
Diez datos que sitúan a Madrid como la comunidad que peor trata a su universidad pública
La región que preside Isabel Díaz Ayuso es la que más estudiantes y personal está trasvasando de la pública a la privada, la que peores salarios tiene en relación al coste de vida, la que menos fondos aporta y donde más ha bajado la oferta de plazas
La ley universitaria de Ayuso provocará un agujero económico en los campus públicos de 200 millones de euros al año
Es la que menos dinero invierte, la que más ha reducido las plazas públicas que ofrece (un problema silencioso que afecta a casi todo el estudiantado), la que más alumnos y profesionales ha perdido en favor de la privada, la que peor paga a sus empleados en términos relativos. Es, por supuesto, la que más universidades privadas tiene en su territorio. La Comunidad de Madrid es la región de España que peor trata a sus campus públicos, según una recopilación de diez datos “demoledores” sobre “la privatización y la asfixia económica” de la universidad pública realizada por la plataforma UCM por la Pública.
“Las universidades públicas madrileñas estamos al límite”, arranca el análisis de la plataforma. “Es el resultado de décadas de trabajo de privatización por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid, que pretende culminar con la aprobación de la Ley de Universidades de Madrid (LESUC) el próximo otoño: un aparatoso borrador de 231 artículos, elaborado en la más absoluta opacidad y sin ninguna participación por parte de la comunidad universitaria”, explican.
La situación de los centros, continúa la plataforma, afecta a decenas de miles de personas. “Nos estamos jugando las condiciones de estudio de aproximadamente 300.000 estudiantes —unos 200.000 en las públicas y 100.000 en las privadas—; las condiciones laborales en docencia, investigación y gestión de al menos 50.000 trabajadoras —35.000 y 15.000, respectivamente—”, pone en contexto la plataforma.
La que peor financia
Mucho se ha escrito de la infrafinanciación de las universidades públicas madrileñas, que ha llegado a un punto en el que los rectores de los seis centros han lanzado dos protestas públicas (la primera no tuvo mucho efecto) porque apenas les daba para abrir las puertas. Consiguieron una pequeña inyección, de 47 millones de euros, pero lejos de lo que calculaban que necesitaban.
La LESUC que asoma en el horizonte tampoco trae buenas noticias para los rectorados. La ley ya estipula, si no cambia el redactado, que la Comunidad de Madrid no aportará más del 70% del presupuesto de la universidad, lo que obligará a los rectores a salir a buscar financiación. Pero es que, además, según un cálculo teórico realizado por los profesores Juan Hernández Armenteros y José Antonio Pérez García, profesores de economía en las universidades de Jaén y Politécnica de València, respectivamente, y dos de los principales expertos en contabilidad universitaria en España, el resultado de aplicar la norma será que los campus perderán, en su conjunto, 200 millones de euros.
La crisis de 2008 y los años posteriores arrasó con la financiación universitaria por todo el país, recuerda UCM por la Pública. Pero poco a poco todos los gobiernos regionales fueron recuperando la inversión. Excepto Madrid. Entre 2008 y 2024, la comunidad es la única que ha bajado el gasto por estudiante universitario, que ha caído de 6.425 a 6.184 euros, mientras algunas como La Rioja están a punto de duplicarlo y alcanzar los 11.000 euros.
La estadística señala a Madrid se elija la cifra que se elija. El esfuerzo autonómico de financiación también ha retrocedido en términos relativos. En 1998, cuando las competencias estaban en manos del Ministerio de Educación, Madrid estaba un 25% por encima de la media en inversión. Hoy, tras 25 años de gobiernos regionales del PP, no pasa del 77%. Una caída de 48 puntos que deja a la región como la que, de largo, más lejos se queda de la media. Sólo Madrid y Catalunya han bajado en este apartado.
En financiación por centro no sale mejor parada Madrid. Las seis universidades públicas están a la cola en proporción de inversión por parte de su Comunidad, según datos de Hernández Armenteros y Pérez García publicados por este diario. De las 49 universidades públicas que hay en España, las cuatro que menos porcentaje de financiación reciben por estudiante son madrileñas: desde el 64% de la Rey Juan Carlos, el 68% de la Carlos III, el 78% de la Autónoma (UAM) y el 79% de la Complutense (UCM). El resto de universidades públicas de España reciben porcentajes que van del 79% al 92%, siendo las madrileñas las peor sostenidas junto con las catalanas.
