Almeida renuncia a la villa olímpica que Gallardón ideó junto al Metropolitano para dar paso a 18.000 nuevos pisos

Almeida renuncia a la villa olímpica que Gallardón ideó junto al Metropolitano para dar paso a 18.000 nuevos pisos

El Ayuntamiento de Madrid da luz verde a la última gran operación urbanística que le quedaba en el Este, con 5,5 millones de metros cuadrados y un futuro ligado en parte a la nueva ciudad deportiva del Atlético. También supone la renuncia a una candidatura inmediata a los Juegos Olímpicos

Ayuso lanza a Madrid a la carrera por los Juegos Olímpicos sin esperar a Almeida y sin dar fecha

El Ayuntamiento de Madrid acaba de dar el visto bueno inicial a la gran bolsa de suelo que tenía guardada desde hace más de dos décadas en el Este de la ciudad, a la espera del sueño olímpico. La Nueva Centralidad del Este (NCE) ha echado a andar esta semana con la memoria-borrador de la Modificación del Plan General que inicia los primeros trámites urbanísticos para un barrio que podría haber seguido los ritmos del cercano Valdebebas, pero que tuvo que aguardar a que las candidaturas a los Juegos Olímpicos fracasaran hasta en tres ocasiones para dar otro destino a sus terrenos.

La Nueva Centralidad del Este fue definida en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOU) del año 1997, pero la apuesta de la ciudad por concurrir a las citas olímpicas de los años 2012, 2016 y 2020 hizo que este lugar se adaptara en los planos a las necesidades del evento en lugar de dedicarse a la expansión de la ciudad en este punto. Durante las alcaldías de Alberto Ruiz-Gallardón (PP), su equipo dibujó un barrio que sirviera como residencia para los deportistas durante las dos semanas que dura la cita olímpica, con más de 11.000 pisos y 271.047 m2 de edificabilidad residencial.

En una memoria del año 2008, el Ayuntamiento de Madrid aseguraba que esta reserva de suelo iba a estar conectada con el estadio olímpico de La Peineta –por entonces no pertenecía al Atlético de Madrid– a través de una enorme pasarela sobre la M-40, a unos 500 metros de las primeras viviendas. Jardines, lagos y hasta una gran zona verde en el sur de 16 hectáreas completaban el idílico paisaje en los planes municipales presentados al Comité Olímpico Internacional.


Plano de la NCE en tiempos en los que iba a convertirse en villa olímpica


Plano de la villa olímpica y sus conexiones para la candidatura de Madrid 2016

Había incluso un plan detallado para aprovechar todas estas instalaciones construidas para los Juegos Olímpicos, que se convertirían en viviendas protegidas en alquiler, lo que hubiera otorgado a la EMVS una bolsa de pisos más grande de la que gestiona en la actualidad. De ellas, el 15% iban a ser reservadas para atletas españoles.

También había planes para convertir parte de los edificios en dos hoteles y en una residencia para la tercera edad. Además, estaba previsto que el Centro del Comité Olímpico Nacional fuera transformado en una escuela primaria y las instalaciones deportivas formarían parte del campus de una nueva Universidad Deportiva que se ubicaría junto a la Villa. Oficinas y zonas comerciales completarían un futuro que nunca llegó por los sucesivos fracasos de la ciudad en las votaciones del COI.


Distribución de usos en la villa olímpica proyectada para Madrid 2016

El escenario ha cambiado mucho desde entonces, empezando por La Peineta. La cesión del estadio al Atlético de Madrid durante la época de Carmena para completar la operación Mahou-Calderón fue el principio del traslado de los intereses rojiblancos que se completó después con la llegada de Almeida a Cibeles. Además de permitir al club de Enrique Cerezo crear un nuevo estadio con la máxima calificación, el Ayuntamiento le ha ido entregando las parcelas olímpicas donde se iban a ubicar diferentes instalaciones, y que ahora albergarán una ciudad deportiva y de ocio, con campo de golf, centro comercial y hasta una piscina de olas para el surf.

El último cadáver olímpico que queda en la zona, el inacabado Centro Acuático en el que el Ayuntamiento dilapidó cerca de cien millones de euros públicos, va camino de ser cedido también a los colchoneros para la construcción de un enorme pabellón multiusos donde acoger eventos deportivos y conciertos para hasta 20.000 personas.


Ubicación de la Nueva Centralidad del Este (en rojo) con respecto al resto de desarrollos urbanísticos de Madrid

Una vez enfilado el futuro urbanístico de esa zona del distrito de San Blas-Canillejas, el Gobierno de Almeida empieza a dibujar el situado al otro lado de la M-40, en los terrenos baldíos hasta llegar a Coslada. Son 5.546.954 m2 de suelo, de los que dedicará 1.588.293 m2 como superficie edificable, la mitad para vivienda libre y la otra mitad con algún tipo de protección. De ellos la Vivienda de Protección de Precio Básico (VPPB) sumará 595.610 m2 y la Vivienda de Protección de Precio Limitado (VPPL), 198.537 m2, el 12,5% del total construido.

Habrá también 680.697 m2 para actividades económicas, con un futuro campus tecnológico y de innovación que ocupará dos tercios de ese espacio. El resto será para oficinas y otros elementos de uso terciario. Además, hasta 1.300.000 m2 del ámbito se han propuesto como espacios libres y zonas verdes. En ellos se incluye el humedal de las Lagunas de Ambroz, una antigua explotación minera que se inundó al sur de la zona que grupos ecologistas y partidos como Más Madrid llevan años pidiendo proteger. La red de equipamientos, que contará con tres barrios (norte, centro y sur), sumará 100.000 m2.

Una de las grandes incógnitas de este nuevo desarrollo está en las conexiones de transporte público con las que contará. Sus impulsores aseguran que la Línea 2 de Metro ya cuenta con una plataforma construida para trenes en espera, así como suelo para albergar cocheras. Por otro lado, la Línea 7 que cruza hasta Coslada atraviesa sus terrenos y podría -como sucederá en Los Berrocales con la Línea 9- abrir una parada entre medias.


Mapa de líneas de Metro existentes alrededor de la Nueva Centralidad del Este

Lo que sí está asegurado en este barrio son las conexiones por carreteras, ya que el barrio estará rodeado de importantes infraestructuras viarias como la M-40, la R-3, la M-21, la M-201 y la M-214.

El inicio de esta nueva operación urbanística marca el punto de arranque para un proceso burocrático al que todavía le quedan muchos años para empezar a abrir las calles de este nuevo barrio de Madrid. Y más aún hasta que se levanten los primeros pisos, algo que no sucederá en al menos una década.

Lo que es seguro es que un hipotético sueño olímpico madrileño tendría que cambiar de emplazamiento, porque los terrenos para el estadio de atletismo, el de natación o las residencias de los deportistas serán dedicados a otras necesidades. Pese a que la presidenta Ayuso dijera hace unos días “vamos a pelearlo”, en referencia a una candidatura. De momento, el Comité Olímpico Español ya descartó que Madrid pudiera optar como sede a la cita del año 2036, la primera disponible sobre la que aún no se ha designado ciudad, y no hay ningún viso de que el año 2040 pueda ser el nuevo objetivo de la capital de España. Porque, entre otras cosas, no se han identificado terrenos para albergar la villa olímpica y a la capital se le empieza a agotar el suelo disponible que no esté comprometido con otras operaciones urbanísticas.