Un vibrador doble que multiplica el placer en solitario y en pareja

Un vibrador doble que multiplica el placer en solitario y en pareja

El masajeador wand mejorado de LELO combina la estimulación del clítoris y la penetrativa y sí, confirmamos que multiplica el placer

Me encanta el masajeador wand. Esa versatilidad tan suya que permite pasearlo, músculo a músculo, por todo el cuerpo, jugando a subir y bajar su intensidad en función de la tensión que acumule cada zona. Me gusta sentir cómo la relajación va conquistando todo y me gusta todavía más acabar, como quien no quiere la cosa, disfrutando de un orgasmo despreocupado que solo consigo alcanzar cuando todo el estrés ha desaparecido. 

Sin embargo, de un tiempo a esta parte sentía que ya no conectaba con él, que me faltaba algo, que esa promesa de placer al otro lado de apretar un botón ya no me resultaba tan atractiva. No es que me hubiera aburrido de él, es que sentía que ya había explorado todo lo que podía ofrecerme. Y ya se sabe, sin curiosidad, no hay deseo; y sin deseo, el placer se vuelve más esquivo.

En esas estaba yo, algo huérfana de un vibrador que me motivara, cuando un hacer scroll distraída por Instagram vino a resolver la cuestión. La gente de LELO tenía un chico nuevo en su catálogo. Se llama LELO Switch y lo presentan como vibrador wand de dos extremos. Traducido a la práctica del placer significa que está pensado para estimular el clítoris gracias a su cabeza vibradora y el punto G, con su cola texturizada e insertable. Sí, dos en uno. 

Mi curiosidad volvía a estar alerta y LELO Switch no tardó en llegar a casa. Lo hizo como saben hacerlo quienes son conscientes de que la excitación va en aumento si se deja algo al misterio: con discreción, sin ningún distintivo que hiciera prever lo que había en el interior del paquete y dentro de una caja envuelta en un delicado papel negro. 

Traté de ser cuidadosa, pero la impaciencia pudo más y en unos segundos ya tenía mi LELO Switch entre las manos. Me sorprendió que un masajeador wand pudiera parecer tan delicado. También lo bonito que es, de un tono azul turquesa que es pura incitación al juego más alegre. Mientras esperaba a que se cargara, aproveché para curiosear su web, como un ir abriendo boca de todas las posibilidades que en breve tendría ante mí. De vez en cuando, me acercaba a tocarlo para comprobar que su silicona seguía siendo tan suave como me había parecido al principio.  

Sé que no es lo apropiado, pero no esperé a que estuviera completamente cargado. Desenchufé, lo lavé y cogí el lubricante. La siguiente hora era para LELO Switch y para mí. 


El virbador LELO Switch

Placer al cuadrado

Es cierto que entre la variedad de 10 modos de vibración que tiene —cuatro pensados para estimular el clítoris, cuatro para la penetración y dos de ellos para disfrutar de ambas opciones— y los 16 niveles de intensidad entre los que se puede ir variando, resulta complicado no dejarse llevar en un instante. Rápido e intenso. Pero yo, que soy de resistir a la tentación para que la recompensa sea todavía mayor, quería ir con calma para probarlo todo de LELO Switch

Empecé con suavidad y tirando de patrones aprendidos con mi viejo vibrador wand, recorriendo zonas erógenas con su delicada cabeza vibradora funcionando con suavidad. El estrés empezó a bajar, la relajación me fue conquistando y la excitación empezó a aparecer. Después pasé a la estimulación externa del clítoris con el cabezal y me dediqué a jugar, esta vez con algo más de intensidad, alternando entre sus distintos modos, pasando de las vibraciones continuadas a las pulsaciones alternas. Como una manera de ir ganando placer.

¿Y qué pasaba con el punto G? He de confesar que tenía dudas. Antes de empezar, ya sabía que la estimulación externa del clítoris sería increíble, pero la rigidez de muchos vibradores hace que a veces la penetración no resulte tan placentera como una espera. Aun así, probé. En LELO saben lo que se hacen y el diseño de LELO Switch parecía bastante ergonómico. Además, tenía ganas de notar lo que las estrías que atraviesan su superficie podían hacer. 

Y confirmo que hacen maravillas, que LELO Switch se desliza con suavidad por el interior de tu cuerpo, que se adapta a sus recovecos y que, una vez dentro, hace magia. Sus movimientos saben cómo acariciar la zona del punto G y su vibración termina por hacerse con el interior de la pelvis, con un gustoso runrún que lo coloniza todo y solo apetece prolongar.


Uso de LELO Switch en la bañera

LELO Switch es generoso y no hace elegir entre estimulación penetrativa o externa del clítoris: dispone de dos modos pensados para que el cabezal y el mango insertable vibren al mismo tiempo. Así que, llegados a ese punto, yo tenía claro que había venido a jugar y que ese juego iba a acabar con un orgasmo intenso y prolongado. Probé los dos últimos modos: primero uno y luego el otro. La fiesta terminó por todo lo alto.

Tira de tecnología y déjate llevar

Si te pasa como a mí, es más que probable que estés harta de pantallas y que lo último que quieras es estar pendiente de la de tu móvil también cuando estás intentando tener un orgasmo. Sin embargo, después de la experiencia anterior decidí que LELO Switch se había ganado mi confianza y que si me decía que me descargara su app, probablemente sería por una buena razón. 

Descubrí que podía controlar el vibrador desde mi smartphone. Controlarlo y disfrutar de dos modos extra de placer. Es sencillo, nada de instrucciones complicadas y no tardé ni cinco minutos: descargué la aplicación y vinculé móvil y juguete sexual usando el bluetooth. Con ello hecho, me di cuenta de que podía —yo o mi pareja— controlar el tipo de vibración y el nivel de intensidad con solo mover el teléfono. 

Y sí, me animé a navegar por la sugerente etiqueta de Modo avanzado, una fantasía donde se esconden los dos modos extra que lucen nombres que cumplen con lo que prometen: Terminar y Fuera de Control.


Masajeador doble wand LELO Swtich

De esta primera vez ya hace días, escribo desde la distancia y con la experiencia que me da haber probado el masajeador wand mejorado LELO Switch varias veces y solo puedo decir que es capaz de superarse y de seguir sorprendiéndome. Cada ratito de placer que hemos pasado juntos ha hecho que sepa cómo irlo adaptando mejor a mi cuerpo y me ha permitido probar distintas combinaciones de modo e intensidad. Porque, ya se sabe, el camino al orgasmo no tiene que ser siempre el mismo. ¡Qué aburrido sería!