El CSIC saca al catedrático de la UB investigado por acoso de su ranking de científicos por «irregularidades» con sus citas

El CSIC saca al catedrático de la UB investigado por acoso de su ranking de científicos por «irregularidades» con sus citas

Flecha asegura en sus perfiles ser el «número nº 1 (ranking mundial) en Gender Violence», un hecho que no es cierto: el Laboratorio de Cibermetría del CSIC ha comprobado que los trabajos sobre violencia de género son un porcentaje muy bajo de su producción

El catedrático de la UB señalado por varias mujeres publicó como propio un artículo sobre acoso sexual escrito por una investigadora

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) va a sacar a Ramón Flecha, el catedrático de la Universitat de Barcelona investigado internamente por acoso por varias mujeres, de su ránking de científicos españoles por “irregularidades con las citas”. Flecha asegura en sus perfiles ser el “número nº 1 (ranking mundial) en Gender Violence [violencia de género], un hecho que no era cierto: el Laboratorio de Cibermetría del CSIC ha comprobado que los trabajos sobre violencia de género son un porcentaje muy bajo de su producción.

Según ha confirmado a este periódico el responsable del Laboratorio de Cibermetría del CSIC, Isidro F. Aguillo, el investigador de la UB se ha adjudicado en su perfil de Google Scholar todas las citas de varios libros de los que ha escrito solo un capítulo, inflando de esa manera su currículum. En el mundo de la investigación, el número de citas de un científico es un indicador de su calidad. Cuantas más citas tienen sus trabajos, más prestigio tiene el investigador.

A Aguillo le sorprende la maniobra de Flecha porque “no lo necesita”, ya que tiene varios miles de citas (una cifra muy elevada) sin contar las que no le corresponden. Tampoco hay lugar al error o la omisión, continúa el documentalista, porque, a diferencia de otros índices que son automáticos, el perfil de Google Scholar lo elabora cada investigador si quiere y le añade sus trabajos a mano. Sí hay una opción de automatización una vez creado, pero también es responsabilidad del científico controlarlo.

Según el Laboratorio de Cibermetría, Flecha dice tener 25.490 citas en su perfil de Google Scholar cuando la búsqueda por autor devuelve 14.900. “Esta cifra ya es muy alta de por sí”, se sorprende Aguillo de la maniobra de Flecha, “ya está entre los primeros de España sin necesidad de irse a 25.000. No tiene justificación”, insiste el documentalista.

Este periódico ha preguntado a Ramón Flecha por estas irregularidades, pero no ha obtenido respuesta. La Universitat de Barcelona anunció en julio la apertura de una investigación sobre el catedrático, al que suspendió como emérito cautelarmente. El anuncio se produjo después de que elDiario.es, junto a RTVE Noticias, Ràdio 4-RNE e Infolibre, publicara una investigación en la que varias mujeres relataban cómo Flecha les pedía masajes, sexo y su participación en tareas domésticas mientras él mantenía sobre ellas una clara relación de superioridad jerárquica. La investigación reveló que este patrón de comportamiento había sucedido durante más de dos décadas.

elDiario.es también reveló en julio que Flecha había publicado como propio un artículo sobre acoso sexual que, en realidad, había sido elaborado por una investigadora que formaba parte de su equipo. Ese ‘paper’ permitió a Flecha aparecer en una revista científica internacional de prestigio sobre violencia de género y aumentar su número de citas académicas.

No es el nº1 en violencia de género

La investigación a Flecha por parte del Laboratorio de Cibermetría también ha revelado que el catedrático de la UB no es el científico número uno del mundo en investigación de violencia de género, como asegura él mismo en sus perfiles de redes sociales.

Según explica Aguillo, Flecha atribuye todas las citas a sus trabajos como si fueran de violencia de género cuando realmente “casi ninguno” de ellos tiene que ver con esa temática. Si se observa el perfil del catedrático, el primer trabajo (el que más citas tiene) es sobre aprendizaje en personas adultas, el segundo sobre aprendizaje, hay de pedagogía social, planteamientos de pedagogía crítica, inclusión y cohesión social, teoría sociológica… enumera Aguillo. “Ninguna de las 20 primeras temáticos por las que es citado tiene que ver con la violencia de género”, sostiene el director del Laboratorio del CSIC, y solo esas ya suman 10.000 citas. Hay que irse hasta la públicación número 29 en número de citas para encontrar un artículo sobre el tema, que suma 231 citas. “Los trabajos de Flecha sobre violencia de género son un porcentaje muy bajo” de su producción, “es un tema secundario” para él, añade Aguillo.

Como en el caso general de las citas infladas, Aguillo sostiene que no hay lugar al “error u omisión” cuando Flecha se autodefine como el científico número uno en violencia de género “porque sabe que no lo es”. “Está utilizando un dato falso para ponerse una medalla que sabe que no le corresponde. Que asuma esas citas como si fueran de violencia de género es un error intencionado”, ironiza.

Un artículo ‘robado’

Después de la publicación de la investigación sobre Ramón Flecha, las abogadas de un grupo de 14 personas que en el último año han abandonado CREA, el grupo de investigación que fundó Flecha y que hasta hace poco estaba vinculado a la UB, se reunieron con los servicios jurídicos de la universidad para comunicarles lo que ya les habían trasladado un mes antes por carta: la “gravedad de las situaciones vividas” por sus clientas mientras pertenecían a su equipo. Las letradas han ido aportando al centro información y documentación que se ha ido sumando al expediente de la investigación.

elDiario.es reveló que Ramón Flecha había publicado como propio un artículo sobre acoso sexual que, en realidad, había sido elaborado por una investigadora cuyo nombre jamás ha aparecido en la firma. “Cuando doblegan tu voluntad, como él lo hizo durante años, puedes llegar a ceder ante estas presiones, a no reaccionar… pero eso no quita que sigue siendo un abuso”, explicaba la autora de la investigación a elDiario.es