
À Punt reconoce la cláusula de conciencia a una periodista y la indemniza por empezar a emitir corridas de toros
La radiotelevisión pública admite un «cambio de orientación informativa» ante las quejas de una trabajadora, que deja la casa después de siete años, en una resolución sin precedentes en la cadena autonómica
À Punt incorpora los ‘bous al carrer’ como parte del servicio público y topónimos en castellano en su libro de estilo
La radiotelevisión pública valenciana À Punt ha adoptado una decisión sin precedentes en la cadena pública: una rescisión de contrato por cláusula de conciencia de un periodista. Una trabajadora de la casa solicitó su marcha motivada por el cambio ideológico de la radiotelevisión, dirigida desde hace un año por un consejo elegido con la mayoría de PP y Vox en el parlamento autonómico, que en los últimos meses ha ido realizando una reestructuración de la programación, eliminado organismos de participación y replanteando el libro de estilo. La medida resulta tan inusual que ni en los servicios de empleo público sabían como proceder en un primer momento para autorizar la prestación por desempleo.
La periodista Elena Tamarit ha hecho uso de la cláusula de conciencia, una prerrogativa que tienen reconocida los profesionales de la información y que se puede adoptar en casos de cambios significativos en el medio de comunicación, público o privado, que implica que su marcha de la corporación se considere a efectos prácticos un despido improcedente, con derecho a la indemnización. La comunicadora, de las más jóvenes de la casa, alegó el pasado junio los cambios recogidos en el nuevo libro de estilo, desde el tratamiento de los estereotipos de género y la violencia machista -se debe “romper con la victimización de las mujeres. La tragedia no solo tiene rostro de mujer”, dice el texto- hasta la eliminación del valenciano como lengua vehicular, la desaparición del consejo de informativos y del consejo de la ciudadanía y cuestionó la programación reciente que aumenta el peso de los sucesos e introduce novilladas y otros festejos taurinos, una programación que considera contraria a la vocación de servicio público del ente. Lo hizo justo después de la primera emisión de una corrida de toros en la televisión pública, una novillada en las fiestas de Alicante, que llegaron después de varios cambios en la estructura de los informativos. Ahí consultó con recursos humanos y una abogada laboralista sobre la cláusula de conciencia de los periodistas: “Hice click”, cuenta.
En la resolución adoptada, a la que ha tenido acceso elDiario.es, la radiotelevisión pública valenciana solo ha reconocido el viraje respecto a la programación taurina. La empresa rechaza todas las consideraciones planteadas por la periodista, pero sí admite un “cambio de orientación informativa” en lo referido a las retransmisiones relacionadas con la tauromaquia. El primer libro de estilo de la cadena pública, elaborado por anterior corporación, abogaba por una cobertura de festejos taurinos que excluía expresamente la retransmisión de corridas de toros y ‘bou embolat’. El nuevo libro, obra de la nueva dirección, apuesta por “ofrecer un servicio de proximidad a toda la ciudadanía y, en consecuencia dar cobertura a las noticias que se consideran significativas e importantes en la vida de los pueblos y ciudades de la Comunidad Valenciana, incluyendo fiestas, bous al carrer, festejos taurinos y corridas de toros”.
La comunicadora, que conducía un magacín de memoria histórica, señala en conversación con elDiario.es que nunca ha sido obligada a cubrir festejos taurinos, pero subraya: “Me niego a trabajar en una empresa que emite maltrato animal”, una línea roja ética que planteó en el escrito. Tamarit, que fue la periodista más joven en entrar en la cadena pública en la primera hornada, afirma que se han producido cambios sustanciales en el trabajo de los medios de comunicación públicos, que relató en una entrevista en el diario VilaWeb.
Pese a desestimar el resto de consideraciones de la trabajadora y limitarla a los festejos taurinos, la corporación emitió una resolución en la que le da la razón y acuerda la rescisión de la relación laboral al amparo de la cláusula de conciencia. Le otorga, como marca la ley, una indemnización equivalente al despido improcedente. La medida resulta tan inusual que tuvo que acudir varias veces a los servicios de empleo públicos para resolver el paro, cuenta la comunicadora, que finalmente ha resuelto su relación laboral de manera cordial con la empresa y tiene derecho a la prestación por desempleo.