“Esta desinversión sistemática ha llevado a situaciones de gigantesco déficit que sirven al gobierno de la Comunidad de Madrid para atarnos a deudas mayores que posteriormente sirvan para intervenir la autonomía universitaria a los dictados políticos del gobierno —como prevé la propia Ley de Presupuestos de la Comunidad—”, advierten desde UCM por la Pública. El ejemplo más claro de esto se encuentra en la Universidad Complutense, que ha tenido que pedir un crédito de 35 millones de euros para sobrevivir. “Se nos exige la denominada estabilidad presupuestaria como si hubiésemos vivido ‘por encima de nuestras posibilidades’, discurso culpabilizador habitual desde la crisis de 2008”, añaden.
Si se elige un enfoque de gasto por estudiante, el resultado es el mismo. “Madrid es la Comunidad que menos invierte, 5.362 euros al año, frente a los más de 9.000 de Navarra, La Rioja o el País Vasco. En términos relativos, esto supone la menor proporción del PIB per cápita de todo el país, un 13,2%, a mucha distancia del resto de comunidades”, describe el informe a partir de datos de la Fundación Conocimiento y Democracia (CyD).
La que más personal pierde
Hace años que en la región se está produciendo un cambio en el reparto de estudiantes y trabajadores entre los centros públicos y privados. La constante apertura de nuevas universidades privadas ha provocado que estas no paren de ganar alumnos, mientras las públicas tienen hoy un 5% menos que hace diez años. En 2015, los centros privados sumaban 45.412 estudiantes, uno de cada cinco del sistema universitario. Los 13 campus acumulan hoy 77.094 alumnos (un 70% más), que son uno de cada tres. Mientras, la pública ha perdido 9.000 alumnos en esta década. Especialmente notables son las subidas de estudiantes en la Universidad Alfonso X el Sabio (72%), Camilo José Cela (64%) o la Europea (59%).
Un camino paralelo han seguido los trabajadores. El reparto 77-23% entre la universidad pública y privada de hace diez años es hoy 70-30%. “Esto significa que en las privadas el personal creció, aproximadamente, cuatro veces más rápido que en las públicas”, calcula la plataforma. “El capital privado captó a más recursos humanos que todo nuestro sistema público. Estos datos son muy preocupantes en la medida que las privadas imponen a cada vez más gente una lógica empresarial contrapuesta al sentido de servicio público”, valoran.
La que peor paga al personal laboral
En términos absolutos no es la última en los salarios que paga al profesorado asociado, ayudante, ayudante doctor o contratado doctor (las figuras no funcionarias), concede UCM por la Pública, sino la penúltima, por detrás de Baleares. Pero en términos relativos, si se aplica el coste de vida como factor de ponderación del salario, sí.
El informe cita el estudio Análisis de Diferencias Regionales de Retribuciones del Profesorado Universitario Español, de Francisco Soria Arias, según el cual en Madrid el coste de vida anual es de 18.822 euros, una cantidad que supone, de media, el 98,68% del salario de este PDI. El mismo informe establece que un asociado cobra entre 8.785 y 11.717 euros anuales, según la universidad, un ayudante está entre 20.832 y 25.908, un ayudante doctor se mueve entre 24.285 y 29.559 y finalmente un contratado doctor gana entre 28.949 y 34.489 euros anuales.
La plataforma sostiene que estos salarios también explican, en parte, el trasvase de personal de unos centros a otros. “Con estos datos de precariedad salarial es esperable que las privadas se presenten como más competitivas para capturar profesorado joven en la medida que las Públicas ofrecen salarios tan bajos —y además tienen más requisitos de acreditación—”.
