
Antonio Turiel, físico del CSIC: «Las plantas de biogás no son viables ni técnica ni económicamente»
El científico ha pasado por Ciudad Real para participar en una charla organizada por Ecologistas en Acción bajo el lema ‘La burbuja del biometano». En su opinión, «se están contando milongas» que algunos «avispados» aprovecharán en nombre de un modelo de transición energética que el investigador considera fallido
El Gobierno de Page inicia un segundo proceso público para implantar el Plan de Biometano de Castilla-La Mancha
Este jueves, el grupo Verdalia Bioenergy ha celebrado un acto simbólico de inicio de obras de la que será su primera planta de biometano en España. Quiere construirla en Villaluenga de la Sagra (Toledo), aunque proyecta hasta 25 en toda España.
Se lo compró a Enerfree y cuenta con todas las autorizaciones para producir unos 84 gigavatios por hora al año, lo que equivale al consumo anual de gas de unos 11.000 hogares, creando siete empleos.
Este es solo un ejemplo de lo que colectivos como Ecologistas en Acción denomina la “burbuja del biometano” que también llega a Castilla-La Mancha, con las bendiciones del Gobierno regional, que prepara un plan regional para “ordenar” un sector al que augura un crecimiento exponencial (y necesario), con horizonte 2030.
“Lo que se están contando son milongas”, asegura Antonio Turiel. El físico del CSIC y divulgador -conocido por su blog The Oil Crash– ha participado junto a Toni Jorge de Ecologistas en Acción, en una charla informativa en Ciudad Real esta semana bajo el lema, ‘La burbuja del biometano’.
El físico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antonio Turiel (izda), junto a Toni Jorge, miembro de Ecologistas en Acción y María Manzano, miembro de la plataforma Stop Biometano de Torralba de Calatrava. EFE/Beldad
“No en viable técnica ni económicamente”, asegura el científico, al referirse al actual “interés renovado” por el biometano, en nombre de la transición energética. “Se lleva intentando rentabilizar económicamente las grandes plantas de producción desde hace unos 30 años. No lo serán nunca”.
¿Por qué?, preguntamos. Argumenta que “con este tipo de tecnología no es tan sencillo. No basta con decir que funcionan o no. La cuestión está en si puedes hacerlas económicamente rentables. Ni lo fueron, ni lo serán ahora. Es imposible”, dice. Y lo explica.
En la actualidad, el gas natural, metano, se extrae de los depósitos del subsuelo compuestos por materia orgánica enterrada hace millones de años, que se descompone y emite este tipo de gas. “El esfuerzo extractivo es mínimo, pero ni siquiera algunos de ellos son rentables, por su complicación a la hora de manipular este tipo de gas”.
Por otro lado, abunda, “hay que producir en cantidades masivas para que sea rentable y además se requiere cercanía la materia prima que es peligrosa y esto nos da una idea de las dificultades si lo aplicamos por ejemplo a los residuos de una granja”.
Una cosa, dice, es que se realice en la propia explotación agraria a pequeña escala. “Eso puede tener sentido, pero si el proceso se masifica entran en juego un montón de costes y problemas. Nunca serán rentables”, insiste. “El transporte de las materias primas a las plantas de biogás hay que hacerlo en camión. Sacar el gas, lo mismo. No sale a cuenta”.
“Es químicamente absurdo”
En el plano científico también advierte de las limitaciones en “la capacidad metanífera [energética] de los residuos que aspiran a procesarse, como los procedentes de la agricultura (viñas u otros cultivos), restos de mataderos, estiércoles… y que difícilmente -salvo con un elevado coste- generarán gas.
“Por ejemplo los purines de los cerdos son mayoritariamente agua”, recuerda Antonio Turiel. Tampoco cree que sea la solución para residuos vegetales, como los restos procedentes de cultivos leñosos como las viñas. “Es una estupidez y químicamente absurdo”, afirma tajante, porque “este tipo de restos vegetales tienen moléculas estructurales, principalmente ligninas, que son dificilísimas de descomponer. Son moléculas muy estables precisamente por eso”.
