Los presuntos abusos sexuales en la guardería Waldorf Munay de Zaragoza: las familias se unen para «buscar justicia»

Los presuntos abusos sexuales en la guardería Waldorf Munay de Zaragoza: las familias se unen para «buscar justicia»

Crean una plataforma de afectados tras el arresto de un trabajador del centro hace unas semanas

Una madre afectada por los presuntos abusos en la guardería de Zaragoza: “El carácter de la niña cambió radicalmente”

“Tristeza y dolor”, “defraudada, rota, dolida”, “un golpe tremendo”. Familias de la escuela infantil Waldorf Munay de Zaragoza, donde se destapó hace unas semanas un presunto caso de agresiones sexuales a los niños, se han unido en una plataforma en la que aportan testimonios sobre su experiencia y con la que aspiran a “buscar justicia”.

Tras las denuncias registradas, el Juzgado de Instrucción nº 8 de Zaragoza decretó la libertad provisional del detenido con la prohibición de acceder al centro. La Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) se encarga de las pesquisas. Tal y como muestran documentos internos de la escuela infantil y las propias redes de la guardería, el arrestado llevaba a cabo labores docentes y ha llegado a estar a cargo de “pequeños de 11 a 15 meses” de edad.

“No estamos sol@s. Queremos dar voz a las familias, compartir información veraz y ofrecer un espacio de apoyo mutuo”, señala el colectivo en la página web. Por ahora son trece las familias que se han unido, aunque dan por hecho que seguirán sumando padres y madres.

Hasta el momento, tal y como ha podido saber este periódico, a la denuncia presentada inicialmente contra el trabajador del centro se han sumado al menos otras dos actas de declaración en calidad de denunciantes y una tercera como testigo. Las tres están ya en manos de la UFAM.

Como portavoz ejerce la abogada del colectivo, Patricia Millastre, especializada en casos de infancia y que representa legalmente a estas familias. Desde la Plataforma, apunta la letrada, tienen “conocimiento de varias denuncias” y también de que hay “otras familias aún pendientes de definir qué postura toman”, con la duda de si solo presentan testimonio o si se integran como acusación. “Se trata –explica– de, con mucho mimo, dar tiempo a las familias para que decidan si se suman al proceso penal o participan en la Plataforma de otra forma”.

Mientras, fuera de la iniciativa penal, que se dirime en los tribunales, Millastre apunta que en una reunión formal entre los afectados se ha dado el visto bueno a plantear una “reclamación formal” al centro entre otras cuestiones para la protección de datos, ya que se pidió “eliminar las imágenes de redes sociales y no lo han hecho”.

Las familias aseguran que la Plataforma surge de un grupo de padres y madres que han vivido “una situación que jamás” pensaban afrontar: “La sospecha de abusos sexuales en un espacio donde nuestr@s hij@s deberían estar seguros”, indican.

Tras dejar claro que no tienen “intereses políticos ni económicos”, inciden en que solo buscan “justicia y reparación”, “protección” para sus hijos e hijas y “visibilidad para que esto no vuelva a ocurrir”. “Creemos en la verdad, en la empatía y en el poder de la comunidad”, añaden.

Para recabar apoyos, la Plataforma propone tres acciones distintas. En primer lugar, piden una contribución económica para cubrir los gastos legales de las familias denunciantes, para lo que han abierto campañas de crowdfunding.

Otra de las iniciativas propuestas es la difusión de los mensajes, al compartir la web o los comunicados del colectivo para darle “visibilidad”. Y, por último, reclaman “apoyo humano y profesional”, para lo que buscan psicólogos, abogados, periodistas.

En la web, los integrantes de la Plataforma incluyen testimonios de su experiencia en la escuela infantil, siempre desde el anonimato. “Hay preguntas que uno nunca se imaginaría tener que hacerle a un hijo, pero, tras las primeras denuncias y con la orientación profesional adecuada, hemos oído algunas respuestas que nos han helado la sangre. Es muy duro enterarse, pero queremos saber la verdad para poder buscar reparación y sanación”, explica la familia de un exalumn@.

“El dolor viene no sólo del hecho tan grave que ha sucedido, sino de la falta de empatía por parte de la escuela”, cuentan otros padres.

“Hemos escuchado con atención y respeto a todas las partes involucradas, y la conclusión es desgarradora (…) La gestión de esta crisis (por parte del centro) ha sido dolorosa, llegando incluso a intentar el descrédito de las familias más afectadas”, explica otra familia.

“Me siento totalmente defrauda, rota, dolida, al saber que han ocurrido hechos terribles a varios niños en el centro. Es duro porque no sé si mi hijo también ha podido ser una víctima”, lamenta otra.