
Junts castiga al Gobierno en las primeras votaciones del curso y añade incertidumbre sobre la legislatura
Los independentistas tumban dos leyes importantes para Sumar y juntan sus votos con PP y PSOE para pedir que derogue la ley de vivienda
El PSOE pide en su cita con Puigdemont mantener su apoyo al Gobierno y garantiza cumplir con los acuerdos pendientes
Si no existe una mayoría alternativa a la del Gobierno en el Congreso, como aseguró Pedro Sánchez en el cierre del curso político en julio, Junts se ha esforzado en los últimos días por demostrar la existencia de una mayoría con capacidad de tumbar los principales proyectos del Ejecutivo. En las dos primeras semanas de este nuevo periodo de sesiones, los independentistas catalanes han sumado sus votos a las derecha y extrema derecha estatales para frenar en seco la reducción de la jornada laboral y la creación de una agencia contra la corrupción.También apoyaron una moción para derogar la ley de vivienda.
Son tres votaciones puntuales pero la consecución de estas tres derrotas en apenas unos días plantea una imagen preocupante para el Gobierno y especialmente para Sumar, que impulsó los dos proyectos que decayeron en los últimos días. Sobre todo ahora que el Ejecutivo ha dado un paso adelante para presentar los Presupuestos Generales del Estado y apura las negociaciones para varias leyes importantes.
Junts atestó un duro golpe la semana pasada al Gobierno tumbando el proyecto estrella de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz: la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. La formación de Puigdemont cumplió con la amenaza que lanzó al presentar una enmienda a la totalidad al proyecto y, junto a PP y a Vox, impidió que se empezara a tramitar en el Congreso. Díaz mantuvo el optimismo hasta los últimos momentos y trató de desbloquear la norma incluso con conversaciones con el líder de Junts que no sirvieron para mover sus planteamientos.
Este martes, Sumar volvió a sufrir un golpe por parte de Junts, esta vez con una proposición de ley y no un proyecto del Gobierno. La coalición buscaba empezar a debatir la creación de un organismo anticorrupción, controlado por el Congreso y con capacidad de investigación. Fue una de las medidas que pusieron sobre la mesa tras el estallido los escándalos de corrupción que afectan al PSOE y Sánchez asumió ese compromiso en la comparecencia que dio el 9 de julio tras la dimisión de Santos Cerdán.
La reducción de la jornada siempre fue objeto de críticas por parte del partido, muy ligado a los intereses de las patronales catalanas, pero su voto en contra de este organismo resultó más sorprendente. Entre los argumentos que aportaron para rechazar la proposición fuentes del grupo hablaron de un “tufo recentralizador” que causó cierto estupor entre las filas de Sumar.
Los independentistas catalanes todavía volvieron a juntar sus votos a PP y a Vox en una tercera ocasión en los últimos días, para apoyar un punto de una moción presentada por los de Alberto Núñez Feijóo que instaba al Gobierno a derogar la ley de vivienda ante la “inseguridad jurídica, la subida de precios en el sector, la reducción de la oferta y un incremento de la ocupación e inquiocupación”.
Junts repite dos mantras desde el inicio de la legislatura. No forman parte de ningún bloque y negocian “carpeta a carpeta”. Es la idea que sostenían esta semana fuentes del partido en los pasillos del Congreso preguntadas por las próximas votaciones que tenía en marcha el Gobierno: más allá de la agencia anticorrupción, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, tiene a punto un proyecto para reformar la carrera judicial que también depende de los siete diputados independentistas.
Esas fuentes negaban una estrategia coordinada detrás de los últimos varapalos al Ejecutivo y explicaban que toman las decisiones después de que cada diputado las estudie. La semana pasada, por ejemplo, Junts sí votó a favor del decreto de ampliación de permisos por nacimiento que el Gobierno aprobó antes de las vacaciones de verano. Es por eso que el PSOE se esfuerza en no romper los puentes con fuertes reacciones como la de Yolanda Díaz en el debate de la reducción de jornada, que en los días posteriores suavizó.
En las horas previas a aquella votación el Gobierno recibió mensajes del entorno de Puigdemont en el que les pedían no escalar la tensión por una negativa que para Junts se circunscribe estrictamente a su posición sobre una reforma que no comparten, en línea con el pensamiento del empresariado catalán, que ha sido muy duro contra la norma. “La carpeta de los Presupuestos es completamente diferente a la de la jornada laboral”, explicó la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, la semana pasada.
El PSOE pidió precisamente a su aliado parlamentario que mantenga su apoyo al Gobierno, en una reunión en Suiza para analizar el seguimiento de los acuerdos de la que nadie ha explicado los detalles.
De hecho, Junts está volcado ahora mismo en conseguir los apoyos para una ley a la que le otorgan máxima importancia, el traspaso de competencias de inmigración a Catalunya que pactaron con el Partido Socialista. Es quizás, después de la amnistía, el acuerdo más delicado al que ha llegado con Sánchez en esta legislatura. Fuentes de los independentistas aseguran que el PSOE les ha dado garantías de que está haciendo todo lo posible por armar la mayoría suficiente, que hoy por hoy parece perdida tras el anuncio de Podemos de que rechazará el texto.
Desde el Ejecutivo trasladan que han intentado tratar de atraer a la formación de Ione Belarra a través de otras negociaciones importantes como la de ley que se está tramitando desde hace meses en el Congreso para una regularización masiva de migrantes. Pero en esa negociación el veto de Junts complica cualquier posibilidad de que salga adelante. Un complejo puzzle de vetos cruzados que llevó a Podemos este martes a anunciar directamente que votará en contra del traspaso de competencias cuando se vote su toma en consideración el martes.
Esta posición ha irritado sobremanera a Junts, que incluso ha llegado a señalar a Podemos por ponerse del lado del PP y de la extrema derecha en este asunto, a pesar de que los independentistas catalanes han hecho exactamente el mismo movimiento esta semana para tumbar la reducción de jornada y la creación del organismo independiente contra la corrupción.
Es cierto sin embargo parte de lo que sostuvo Sánchez en su balance de cierre de curso político, en julio, y es que a pesar de que la mayoría negativa de PP, Vox y Junts les ha dañado en varias ocasiones, esa fórmula parlamentaria no ha conseguido hasta ahora reunir sus votos para sacar leyes adelante en el Congreso, mucho menos para llegar a pensar en una moción de censura que pudiese arrebatar el Gobierno a los socialistas y a Sumar.