En su opinión, “decir que en el biodigestor de una de estas plantas de biometano vas a poder procesar toda esta materia es engañar a la gente. Se verán obligados a meter otras sustancias y dejarlo ‘digerir’ durante mucho tiempo para conseguir que se convierta en gas”.
Decir que en el biodigestor de una de estas plantas de biometano vas a poder procesar toda esta materia es engañar a la gente. Se verán obligados a meter otras sustancias y dejarlo ‘digerir’ durante mucho tiempo para conseguir que se convierta en gas
Y no solo eso, recuerda Antonio Turiel. “En general la materia leñosa o los cadáveres de animales lo que van a generar es carbón. Su contenido en hidrógeno es más pequeño, mientras que el metano tiene un contenido de hidrógeno. Químicamente, es una estupidez”, insiste.
El científico se pregunta “por qué no hay una planta de demostración de la tecnología que permita comprobar que todos esos problemas están resueltos. No. Directamente las abrimos. En Europa las hay y funcionan con subvención, si no, no es posible”.
Manifestación contra la planta de biometano en Carrión de Calatrava
En Castilla-La Mancha hay una amplia contestación social ante el anuncio del Gobierno de Emiliano García-Page de diseñar un ‘Plan regional de Biometanización’ con horizonte 2030, que ha sido diseñado en colaboración con una de las empresas con intereses en el sector y ampliamente cuestionado con más de 13.000 alegaciones, entre ellas las de la Consejería de Sanidad que no tiene claro el impacto en la salud pública de este tipo de proyectos.
Esta semana la Consejería de Desarrollo Sostenible, que pilota el proceso, ha vuelto a someter a información pública su proyecto por segunda vez ante la avalancha de alegaciones en contra.
Sobre esta cuestión, la teoría de Ecologistas en Acción es que se intenta “contrarrestar” ese rechazo con una nueva consulta pública en la que no aparecen las 13.000 alegaciones presentadas por las plataformas ciudadanas ni las organizaciones ecologistas y además “se ha consultado a grandes patronales relacionadas con el porcino o el biogás para, de alguna forma, equilibrar la opinión pública buscando posiciones a favor.
En paralelo, en la provincia de Ciudad Real y a pesar de que todavía no se han autorizado plantas para la producción de biogás, ya se está trabajando para construir las tuberías que inyecten gas a la red general.
En aquel territorio, el Gobierno de Castilla-La Mancha ya declaró varios proyectos como “prioritarios” para una comunidad autónoma que quiere ‘reutilizar’ unos 15 millones de toneladas de residuos de todo tipo.
La transición energética: de la “desesperación” al biogás
Cuando habla de transición energética, Antonio Turiel subraya tres cosas: la (todavía) dependencia energética de combustibles fósiles “que se agotan”, el “hundimiento del modelo industrial de energías renovables” o “la pérdida de fe” en el hidrógeno verde. Y sobre todo que, en su opinión, la transición “pasa más por el cambio social que económico”, con un necesario viraje en los hábitos de consumo. “Es un discurso que no mola, porque no hablamos de triunfo tecnológico, sino de retroceso”.
Un panorama pesimista que, en su opinión, ha llevado a la “desesperación” entre las administraciones públicas que miran ahora hacia el biogás. “Necesitamos desesperadamente alternativas. Entonces llegan los avispados que proponen producir gas natural de manera orgánica y sugieren además que eso le da una oportunidad a la España vaciada”.
En realidad, dice que “de lo que se trata es de construir la infraestructura y cobrar por ello, aprovechando esa desesperación”. Frente a eso, un cambio climático que ya está aquí y que, subraya, “es mucho peor de lo que pensamos y está en pleno proceso de aceleración”. Lo peor de todo, advierte, es que “la inconsciencia con las renovables puede llevar a la población a pensar que el cambio climático es una estafa, con gente además que está agitando este mensaje”.