octubre.
El Centro de Emergencias ya no se preocupó del devenir del operativo de los Bomberos que había activado pasado el mediodía, una vez decretada la alerta hidrológica en el río Magro y en la rambla del Poyo. “Ni en el momento en que el desbordamiento [del barranco del Poyo] era conocido por todos se llegó a preguntar por el estado de la brigada ni mandar a nadie; yo creo que en el Centro de Coordinación de Emergencias debían saber que no estábamos ahí”, manifestó el testigo.
Por otro lado, el oficial jefe de Guardia sostuvo que los bomberos simplemente se despliegan para medir el caudal y que “deben ser los técnicos los que transforman los datos en información”. A preguntas de uno de los letrados de las acusaciones particulares, el testigo especificó que el Consorcio Provincial de Bomberos no cuenta con ingenieros que puedan interpretar los datos: “Son conocimientos muy específicos”. “Yo puedo decir que la altura es de dos metros, pero no sé quién es capaz de interpretarlo”, alegó.
“Avalancha” de llamadas de Paiporta y Picanya
Manuel A. H. también insistió en que a las 17.30 (más de dos horas antes del envío del Es-Alert a los móviles) ya constaba una comunicación vehiculada por Emergencias a través de ‘CoordCom’ en la que se alertaba de que el barranco del Poyo en Riba-roja (aguas arriba de los municipios de l’Horta Sud) iba “al límite de agua”.
El letrado que ejerce la defensa de Emilio Argüeso, exsecretario autonómico de Emergencias, preguntó al testigo si el aviso de las 17.30 sobre el caudal de la rambla del Poyo, además de en el Consorcio Provincial de Bomberos, también se sabía en el Cecopi. “Esa información la pasa el propio Centro de Coordinación de Emergencias, se traslada a todas las agencias que están trabajando”, dijo.
Por su parte, un abogado de las acusaciones particulares preguntó al oficial de Guardia sobre cuándo fueron conscientes los bomberos de que el barranco del Poyo se había desbordado. El testigo contestó gráficamente: “Entraron en avalancha llamadas de Paiporta, Picanya y luego ya del resto de municipios”.