El coche que acabó con un siglo de matrículas provinciales: el 0000-BBB cumple 25 años en Vitoria

El coche que acabó con un siglo de matrículas provinciales: el 0000-BBB cumple 25 años en Vitoria

En septiembre de 2000 un antiguo Mercedes-Benz descapotable rojo con placas de León fue rematriculado en Álava iniciando un nuevo sistema unificado que continúa hasta la actualidad

A la caza de la matrícula: de las primeras placas de coches de Gipuzkoa, Bizkaia y Álava a la exclusiva de Durango

Hace 25 años, el 18 de septiembre de 2000, España implementó una decisión trascendental. Desde ese día no se volvieron a emitir matrículas con códigos provinciales. Faltaban apenas unas semanas para que se cumplieran cien años de la primera, un Clément-Bayard francés al que en octubre de 1900 se le puso un PM-1 en la isla de Mallorca. No es que las M de Madrid, las B de Barcelona o las V de Valencia hayan desaparecido. Continúan circulando miles y miles de esos vehículos más antiguos, algunos con deliberada voluntad de seguir luciendo esas placas. En Vitoria, hasta se puede ver aún un ‘escarabajo’ con el código SH de cuando el Sáhara era una colonia española. Pero, desde entonces, todas las licencias se estandarizaron a un sistema con una E de España en una banda azul lateral, cuatro cifras del 0 al 9 y tres letras sin vocales para evitar combinaciones malsonantes o controvertidas. Aquello empezó con el 0000-BBB que muchos, al verlo, pensarían que es una burda falsificación.

Pero ¿existe ese coche? La respuesta es afirmativa. Aquella matrícula se le otorgó a un Mercedes-Benz 230 SL Pagoda. ¿Sobrevive? La respuesta vuelve a ser afirmativa. Es un llamativo descapotable rojo que sigue en servicio. “Es un pequeño deportivo de lujo, un coche icónico en el cine de los años 60. El que llevaban guapos y famosos”. La descripción la aporta Iñigo Ochoa, del Araba Classic Club, la entidad que preserva los vehículos históricos y antiguos de Vitoria, al que pertenece este automóvil. Aunque, en los últimos tiempos, es un vehículo que acompaña a los Reyes Magos en la cabalgata matinal de cada 5 de enero, trasladando con otros coches lujosos a Melchor, Gaspar y Baltasar a su recepción con la alcaldesa de la ciudad.


Sergio Ruiz de Arbulo, al volante del Mercedes-Benz que recibió la matrícula 0000-BBB, en una llegada de los Reyes Magos a Vitoria un 5 de enero

El Araba Classic Club tiene una nave en un polígono industrial al norte de la capital vasca. Al acceder a ella, aparcado mirando hacia el exterior y bajo una banderola, luce reluciente su pintura roja el 0000-BBB. Llama la atención aunque detrás tenga un Lancia Delta, un Renault Fuego, un Buick, varios Chevrolet, dos furgonetas Volkswagen antiquísimas, un Moon de casi un siglo adquirido de saldo en Texas y otra veintena de clásicos. Sergio, el hijo de los propietarios, Francisca Beltrán de Heredia y Luis Ruiz de Arbulo, ha accedido a tomarse unas fotografías con él para elDiario.es/Euskadi y a contar su historia en el día previo al vigésimo quinto aniversario. Él mismo acudió a la jefatura provincial de Tráfico en 2000 a por los papeles y, al salir, se encontró a “cuatro televisiones” y “tres periódicos” queriendo una entrevista.


Sergio Ruiz de Arbulo y Kepa Triguero, con el coche, en la sede del Araba Classic Club

Sus padres, aficionados a la automoción, compraron el descapotable en Madrid. Tenía una matrícula relativamente reciente emitida en León (LE). Venía importado, a su vez, de Alemania. En el club estiman que es un coche de entre 1967 y 1973, aunque no logran el dato específico al revisar la documentación original. Álava es, por orden alfabético, la primera provincia de España. Por eso sus códigos postales son los primeros y sus empresas también encabezan los listados. Así las cosas, el primer paquete de las nuevas matrículas (300) se le asignó a la delegación alavesa de Tráfico. Hace un cuarto de siglo, los contactos del Araba Classic Club hicieron que el primer expediente del nuevo sistema pudiera ser una rematriculación de un coche especial, el ‘Pagoda’ rojo. El anterior había salido de allí con la VI – 8538 – Y.