La más cara
Podría pensarse que, con este panorama, al menos sería más barato estudiar en la región. Pero no. La Comunidad de Madrid fija los precios de matrícula más caros de todo el país. Un estudiante de universidad pública madrileña paga 1.620 euros al año de matrícula de media. Solo Catalunya se acerca, con 1.508, mientras hay regiones como Galicia o Andalucía que están a la mitad, alrededor de 800 euros.
UCM por la Pública desglosa esa factura. “Si vemos el precio del crédito de grado, Madrid con 18,54 euros era la segunda comunidad más cara solo por detrás de los 19 euros de Navarra —y frente a los 11 o 12 euros de Galicia, Asturias o Andalucía—. El dato más extremo lo encontramos en los másteres: Madrid, con 51,93 euros por crédito era la comunidad autónoma más cara, seguida muy de lejos por Murcia, la Comunidad Valenciana y el País Vasco —con precios de entre 32 y 37 euros—. En consecuencia, cada vez se equipara más el coste de públicas y privadas, y así en Madrid ya hay más estudiantes en másteres privados que en públicos”.
Los altos precios provocan también que Madrid sea la comunidad que más ingresa por este concepto también en términos relativos (en absolutos la cantidad de alumnos es determinante), hecho que se puede relacionar con que financie menos a las universidades. Madrid es la región que más ha aumentado su recaudación por matrículas: un 56,7% en los “importes correspondientes al total de los precios públicos de la matrícula” y un 36,1% en los “los precios pagados directamente por los usuarios”, en 2021 respecto a 2008. Derivado de ello, Madrid es la Comunidad donde más ha aumentado el gasto de los hogares en concepto de educación superior, un 140% entre 2006 y 2023.
UCM por la Pública señala la incoherencia que supone este último aspecto en una región que presume constantemente de bajar impuestos.
La que más plazas ha perdido
“Frente a quienes argumentan que la inflación de las privadas no depende ni afecta negativamente a las públicas, encontramos otro dato demoledor: en los últimos cinco años, Madrid es la comunidad que más ha disminuido su oferta de plazas en las públicas, con un descenso del 7,8%. En otras comunidades, como Castilla-La Mancha o Navarra, se han registrado subidas del orden del 10% en el mismo periodo.
Este argumento también funciona al revés, aunque la conclusión es la misma: la caída de las plazas públicas engorda las matriculaciones en la privada. “Esta tendencia se explica por el descenso de ofertas de plazas, fundamentalmente en los sectores de negocios, administración y derecho, salud y servicios sociales y servicios, que en buena medida son los emergentes nichos de negocio de las privadas”, sostienen en UCM por la Pública. El paradigma de esta situación es el grado de Medicina, en el que por cada plaza pública que sale hay 11 aspirantes (en toda España).
La ministra del ramo, Diana Morant, ha abordado el asunto en alguna ocasión, con tirón de orejas generalizado. “No se trata de que has tenido malas notas”, afirmó después de la última selectividad en relación con la subida de las notas de corte registrada en los últimos años, otra de las consecuencias de la escasez de plazas, “se trata de que no se está ofertando suficiente matrícula por parte de la universidad pública, y esto se debe a la infrafinanciación de las universidades. Hablamos mucho de la señora Ayuso y de lo que ocurre en Madrid, pero es que el caso de Ayuso y del modelo de infrafinanciación se está expandiendo”, afirmó.
“Es una estrategia, como la Sanidad”
Este repaso lleva a UCM por la Pública a concluir que este modus operandi es “una estrategia” planificada. Primero, dice la plataforma, viene la infrafinanciación y asfixia económica de las universidades públicas para su degradación; después, los apoyos directos e indirectos a la expansión de las privadas; finalmente se produce el trasvase de recursos, trabajadores y estudiantes de las públicas hacia las privadas. “La educación privatizada no estaría inflándose así si antes no se hubiese desinvertido en las públicas, como no crecerían los seguros de salud privados si no se asfixiara y sobrecargara a la sanidad pública: estamos ante la misma estrategia”.
Especialmente sangrante, concluyen, cuando se tiene en cuenta que “Madrid es la Comunidad con mayor PIB, mayor PIB per cápita, mayor renta media anual por hogar, también mayor coste de vida y mayor desigualdad de las 17 comunidades autónomas”.