
Los ultras Abogados Cristianos se querellan ahora contra siete expertos que avalaron la eutanasia de la joven N.
La organizacion también se querella contra el exconseller de Salut Josep Maria Argimon por el nombramiento de estos miembros
El TSJ catalán avala la eutanasia de la joven N. pero permite a su padre y a Abogados Cristianos recurrirla y alargar su sufrimiento
La Fundación Española de Abogados Cristianos ha presentado una querella ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) contra siete de los once miembros de la Comisión de Garantía y Evaluación que aprobó la eutanasia de una joven de 24 años. Los acusa de un posible delito de prevaricación y conflicto de intereses. También se querella contra el exconseller de Salut Josep Maria Argimon por el nombramiento de estos miembros.
La organización denuncia que de los once miembros de la comisión, tres están vinculados a Derecho a Morir Dignamente. Añade que un cuarto participó activamente en la elaboración de la ley de la eutanasia y que un quinto es referente en este ámbito en un centro de salud. Sobre los otros dos, dice que pertenecen a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Según defiende Abogados Cristianos –que representa a los padres de la joven– en su escrito al juez, Derecho a Morir Dignamente “es una de las principales promotoras de la Ley de la eutanasia en España y el principal apoyo que encuentran los que quieren la eutanasia”.
Por ello, defiende que el hecho de que miembros de la comisión pertenezcan o colaboren con esta organización “es un acto impropio y carente de objetividad”. Añade que ocurre algo similar con la Organización Nacional de Trasplantes, ya que “existe una relación causal directa entre la práctica de la eutanasia y la obtención de órganos”. La presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, consideró “escandaloso que quienes deben velar por la legalidad y objetividad en un proceso tan grave, estuvieran claramente vinculados a asociaciones que promueven la muerte”. “Es un atropello contra la imparcialidad y una burla del estado de derecho”, añadió.
Aval a la eutanasia, pero derecho al recurso del padre
El TSJ catalán ha avalado recientemente la eutanasia de la joven N, pero permitiendo a su padre y a Abogados Cristianos recurrirla y alargar así su sufrimiento. Los jueces, al contrario que los ultras Abogados Cristianos y el progenitor, insisten en que la enferma pidió morir de forma digna “sin injerencia ni influencia” y consciente de las consecuencias de su decisión. El TSJC rechazaba así el recurso que el padre de N., representado por el grupo ultracatólico Abogados Cristianos, interpuso contra el aval que una jueza de Barcelona había concedido a su eutanasia, aunque ha admitido que el hombre pueda recurrirla (algo que había negado la primera magistrada que juzgó el caso).
En la sentencia, a la que tuvo en su día acceso elDiario.es, el TSJC concluye que existe un “innegable interés” del padre de N. en que la joven siga con vida, por lo que el hombre sí está legitimado para recurrir la eutanasia. Pero no para impedirla del todo, agrega el tribunal, que aprecia claramente padecimientos “graves, crónicos, constantes e imposibilitantes” y sin pronóstico de mejora en la joven, así como su plena capacidad y conciencia para pedirla, algo que negaban el padre y el colectivo ultracatólico.
Los jueces asumen al 100% que la joven solicitó su eutanasia “sin injerencia ni influencia” derivadas del trastorno límite de la personalidad que padece. “Sus capacidades de saber, discernir y ejecutivas están conservadas”, reza la sentencia de la sección 3ª de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJC. Por otro lado, el TSJC admitía en su auto por primera vez que el freno a la eutanasia concedida por los médicos a la joven N., debido a la demanda interpuesta por su padre y los ultracatólicos Abogados Cristianos, provoca en la solicitante “insatisfacción”.
Se trata de la primera vez que un tribunal admite de forma abierta el sufrimiento que genera en los pacientes no poder materializar su derecho a morir. Pese a ello, los magistrados evitan censurar la estrategia del padre y del colectivo ultracatólico, de los que se limitan a constatar que intentan frenar la muerte de N. sin aportar un solo informe forense que contradiga los dictámenes de los médicos y juristas que avalaron su eutanasia.