Kepa Triguero, un amigo de la familia y miembro del club, cuenta que tuvo que confeccionarle a ojo y de urgencia una placa “falsa” después de conseguida la documentación oficial porque no había ninguna con el nuevo sistema y el coche, claro, era demandado para mostrar a los conductores el nuevo sistema. Ese mismo día, de hecho, Luis y Francisca ya pudieron subir a la basílica de Armentia, a las afueras de Vitoria, para posar con la matrícula recién instaurada —y ostensiblemente diferente a las reales— y salir en todas las portadas del día siguiente. “Todavía la guardo”, bromea Triguero en un garaje en el que hay decenas de placas de matrículas de todo el mundo expuestas.


Francisca Beltrán de Heredia, en la presentación en sociedad del nuevo sistema de matrículas, en Armentia, el 18 de septiembre de 2000


Francisca Beltrán de Heredia y Luis Ruiz de Arbulo, propietarios del vehículo, en la presentación en la basílica de Armentia, con una placa «falsa»

Se da la circunstancia de que en ese septiembre de 2000 se matricularon con el BBB en Vitoria otros muchos vehículos recién comprados. Solamente este mes de agosto este periódico ha podido ver el 13, el 32, el 33, el 175, el 221, el 223, el 237, el 239 o el 279, que es de la Diputación de Álava. El 0300-BBB ya se emitió en Albacete, la segunda provincia en orden alfabético. En 2025, Ruiz de Arbulo está empeñado en que la publicidad para el coche sea un homenaje a sus padres.

¿Y le ha dado algún problema tener esa matrícula tan singular? Otra respuesta afirmativa. El conductor del Mercedes-Benz explica que en estos años le han llegado dos docenas de multas de tráfico, todas de Catalunya, por infracciones que, evidentemente, él no ha cometido. Otra familiar, abogada, tiene ya preparado un escrito-tipo para ir recurriendo todas ellas según van llegando. Sus colegas del Araba Classic Club lo atribuyen a que alguna jefatura de Tráfico tendrá algún tipo de automatismo con el que, ante la duda, asigna por defecto la sanción a la licencia 0000 – BBB, la pionera del nuevo sistema.

Un siglo y un cuarto de matrículas

La historia de las matrículas españolas se remonta a comienzos del siglo XX. Desde entonces, ha habido tres sistemas diferentes, dos provinciales y uno ya nacional. El primero provincial, que constaba de un código provincial y unos números, se instauró en 1900 y alcanzó hasta 1971, cuando Madrid iba ya por el 960.000. En un principio, el sistema adolecía de falta de uniformidad, tanto en los colores como en la disposición del código provincial y los números. El primer coche matriculado en Gipuzkoa, por ejemplo, fue un Renault D. Su matrícula, la 1-SS, estaba dispuesta según un orden inverso al que con el tiempo se tornaría en norma, con el código provincial primero y los números después.


El Renault D propiedad del marqués de Rafal que recibió la primera matrícula de Gipuzkoa

A lo largo del tiempo, hubo, por varios motivos, modificaciones de los códigos. En una primera fase, las provincias de Albacete (ALB), Cáceres (CAC), Castellón (CAS), Segovia (SEG) y Teruel (TER) cambiaron su original código de tres letras por otro de dos; cuando Canarias se dividió en dos provincias, adoptó el GC y el TF, y Navarra cambió el PA por el NA. Ya más adelante, con la vuelta de la democracia tras la dictadura de Franco, Girona pasó de GE a GI, Baleares de PM a IB y Ourense de OR a OU. La Rioja aprobó sustituir el LO por el LR y de hecho iba a hacerlo en septiembre de 2000, cuando se abandonaron definitivamente las siglas provinciales, por lo que no llegó nunca a usarse, pues hasta la última, hasta la LO-1001-V, llegó con su identificación primera.

El 6 de octubre de 1971, cuando se matricularon los últimos vehículos con el sistema provincial seguido solamente de números, la disparidad entre provincias era muy marcada. Madrid y Barcelona, en un extremo, habían otorgado más de 900.000 matrículas cada una; en el otro lado, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla no llegaban a las 12.000 cada una. Ciudad Real matriculó cerca de 39.000 vehículos; Málaga, 100.000; Bizkaia, 171.000, y Valencia, casi 300.000. En la siguiente tabla, se puede consular el último número de cada provincia:

El segundo sistema incorporó una letra tras los números. Así, por ejemplo, Teruel pasó de la matrícula TE – 15685 a TE – 0000 – A. Se usaban todas las vocales, mientras que de las consonantes se descontaban, para evitar confusiones, la Ñ, la Q y la R. Había otra diferencia con respecto al sistema anterior. Hasta 1971, se usaban solamente los dígitos necesarios, mientras que a partir de entonces, con el sistema alfanumérico, había siempre cuatro números, aunque algunos de los primeros guarismos hubiesen de ser ceros. En aquellas provincias que llegaron a la 9999 – Z, que no fueron todas, se pasó luego a la 9999 – AB. ¿Por qué AB y no AA? En la segunda posición, se usaban las mismas consonantes, pero solo una vocal, la U. De esta manera, el número de letras ascendía a veinte, un número redondo para hacer cálculos.

