
Podemos se fractura en Andalucía ante el bloqueo de la dirección estatal a reeditar la candidatura unitaria
La dirección estatal mantiene sus líneas rojas para entrar en una negociación con Izquierda Unida: exigen que salgan del Gobierno y distanciarse del PSOE. La renuncia del ‘número dos’ de Podemos Andalucía, frustrado por la división de las izquierdas, ahonda en la grieta del proyecto
El número dos de Podemos Andalucía renuncia a presentarse a las elecciones frustrado por la división de las izquierdas
Podemos se ha roto en Andalucía esta semana por una grieta que se abrió en Madrid. El portavoz de la dirección estatal, Pablo Fernández, hizo una breve mención el lunes sobre las elecciones andaluzas. “Sí, confirmo que habrá papeleta de Podemos”. La frase escueta, que ya deslizaban sus dirigentes desde hacía tiempo, tuvo un efecto inmediato 500 kilómetros al sur.
El ‘número dos’ y coportavoz de Podemos Andalucía, el diputado José Manuel Jurado, anunció que dejaba su cargo frustrado por la división de las izquierdas y la reticencia de la dirección estatal a desbloquear la negociación para reeditar la coalición Por Andalucía, de la que ya forman parte. Jurado no irá en las listas electorales para las andaluzas, previstas para la primavera de 2026, ni bajo el paraguas de Podemos ni de Por Andalucía.
Sus compañeros de coalición –de Sumar, IU e Iniciativa del Pueblo Andaluz– lo han sentido como la “pérdida de un referente, un valor dentro del Parlamento y en la calle”. Sus compañeros de partido se han limitado a desearle suerte en su nueva etapa y agradecerle sus años de trabajo.
Jurado, junto a la coordinadora regional de Podemos Andalucía, Raquel Martínez, había firmado un manifiesto en favor de la unidad de las izquierdas antes del verano, un mensaje “desesperado” dirigido a la dirección estatal, que “desautorizó” el diagnóstico y la propuesta de los dirigentes andaluces. La salida de Jurado se produce después de meses de tensiones la dirección estatal por sus diferencias sobre la estrategia de unidad con el resto de fuerzas políticas de izquierdas.
En Andalucía, la grieta nace prácticamente con el proyecto, porque desde el minuto uno los referentes del partido en esta comunidad cuestionan –y pelean sin éxito en los órganos internos de dirección– la estructura “vertical y centralista” de Podemos. Y demandan también sin éxito, una “autonomía política, orgánica y económica” que nunca han logrado. “El diagnóstico de lo que es y debe ser Podemos en Andalucía y de lo que es y debe ser la propia Andalucía nunca lo ha compartido la dirección estatal. Nunca se han enterado o nunca les ha importado”, dice un dirigente regional.
Podemos Andalucía antes de Podemos
Podemos entró en las instituciones españolas a través del Parlamento de Andalucía, tras las elecciones autonómicas anticipadas de 2015. Teresa Rodríguez fue elegida antes candidata a la presidencia de la Junta que secretaria general de Podemos Andalucía. Y ya entonces la dirección estatal tuvo problemas con sus dirigentes en la comunidad más poblada del país, con 8,5 millones de habitantes, y la que más diputados aporta al Congreso, 61. Con Rodríguez nunca llegó a conectar del todo, hasta que la gaditana rompió la baraja, se escindió de Madrid y creó otro partido -Adelante Andalucía- llevándose con ella a todo el equipo, a todos los cargos públicos y orgánicos, y a todos los referentes regionales y municipales de Podemos, que se quedó sin representación en el Parlamento andaluz.
Cuando el lunes escucharon a Pablo Fernández anunciar que “habrá una papeleta de Podemos” en las andaluzas, en la dirección regional entendieron que la decisión es “concurrir en solitario y empezar de cero a reconstruir el proyecto”. “Podemos ha salido escaldado de dos coaliciones de izquierdas, primero Adelante Andalucía, y luego Por Andalucía, la unidad en torno a Yolanda Díaz que se quedó con cinco diputados en el Parlamento”, advierte una dirigente andaluza.
En esta última confluencia, Podemos ocupa tres de los cinco escaños, tras una negociación durísima con IU y Sumar, que se cerró en el tiempo de descuento ante la Junta Electoral en 2022.
El resto de partidos de la coalición ha recibido con poca sorpresa la renuncia de Jurado y lo ven como un paso natural en el distanciamiento que se ha ido dando entre dirigentes como él y las decisiones de los órganos estatales. Creen que un movimiento así deja muy tocado al partido. “No es que se vaya el portavoz, es que es el único cuadro con atractivo electoral y con capacidad de interpelar a la gente”, sostiene un dirigente de Por Andalucía que cree que habrá más deserciones. Y también señalan que Jurado se aparta de Podemos pero no del grupo parlamentario. “Eso lanza un mensaje”, dicen.
