La guitarra del ‘nuevo’ Paco de Lucía se queda en España: Marcos Gago invertirá su beca en el Conservatorio de Córdoba

La guitarra del ‘nuevo’ Paco de Lucía se queda en España: Marcos Gago invertirá su beca en el Conservatorio de Córdoba

El guitarrista jerezano, de 19 años, invertirá la ayuda concedida por la Fundación Cultural Latin Grammy en ampliar su formación «cerca de mi gente»

Medio siglo de enredo por la autoría de ‘Entre dos aguas’, un éxito eterno que ya es totalmente de Paco de Lucía

De niño apuntaba maneras de futbolista, pero a los 9 años dijo “se acabó” y abrazó la guitarra con el mismo entusiasmo con el que antes pateaba el balón. Ahora, a sus 19, Marcos Gago, acapara la atención del mundo flamenco al haber obtenido la beca Paco de Lucía convocada por la Fundación Cultural Latin Grammy en colaboración con la fundación que lleva en nombre del genio algecireño. 120.000 euros destinados a cubrir “la matrícula, instrumento, clases y experiencias complementarias de formación y servicios integrales para que un estudiante pueda asistir a la institución musical de su preferencia”, según las bases de esta ayuda, y que el joven músico jerezano invertirá en estudiar los próximos cuatro años en el Conservatorio Superior de Guitarra de Córdoba.  

“Fueron mi madre y mis hermanas, siempre atentas a las convocatorias que salgan, quienes echaron los papeles”, recuerda el ganador. “Tiempo después me contactó una persona de los Latin Grammy informándome de que estaba entre los finalistas, y por último recibí una llamada en la que me decían que la había obtenido. Nunca antes había conseguido un reconocimiento de este calibre, ha tenido muchísima repercusión en teles y radios, y ahora solo me queda estudiar y seguir creciendo”.

Aunque la carrera de Marcos es todavía incipiente, ya ha conseguido cumplir algunos sueños, como tocar para Manuela Carrasco, “que para mí y para muchos es la diosa del baile”, ha acompañado a menudo a una firma valor del cante como su paisano, el jerezano Ezequiel Benítez, y se ha puesto bajo la tutela de un maestro veterano como Pedro Sierra. Pero lo seguro es que la beca Paco de Lucía le abre un horizonte hasta ahora insospechado, que el guitarrista quiere empezar a ensanchar desde la capital cordobesa. “He llegado a pensar si no sería bueno irme fuera de España, pero al final he pensado que el flamenco en el extranjero está menos desarrollado, y me parece mejor permanecer cerca de mi familia, de mi gente”, dice.

Una carrera de fondo

Aunque la dotación de la beca le pareció “una cantidad inmensa”, reconoce, Marcos Gago subraya que “no me la dan a mí en mano, sino que cubrirán los gastos de mis cuatro años de conservatorio”. Eso aunque, según comenta, todavía ignora cuáles han sido las cualidades que han hecho que el jurado se decante por él. “Supongo que una parte habrá sido mi forma de tocar, aunque creo que también se habrán fijado en el esfuerzo, el trabajo y la dedicación a la guitarra, porque esto es una carrera de fondo. De todos modos, es difícil definirse a uno mismo o saber qué te diferencia de los demás, prefiero que esa cuestión la contesten los demás”.

A la hora de mencionar sus devociones guitarrísticas, el nombre de Paco de Lucía surge de forma casi automática. El genio de Algeciras es el maestro absoluto de varias generaciones de flamencos, no solo por su música, sino también por detalles como su vestuario, su manera de sentarse y hasta su elección de un nombre artístico. De hecho, si Paco se llamó De Lucía en honor de su madre, la portuguesa Luzía Gomes, Marcos Gago ha querido rebautizarse como Marcos de Silvia para celebrar a su madre, la misma que lo animó a presentarse a la beca.

No obstante, el joven se confiesa también admirador del citado Pedro Sierra, de ídolos como Rafael Riqueni, Vicente Amigo, Antonio Rey o los innumerables maestros de la sonanta de Jerez, entre ellos figuras injustamente olvidadas  como José Luis Balao, “a quien Paco llamaba ‘El científico de la guitarra’, un bohemio máximo que formó a muchísima gente”, explica. “A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de conocer a toda los maestros que he querido y me han dado muchos consejos, pero el principal es no dejarlo, seguir trabajando, seguir estudiando y no creerme más que nadie”.

Riqueza musical

Y aunque el flamenco es lo que más suena en sus dispositivos, en sus listas de reproducción no faltan otros géneros musicales. “Como joven que soy, veo riqueza en toda la música. No me gusta que el flamenco se saque de su esencia, prefiero que una seguiriya suene como una seguiriya y una bulería suene a bulería, pero todo lo que aporte en su beneficio es bienvenido. Cuando estoy fuera del trabajo escucho mucho jazz, como Bill Evans, Moisés Sánchez o Miles Davis, música clásica de Bach, Mozart o Beethoven, y bandas sonoras como la de La lista de Schindler o Camino hacia la perdición, que me parecen obras inmensas”.

Los sueños de Marcos se resumen ahora en “los mismos que la mayoría de mis compañeros, poder vivir de tu música y, si es posible elegir quién te acompaña. Últimamente me estoy fijando mucho en el baile, no me importaría nada verme en una gran compañía de las que me gustan, tocar para Rocío Molina, que me encantaba desde chiquitito con la guitarra de Eduardo Trassierra, Sara Baras o Farruquito”.

Mientras la suerte decide su destino, trata de ser también un chaval normal de su tiempo. “Si te dedicas al flamenco sabes que tu vida está amarrada, lo tienes en tu pensamiento aunque estés tomando algo con tus amigos. Pero intento también desconectar de la guitarra de vez en cuando y pasar tiempo de calidad con los míos”.