Por el paso a un sistema nacional y con la banda azul con la ‘E’ europea, el 17 de septiembre de 2000 se otorgaron las últimas matrículas provinciales. Como ya había pasado en el anterior cambio, existía mucha disparidad entre la cantidad de placas que se habían entregado en cada provincia. Madrid se quedó en la ZX, cerca de acabar con las dos letras, y tan solo Barcelona se acercaba tímidamente, en la XG. La siguiente, Valencia, apenas llegó a la HJ, mientras que muchas provincias ni siquiera alcanzaron a las dos letras. Burgos, por ejemplo, se quedó a apenas medio millar de placas para alcanzar la AB. Se pueden ver en la siguiente tabla las últimas matrículas de cada provincia:

Y llegó la 0000 – BBB. Aunque el sistema anterior permitía ocho caracteres en la placa (por ejemplo BI – 5000 – CV) y se podría haber ido a un M – 0000 – BBB) se prescindió de aquel modelo, como había hecho Italia en 1994, aunque allí se permite colocar una banda local todavía hoy. La llegada de esas licencias ‘europeas —se las llamaba así por la banda azul comunitaria, aunque eso fue otra cambio que no guarda relación con lo anterior— no estuvo exenta de algunas protestas, sobre todo en Catalunya, por lo que suponía de uniformización.


Un coche con una de las últimas matrículas del sistema provincial (en Álava se llegó a la VI – 8538 – Y) y uno con una de las primeras del nacional, fotografiados juntos recientemente en Vitoria

En aquellos primeros momentos, las matrículas se otorgaban por bloques, que caían repartidos por provincias según el orden alfabético. Ese es el motivo de que en Álava se puedan ver circulando por las calles, además de la 0000 – BBB, muchos otros coches con matrícula de esa primera combinación. Sin embargo, hay provincias que no tuvieron coches con la BBB y algunas que no estrenaron el sistema nacional hasta llegar a la BBF. La siguiente tabla muestra la primera matrícula del nuevo sistema otorgada en cada provincia:

Para este nuevo sistema, se abandonaron las vocales, de manera que no surgiesen combinaciones desafortunadas. Y se añade la R como consonante (que en el sistema anterior se usaba también, pero para la serie especial de los remolques), de tal manera que resultan veinte letras. Dado que hay 10.000 combinaciones por letra, el sistema permite 80 millones de matriculaciones. En abril de este año, se ha llegado a la N, lo que significa que ya se ha agotado la mitad del sistema, diez letras y 40 millones de placas, y queda la otra mitad, otras diez y otros 40 millones. Han sido diez letras en algo más de veinticuatro años, aunque los vaivenes ecónomicos han marcado ritmos muy diferentes para cada letra, con extremos muy distanciados: los cuatro millones de matrículas de la letra D se concedieron en apenas 615 días entre septiembre de 2004 y mayo de 2006, mientras que los de la H requirieron 1.413 días entre diciembre de 2010 y noviembre de 2014, más del doble de tiempo.

El nuevo reglamento de vehículos históricos, que entró en vigor hace prácticamente un año, permite ahora recuperar la matrícula provincial para aquellos vehículos que la hubiesen perdido. La suma de los diferentes costes del proceso asciende a cerca de 30 euros.

En España, en todo caso, hay muchos más tipos de matrículas. Los taxis y los vehículos de otras plataformas como Uber, por ejemplo, han de llevar una placa totalmente azul. Es el último cambio. Las hay verdes y rojas, para circunstancias especiales. Los cuerpos de Policía llevan sus propios sistemas, como el PGC de la Guardia Civil, el CNP de la Policía Nacional, la ‘E’ gótica de la Ertzaintza, la CGPG de la Policía autonómica canaria o el CME de los Mossos d’Esquadra. También lo tienen los tres Ejércitos, ET, EA y FN o la Casa Real -una corona-, y hay un sistema para coches históricos idéntico al general pero añadiendo la letra H. Algunos ministerios usan códigos propios y las hay hasta para empresas concretas, como Mercedes-Benz. Finalmente, hay placas diplomáticas que, mediante un sistema de números, permiten identificar el país o la organización internacional a la que pertenecen, incluida la ONU o la OTAN, por ejemplo.


Un coche de la OTAN, en Vitoria