
Sortu despliega en Cuelgamuros pancartas de homenaje a dos miembros de ETA fusilados por Franco en 1975
Los miembros de ETA fueron ejecutados en los estertores de la dictadura, junto a miembros del FRAP. La semana pasada, familiares de los ejecutados reclamaron «memoria, transmisión y reconocimiento» en un acto celebrado de Zarautz
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Miembros del partido de la izquierda abertzale Sortu han desplegado este jueves en Cuelgamuros, antiguo lugar de enterramiento de Franco en Madrid, pancartas en homenaje a Jon Paredes Txiki y Angel Otaegi, dos etarras fusilados en los estertores de la dictadura el 27 de septiembre de 1975, junto a miembros del FRAP. “Ni pudisteis, ni podéis, ni podréis. Gora Euskal Herria askatuta! Aldarri argia Valle de los Caídos-en”, escriben en su perfil oficial de la red social X.
En una de las pancartas puede leerse ‘Viva Euskalherria Libre’ y en la otra se representa un fusilamiento con las fechas 1936-1975, año del golpe de Estado de Franco y de su muerte.
El próximo día 27 se cumplen 50 años de las últimas ejecuciones del franquismo. Los escenarios fueron Madrid, Burgos y Barcelona y las víctimas tres militantes del FRAP y dos integrantes de ETA Político-Militar, ajusticiados por un decrépito y desesperado régimen que salió más tocado aún de esa jugada.
José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, militantes los tres del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), y Ángel Otaegi y Jon Paredes Manotas, Txiki, miembros de ETApm, fueron fusilados un 27 de septiembre de 1975, apenas dos mes antes de que Franco muriera.
En aquellos años actuaban cuatro organizaciones terroristas: ETApm, ETA militar, el FRAP y el GRAPO, que irrumpió el 2 de agosto de ese año con un atentado en el que mató al guardia civil Casimiro Sánchez e hirió a su compañero Ignacio Cabezón, aunque nunca lo reivindicó.
En las últimas semanas, la formación abertzale –integrada en la coalición EH Bildu– está organizando actos de homenaje a Otaegi y Txiki. La semana pasada, familiares de los fusilados reclamaron “memoria, transmisión y reconocimiento” en un acto celebrado de Zarautz. “Eran dos jóvenes idealistas que lucharon contra la dictadura franquista y las injusticias, y a favor de una Euskal Herria mejor”, señaló en ese acto Anie Paredes, sobrina de Txiki. Ella e Irati Urtuzaga, hija de un primo de Ángel, tomaron la palabra en nombre de las familias, según comunicó Sortu en una nota de prensa
“Nuestras familias llevan una cicatriz desde hace medio siglo causada por el fusilamiento de Txiki y Otaegi. Después de aquel 27 de septiembre, durante cinco décadas, además del sufrimiento por los fusilamientos, ambas familias hemos sufrido persecución y años de olvido”, dijo Paredes.