
El Gobierno húngaro de Viktor Orbán espió a funcionarios de la Comisión Europea
Una información de un consorcio de periódicos revela que agentes del servicio de espionaje húngaro se infiltraron como diplomáticos en una momento de máxima tensión entre Bruselas y Budapest por las medidas restrictivas de derechos del Ejecutivo ultranacionalista
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Una investigación conjunta del consorcio de periódicos europeos formado por Der Spiegel, Direkt36, De Tijd y Der Standard ha desvelado que el Gobierno ultranacionalista del primer ministro húngaro Viktor Orbán desplegó agentes de espionaje en Bruselas para recopilar información sobre las instituciones europeas y reclutar a funcionarios de la UE.
La Comisión Europea ha informado este jueves de que va a abrir una investigación sobre estos hechos. Un portavoz explicó que “la Comisión Europea se toma estas acusaciones muy en serio. Tenemos el compromiso de proteger a los funcionarios y a las instituciones de la Comisión frente al espionaje ilícito”.
La investigación periodística apunta a que agentes encubiertos de inteligencia húngaros actuaban como diplomáticos para infiltrarse en las instituciones de la UE. Los espionajes tuvieron lugar cuando el actual comisario de Sanidad y Bienestar Animal, Olivér Várhelyi, era embajador de Hungría en la UE. Un portavoz de la Comisión Europea ha declarado que no había pruebas de que Várhelyi hubiera incumplido sus obligaciones como Comisario de la UE.
Un operativo, que no fue identificado por los medios de comunicación, estuvo destinado en Bruselas entre 2015 y 2017 como diplomático trabajando en el departamento de política de cohesión de la embajada húngara. Según publican estos medios, se utilizó a la Representación Permanente de Hungría en la UE y se trató de reclutar a funcionarios de la UE. Los principales objetivos de la infiltración fueron ciudadanos húngaros que trabajaban en instituciones de Bruselas. El Ministerio del Interior húngaro utilizó diversos métodos para conseguir que los funcionarios europeos colaboraran, desde dinero a ayudas para desarrolar su carrera.
“Todo ciudadano húngaro que trabajaba en la Comisión era un objetivo y era procesado”, explicó una fuente familiarizada con el Ministerio del Interior al periódico húngaro Direkt36. Se investigaban a fondo los antecedentes de los funcionarios húngaros de la Comisión con las bases de datos estatales. Se seleccionaba a qué empleados de la Comisión valía la pena contactar con los funcionarios del Ministerio del Interior que trabajaban bajo cobertura diplomática.
Los espionajes tuvieron lugar durante una de las múltiples crisis entre el Gobierno de Orbán y las instituciones de la UE, en un momento en el que las relaciones estaban muy deterioradas por las restricciones a la libertad de prensa, el Estado de derecho y la independencia judicial que se estaban dando bajo el Gobierno húngaro.
Según la información de estos medios, los agentes de inteligencia húngaros se descuidaron y espiaron abiertamente sin tener cuidado de las mínimas normas de seguridad, con lo que en 2017 el supuesto diplomático conocido como V. fue desenmascarado y con él toda la red de inteligencia húngara en Bruselas quedó comprometida y desmantelada.