Podemos: “Sin novedades”
Podemos descarta hablar tanto en público como en privado de la situación en Andalucía y se limita a trasladar que no hay ninguna novedad sobre la discusión. El partido que dirige Belarra siempre se ha desvinculado de los hitos y plazos que se han ido marcando Izquierda Unida, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Movimiento Sumar para articular la nueva coalición de Por Andalucía. En la dirección estatal del partido, que es quien pilota las decisiones sobre las negociaciones en los territorios, manejan otros tiempos a los del resto de formaciones y hasta ahora han hecho oídos sordos a sus invitaciones a la unidad.
De hecho, la única vez que la secretaria general del partido, Ione Belarra, habló en público de este asunto fue el pasado mayo y lo hizo para marcar distancias con el proceso de Por Andalucía. “Quien tiene que tomar una decisión no es Podemos, son las fuerzas que forman parte del gobierno de la guerra y empujan un régimen de guerra”, dijo en declaraciones a los medios preguntada en aquel momento por la propuesta de primarias abiertas que el Partido Comunista de Andalucía (PCA) había trasladado al resto de formaciones.
La respuesta de Podemos para Andalucía tiene que ver con el análisis que ha hecho el partido a nivel estatal y que pasa por distanciarse del Gobierno y los partidos que lo forman. Para el partido de Belarra, las formaciones articuladas alrededor de lo que hoy es Sumar asumen con su permanencia en el Gobierno los postulados de un PSOE cada vez más escorado a la derecha, según entienden, con la estrategia de rearme y sin capacidad ni voluntad para aprobar propuestas de izquierdas en el seno del Consejo de Ministros.
Bajo esa lógica, alegan, tiene poco sentido aliarse en Andalucía con unas formaciones que están en el mismo Ejecutivo contra el que chocan a diario en la conversación política estatal. Parece claro que, si no hay cambios en las decisiones especialmente de IU, Podemos está convencido de que la mejor estrategia es concurrir en solitario aunque eso suponga un batacazo como el que ya vivieron en Euskadi y en Galicia cuando se presentaron contra Sumar y quedaron fuera de esos parlamentos autonómicos.
El Parlamento andaluz tiene 109 diputados, la mayoría absoluta está en 55 escaños, y actualmente el bloque PP-Vox ocupa 72. Las encuestas que se han publicado mantienen, por poco, la mayoría absoluta del PP de Juan Manuel Moreno, dibujan a una ultraderecha en auge, el PSOE estancado en su suelo electoral (30 diputados) y el espacio de las izquierdas, dividido y menguando.
“Ellos están pensando sus decisiones desde Madrid”, opina un dirigente de IU que cree que si Podemos acaba haciéndoles una llamada a la unidad cuando pasen los meses será únicamente para “embarrar” y no con una voluntad real de articular una confluencia. Si eso se diera, asegura, el marco sería otro pero en Por Andalucía creen que si Podemos hubiera querido unidad ya habría aprovechado vías abiertas como por ejemplo la de Diego Cañamero este verano, cuando impulsó un manifiesto a favor de una candidatura conjunta, que firmaron todos los dirigentes de la ejecutiva regional. “No van a romper la estrategia estatal en ningún territorio”, se resignan.
En cualquier caso, algunos dirigentes empiezan a dar por amortizada la conversación sobre la unidad con Podemos, que después de movimientos como el de Jurado creen que ha quedado aún más desprestigiado en Andalucía. Y prefieren hablar de una convocatoria unitaria hacia sectores de la sociedad civil y organizaciones como la Marea Blanca o la Marea Verde. La diputada y portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, que fue candidata de la coalición en 2022, admitió hace poco que “la unidad de las izquierdas ya no rentabiliza políticamente”. “No es algo que movilice a los nuestros, entre otras cosas por falta de credibilidad”, dijo.
Varias voces de los partidos de Sumar veían Andalucía como un primer paso esencial de cara a tejer de nuevo la unidad para las elecciones generales. Y creían que si Podemos permanecía en un espacio consolidado durante esta legislatura como Andalucía las conversaciones para 2027 habrían comenzado con buen pie. Pero ni los pasos dados hasta ahora por el partido de Belarra en ese territorio ni la estrategia a nivel estatal parecen ya un buen precedente para esa futura coalición.
Por Andalucía sigue su proceso
Los partidos de Por Andalucía prosiguen con su hoja de ruta aunque los plazos se han demorado más de lo previsto. La idea que manejaban en la primavera de este año era lanzar un proceso de primarias después de las vacaciones del verano, bien un sistema de elección abierta o bien un acuerdo entre los partidos con una ratificación posterior. Esos planes siguen en pie pero el lanzamiento de la coalición se ha tenido que hacer antes de tener resueltas las listas e incluso el candidato o candidata para encabezar.
De momento Iniciativa del Pueblo Andaluz e Izquierda Unida han comenzado sus propios procesos de primarias y está previsto que a mediados de octubre tengan ya definidos sus propios candidatos y candidatas. La idea es que en paralelo la mesa de partidos de la coalición -a la que ya no acuden ni Podemos ni Alianza Verde ni Equo- vaya avanzando en el programa electoral y también en las negociaciones para la siguiente instancia, la elección final de las candidaturas de la alianza.