
El adiós de Eneko Goia en Donostia abre ya el debate sobre la renovación de cargos en el PNV de cara a las elecciones de 2027
Los nacionalistas tienen otros dos cargos que, como el alcalde, llegaron en 2015, Juan María Aburto y Ramiro González, mientras que tendrá que volver a actualizar la propuesta en Vitoria
Dimite Eneko Goia como alcalde de Donostia después de diez años en el cargo
La repentina marcha de Eneko Goia como alcalde de Donostia, que será efectiva el 16 de octubre, ha adelantado en casi dos años el debate sobre la renovación de las candidaturas del PNV de cara a las elecciones municipales y forales de mayo de 2027. El principal partido vasco, salvo que haya elecciones generales antes, llegará con el precedente de haber quedado tercero por vez primera en la historia en las europeas de 2024, de que le empatara EH Bildu en las autonómicas también de 2024, de perder frente al PSE-EE las generales de 2023 y de sufrir desgaste en las anteriores municipales y forales, como la pérdida de Vitoria, Hondarribia o Alonsotegi.
El nuevo Euzkadi Buru Batzar encabezado por Aitor Esteban y los también nuevos equipos territoriales tendrán que decidir qué hacer con los otros dos cargos que llevan igualmente diez años como el regidor donostiarra, que ha dado a entender que eso es ya un ciclo excesivo en política. Son Juan María Aburto, alcalde de Bilbao, y Ramiro González, diputado general de Álava. Se da por hecho también que tocará volver a renovar la oferta de Vitoria después de que, hace dos años, se optara por la consejera Beatriz Artolazabal en vez de Gorka Urtaran y de que el partido cayera de primera a cuarta fuerza. Elixabete Etxanobe y Eider Mendoza, nuevas diputadas generales en Bizkaia y Gipuzkoa desde 2023, encararían una segunda oportunidad, aunque en el caso de Mendoza no pudo ganar las elecciones y gobierna en coalición con el PSE-EE y gracias al apoyo en la investidura del PP.
Todo apunta a que Jon Insausti, de 36 años y concejal con Goia durante toda la década, será propuesto este viernes por el partido como alcalde. El PNV nunca ha tenido una alcaldesa en una capital. Así lo han asegurado medios de comunicación como ‘EiTB’, ‘Noticias de Gipuzkoa’ o ‘Diario Vasco’ y las fuentes consultadas por este periódico no lo desmienten, aunque tampoco lo confirman. De ser así, tomaría posesión a horas de la inauguración de uno de los grandes proyectos de la nueva Donostia, el edificio GOe del Basque Culinary Center, no exento de protestas vecinales. La idea del PNV es darle al nuevo rostro un margen de tiempo para presentarse en sociedad y no encarar la cita con las urnas con un candidato desconocido. Es un formato que el PSE-EE ha solido utilizar en Euskadi en sus feudos, Irún, Eibar, Ermua o Portugalete, por ejemplo.
Goia, sí, ganó las elecciones de 2023, como antes las de 2019 y 2015. De hecho, puede atribuirse el mérito de haber devuelto Donostia al PNV lustros después. Su precedesor fue Ramón Labayen. Pero de 14.000 votos de diferencia se quedó en apenas 1.200 con EH Bildu, que propuso como alternativa al exalcalde, Juan Karlos Izagirre. Los nacionalistas tienen que quitarse la imagen de desgaste, acentuada por los problemas con la vivienda y el turismo. También despojarse de algunas polémicas. El alcalde se había enfrentado a Costas del Gobierno de España, a su compañero de partido Ramiro González –le llamó “egoísta”– y ha lanzado declaraciones controvertidas como la de que querer envejecer en el barrio en Donostia es “exquisito” o la más reciente “se está produciendo el relevo generacional porque hemos decidido extinguirnos de la mano de la inmigración”, pronunciada en un foro de Vocento. Es también el alcalde que ha devuelto los toros a Illunbe.
En su despedida, el alcalde saliente ha destacado los avances en infraestructuras -puede presumir de que la única estación visible de la red de alta velocidad, con permiso de la fantasma de Ezkio/Itsaso, es la de su ciudad-, en urbanismo -con Loiola como gran hito, así como la reforma de Anoeta- y la calidad de vida logradas. En Donostia hay militantes que se preguntan qué papel jugarán las bases en la elección del relevo de Goia o si está cocinado en el GBB que ahora lidera María Eugenia Arrizabalaga. Hace un año, precisamente, Goia amagó con disputarle a Arrizabalaga esa posición orgánica, pero no consumó la pugna por suceder al eterno Joseba Egibar a pesar de tener los apoyos mínimos necesarios para intentarlo.
En el caso de Bilbao, la posición de partida es mejor. Aburto se dejó dos ediles pero todavía dobla a EH Bildu. Con el PSE-EE tiene mayoría absoluta. Eso sí, en los últimos años no han faltado voces críticas a nivel interno. Algunas operaciones para potenciar alternativas no han tenido éxito, como la designación de Gotzone Sagardui como consejera de salud en plena pandemia. Acabó saliendo con fuertes críticas internas y externas por su gestión de Osakidetza y continúa su carrera en una clínica privada de Vitoria.
En Álava, el escenario es más complejo. González es un activo electoral incuestionable para una organización no exenta de pugnas internas, pasadas y recientes. Un dato: en las elecciones de 2023, él logró en Vitoria para las forales 9.000 papeletas más que Artolazabal para las municipales. En una reciente entrevista con este periódico, eludió responder sobre su futuro, pero el partido podría necesitar un último servicio en función de los movimientos para la alcaldía de Vitoria, donde se da por hecha una renovación casi completa de toda los concejales actuales.
Está por ver si el movimiento del PNV fuerza a los demás a posicionarse. Hasta ahora, solamente el PP había empezado a agitar el tablero. En Vitoria, parece claro que buscará recuperar poder con Iñaki García Calvo, que incluso ha fletado ya una furgoneta para ahondar en su gran idea-fuerza de cara a 2027, la delincuencia y el debate migratorio. Y, en Bizkaia, Génova ha relevado a sus dirigentes para impulsar una gestora y reactivar la organización, aunque el papel de Amaya Fernández, la propuesta para presidenta, como asesora del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas está retrasando los movimientos previstos.