
No, no hay pruebas de que el paracetamol sea la causa del autismo ni se cura con un medicamento: «Es una patochada»
La administración Trump quiere alertar sobre una supuesta relación entre el uso de paracetamol en el embarazo y el autismo, pero los especialistas lo desmienten y advierten de que se trata de un disparate
La administración Trump anunciará una supuesta “solución al autismo” y culpará al uso de paracetamol en el embarazo
El gobierno negacionista y anticiencia de Donald Trump pretende dar un golpe de efecto este lunes anunciando una supuesta relación entre el autismo y el consumo de paracetamol durante el embarazo, al tiempo que aprobará el uso de un medicamento llamado leucovorina, basado en el folato (ácido fólico), que mejora presuntamente la capacidad de comunicarse de las personas con esta condición.
Sin embargo, las sociedades científicas y los especialistas en este transtorno consultados por elDiario.es consideran que estas afirmaciones van contra toda la evidencia obtenida hasta ahora y son completamente irresponsables. Y contemplan con extrema preocupación el efecto que pueda tener en las personas con autismo y sus familias.
“En la actualidad, no existe evidencia sólida que permita establecer una relación causal entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y el trastorno del espectro del autismo”, subrayan desde la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP). El autismo es un trastorno del neurodesarrollo complejo y multifactorial, en cuyo origen intervienen diversos factores genéticos y ambientales, recuerdan. “Es fundamental transmitir un mensaje de prudencia ante afirmaciones no respaldadas por datos concluyentes”, reclaman. El abordaje riguroso y responsable de estas cuestiones es esencial para “evitar generar alarma social y para proteger a las familias”.
No existe evidencia sólida que permita establecer una relación causal entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y el trastorno del espectro del autismo
Para el neurocientífico José Ramón Alonso, catedrático de la Universidad de Salamanca (USAL) experto en autismo, el anuncio tiene toda la pinta de ser un despropósito. “Hay cientos de grupos de investigación que llevan años buscando las posibles causas de este trastorno del neurodesarrollo y desde luego no es algo que se pueda resolver de una tacada en un par de meses”, afirma. Sobre el paracetamol, apunta, estamos muy acostumbrados a ver estudios de este tipo donde no consiguen demostrar que haya una relación causa-efecto.
Monique Botha, especialista de la Universidad de Durham, recuerda que hay muchos estudios que refutan la supuesta correlación entre el paracetamol y el autismo. “El más importante fue un estudio sueco de 2,4 millones de nacimientos (1995-2019) publicado en 2024, que utilizó datos reales de hermanos y no encontró ninguna relación entre la exposición al paracetamol en el útero y el autismo, el TDAH o la discapacidad intelectual posteriores”, explica al SMC Reino Unido. “Esto sugiere que no existe un efecto causal del paracetamol en el autismo”.
Una declaración de consenso del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) publicada recientemente en la revista Nature Reviews Endocrinology señalaba el paracetamol como uno de los pocos analgésicos seguros durante el embarazo. Sobre el aumento de casos de autismo —se ha producido un incremento del 300% en las dos últimas décadas— los expertos lo atribuyen en gran parte a la mejora en el acceso al diagnóstico, a la inclusión en el espectro del autismo de personas con síntomas menos evidentes, pero que provocan interferencia en su vida diaria, y puede que también al aumento de algunos factores de riesgo.
“Las investigaciones han demostrado que cualquier aumento marginal aparente como resultado del uso de paracetamol durante el embarazo tiende a desaparecer cuando los análisis tienen en cuenta los factores más importantes”, añade Dimitrios Siassakos, profesor de Obstetricia y Ginecología en el University College London, también al SMC. “En los estudios que analizaron a hermanos, cualquier asociación desapareció: lo que importaba era el historial familiar y no el uso de paracetamol”. En su opinión, centrarse indebidamente en el paracetamol podría impedir que las familias utilicen uno de los medicamentos más seguros para el embarazo cuando lo necesitan.
Una “patochada” que no ayuda
Sobre el uso de leucovorina, José Ramón Alonso recuerda que se trata de una forma de vitamina B9. “Los folatos intervienen en el desarrollo cerebral y en una deficiencia que se presenta solamente en una parte no muy numerosa de personas con autismo y que se soluciona con compuestos multivitamínicos o directamente con la adición de ácido fólico”, señala Alonso.
Para Botha, se necesita más evidencia sobre el efecto de la leucovorina y los rasgos autistas fundamentales antes de poder extraer conclusiones significativas. “Las pruebas disponibles en este momento son excepcionalmente provisionales y no se consideran sólidas”, afirma. “Del mismo modo, aunque los medicamentos pueden ayudar en aspectos muy específicos, no existe ningún medicamento o tratamiento que cure o elimine activamente el autismo, aunque puede ajustar el comportamiento o reducir los síntomas concurrentes que contribuyen al malestar de las personas autistas”.
Las personas autistas son excepcionalmente heterogéneas, por lo que cualquier tratamiento probablemente funcione para manifestaciones muy específicas y en contextos muy particulares
En definitiva, el autismo es una condición hereditaria de por vida cuya causa principal es muy probable que sea genética, expresada a través de una amplia gama de genes. “Del mismo modo, las personas autistas son excepcionalmente heterogéneas, por lo que cualquier tratamiento o medicamento para rasgos específicos probablemente funcione para manifestaciones muy específicas de rasgos autistas, en contextos muy particulares”, incide Botha. “Las afirmaciones generales sobre curas o tratamientos no suelen ser precisas, útiles ni éticas”.
Marcos Zamora, psicólogo y director de Autismo Sevilla, ve el anuncio de la administración Trump con extrema preocupación y cree que pone en peligro el trabajo que se ha hecho durante años contra las curas milagrosas. El mazazo llega, además, cuando aún nos estamos recuperando de la falsa relación del autismo con las vacunas, como defiende el secretario de Salud de EEUU Robert Kennedy Jr. “El autismo es tan diverso y tan complejo que hace muy difícil pensar que haya una sola causa que lo pueda determinar”, explica. “La ciencia no funciona sacando soluciones de la chistera”.
El autismo es tan diverso y tan complejo que hace muy difícil pensar que haya una sola causa que lo pueda determinar. La ciencia no funciona sacando soluciones de la chistera
A Zamora y otros expertos les preocupa casi más la promesa de una cura milagrosa que la atribución un efecto al paracetamol, porque muchas familias se agarran a un clavo ardiendo e intentan probar cualquier cosa que esté en su mano, apunta. “A estas personas les diría que hasta la fecha no existe evidencia científica de que se pueda revertir esta condición”, asegura. “En los niños con autismo, todo su cerebro se ha desarrollado de una determinada manera y eso hace prácticamente imposible pensar que se vaya a curar o revertir con el uso de un medicamento”.
“En mi opinión — resume Alonso—, se va a generar una expectativa sin base y lo que va a salir es una patochada que no va a ayudar a las familias con autismo, sino que al final va a generar más confusión y más dudas en vez de realmente afrontar la necesidad de más investigación para conocer las causas del problema”.