
El PSOE se abre a volver a negociar las competencias migratorias prometidas a Junts que caerá este martes en el Congreso
Los socialistas dan por perdida la votación de esta semana pero avisan a los de Puigdemont que ellos han cumplido su parte: «No podemos responsabilizarnos de lo que voten otros partidos»
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El PSOE asume que esta semana el Congreso de los Diputados hará descarrilar a las primeras de cambio la delegación de competencias migratorias pactada en su día con Junts. Los socialistas admiten la dificultad de acercar posturas en este tema con Podemos, que se ha descolgado de la mayoría parlamentaria que sustenta al Ejecutivo al entender que la propuesta esconde “razones absolutamente racistas”.
“El PSOE es responsable de sus acuerdos, pero no le podemos achacar al PSOE lo que voten otros partidos políticos. Nosotros tenemos un respeto absoluto por las mayorías del Congreso. Cada partido es responsable de lo que vota o no vota”, se ha limitado a responder la portavoz del Partido Socialista, Montse Mínguez, este lunes en rueda de prensa en Ferraz.
Tanto desde PSOE como desde el Ejecutivo dan por perdida la votación de este martes “salvo sorpresa” que nadie a estas alturas espera. Y restan relevancia a la reacción que puedan escenificar los independentistas catalanes en un contexto en el que, en la práctica, están operando en bloque de oposición junto a PP y Vox en un puñado de votaciones relevantes desde la vuelta de curso político.
Aunque nadie ofrece detalles por ahora de cómo podría sortearse en el futuro ese veto del Congreso, sí contemplan los socialistas mantener la interlocución con Junts para buscar la fórmula legal con la que poder contentar a Junts para una delegación de competencias migratorias pactada hace ya dos años a cambio de sacar adelante un decreto de ayudas económicas.
Porque los de Puigdemont han dejado claro que la delegación de las competencias en materia de inmigración es un material muy sensible para la formación. Al margen de la negociación sobre la amnistía, el acuerdo migratorio es el pacto más importante que Junts ha arrancado al PSOE hasta la fecha. Y es, para los independentistas, la prueba del algodón de si ese diálogo puede dar frutos tangibles o no.
El texto pactado en forma de proposición de ley es una delegación de competencias, prevista en la Constitución, que en la práctica supondría que la Generalitat ejecutase la normativa estatal en materia migratoria. No otorgaría por tanto al Parlament capacidad de regular esta materia de forma diferente, sino que daría facultades de gestión administrativa que, en todo caso, recaerían ahora en el Govern del PSC.
Pero, para Puigdemont, apuntarse un tanto competencial en materia migratoria es un balón de oxígeno que considera vital en la complicada batalla que está librando ya de cara a las municipales con la xenófoba Aliança Catalana. Por eso, volverse a casa con las manos vacías después de casi un año de esfuerzo negociador es un escenario que puede ser real en apenas 24 horas y que nadie sabe todavía cómo puede impactar en la reacción posterior de Junts y en su relación con el Ejecutivo de Pedro Sánchez.