Moreno choca con sus  protocolos de cribado de cáncer: ninguno avala ocultar información para evitar “la ansiedad”

Moreno choca con sus protocolos de cribado de cáncer: ninguno avala ocultar información para evitar “la ansiedad”

El Gobierno andaluz se rige por el protocolo de diagnóstico precoz de 2005, que fija un máximo de 30 días para informar a las mujeres de un pronóstico sospechoso como el que afecta a 2.000 mujeres que no fueron avisadas, y por el de 2011, que no menciona plazos, pero tampoco justifica no avisar del primer diagnóstico dudoso a las pacientes

El abogado de las mujeres afectadas por el cribado, a Moreno: “No querrá crear más ansiedad, pero ha creado más cáncer”

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) se rige por el Proceso Asistencial Integrado de Detección Precoz del Cáncer de Mama, un protocolo de diagnóstico y tratamiento aprobado en 2002, reeditado en 2005 y vuelto a editar en 2011, los dos últimos con María Jesús Montero como máxima responsable de la sanidad pública durante los gobiernos socialistas de Manuel Chaves.

Los tres están hoy alojados y disponibles en la página web de la Consejería de Salud del Ejecutivo de Juan Manuel Moreno, que ha seguido utilizándolos como “guía” durante los siete años que lleva gobernando (con tres titulares distintos en la cartera de sanidad).

Este jueves, el presidente de la Junta se ha llevado una copia de esos tres protocolos al Parlamento andaluz y ha leído extractos del documento de 2002, de 2005 y de 2011 para rebatir los durísimos ataques de toda lo oposición por el escándalo de los diagnósticos tardíos de cáncer de mama que, horas antes, había precipitado la dimisión de la consejera de Salud, Rocío Hernández, y la mayor crisis política desde que está en el poder.

Moreno quería defenderse, sobre todo, de la cuestión que más le reprochan las 2.000 mujeres afectadas por un diagnóstico tardía con sospechas de cáncer de mama: que el SAS decidió no informar a esas mujeres de un cribado “dudoso”, que en el 98% de los casos sería benigno, para “no generarles ansiedad”. Los tres protocolos mencionan la ansiedad de la paciente como factor a tener en cuenta por parte de los profesionales sanitarios, pero ninguno recomienda que se oculte información de un posible cáncer.

De hecho, el documento de 2005, que el presidente leyó en el Parlamento, dice justo lo contrario: “Rapidez diagnóstica para disminuir ansiedad innecesaria en pacientes”. Moreno ha leído justo esa frase, teóricamente como un argumento a su favor, pero ha provocado el efecto contrario: las mujeres afectadas que se reunieron con la ya dimitida consejera de Salud han acreditado retrasos de hasta dos años en la prueba de contraste para confirmar o descartar el primer diagnóstico “no concluyente”, del que no sabían nada hasta esa segunda llamada. “¿Cómo puede el presidente argumentar rapidez diagnóstica? Quién asesora a este hombre?”, se preguntan desde Amama, la asociación de víctimas que ha destapado el escándalo.

12 horas después de cesar a la consejera, Moreno se ha enfrentado a la sesión de control más difícil desde que gobierna. Para defenderse, Moreno ha elegido parapetarse detrás de los tres protocolos de detección precoz del cáncer de mama, que su Ejecutivo lleva siete años usando, para hacer responsable a sus autores, a saber, el PSOE y Montero, que fue consejera de Salud hace 13 años.

El problema es que el asunto es bastante más complejo. “El protocolo no es la Biblia”, dice un alto directivo del SAS. El protocolo es una guía orientativa a partir del conocimiento y la experiencia de la comunidad científica. Pero los sanitarios, como los maestros, tienen libertad de cátedra, pueden usar esa guía -la de 2002, la de 2005 o la de 2011- como referencia, y modular sus recomendaciones en función de la realidad que tienen en su distrito. No es lo mismo un hospital desbordado y con falta de radiólogos que un centro con menos carga asistencial. La ruta del tratamiento está descrita en un papel, pero los plazos no son los mismos al llevarla a la práctica. “El protocolo no es obligatorio, no es una ley, aunque recoge aspectos que sí están blindados por ley”, dice la citada fuente.

Este periódico ha consultado con miembros de unidades de cáncer de mama en cuatro provincias -distritos, médicos, radiólogos, jefes de servicio y coordinadores- que usan, indistintamente, el protocolo de 2005 y de 2011 como “guía de procedimiento”. Ambos documentos, firmados por profesionales del servicio sanitario andaluz, son los que aún hoy ordenan el circuito de diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama. Hasta ayer, el equipo de Hernández decía que el único que estaba “vigente” era el de 2011, pero desde el SAS corrigen: “Ninguno está obsoleto”, y recuerdan que el presidente andaluz ha citado los tres en sede parlamentaria.

Sin embargo, tras el estallido del escándalo de los diagnósticos tardíos de cáncer de mama, que afecta a 2.000 mujeres andaluzas con pronóstico “sospechoso”, la ex consejera de Salud también puso el foco en el protocolo de detección, admitiendo “errores” que una semana después no se han identificado.

Moreno ha cesado a su máxima responsable y anuncia que cortará más cabezas en la estructura del SAS y en el hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, que concentra el 90% de los casos. Pero la Junta sigue sin aclarar qué ha pasado, y el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, que ha asumido temporalmente las funciones de Salud ha dado orden de “no informar de nada más hasta que se tenga claro”, explican fuentes de San Telmo.

Sin datos, pero con muchas valoraciones

La Junta no ha informado del origen de los “fallos” que ha dejado a 2.000 mujeres sin información clínica sobre un diagnóstico dudoso en el cribado de cáncer, del que se enteraron meses después (hasta dos años en algunos casos). Pero, desde que estalló el escándalo, algunas declaraciones públicas tanto por parte de la consejera como del propio presidente de la Junta han arrojado más incógnitas.

Por ejemplo, Hernández aseguró en sede parlamentaria, durante la comisión de Salud de la semana pasada, que los plazos para informar a la paciente de una “lesión dudosa” o “no concluyente” en el cribado de cáncer de mama (en el argot clínico BIRADS-3) pueden ser de “seis meses, tres meses, un año”. Y el presidente Moreno también justificó que el SAS no informase al momento de un diagnóstico inicial dudoso “para no generarles ansiedad a las mujeres”.

Ninguna de estas apreciaciones aparece en el protocolo de detección precoz contra el cáncer de mama que mantiene en vigor la Consejería de Salud. El cribado de cáncer, que se realizan cada año 485.000 andaluzas entre 49 y 71 años, puede arrojar un resultado positivo, negativo o dudoso. En los dos primeros casos la respuesta del SAS está automatizada y la comunicación del resultado a las mujeres es inmediata.

El tercer supuesto -“lesión dudosa, sospechosa o no concluyente”- tiene la categoría BI-RADS 3, esto es, “probablemente benigna” [“cáncer inferior al 2%] y, según el protocolo en vigor, el ”tiempo para la valoración adicional“ es de ”30 días“ como máximo, y el ”tiempo para el inicio del tratamiento“, de ”21 días desde la confirmación diagnóstica“.

Estos plazos no coinciden con los que ofreció la consejera en el Parlamento andaluz, que sí matizó que dependían del “criterio del profesional sanitario”, sin aclarar si se refería al centro de salud donde se había hecho el cribado (distrito sanitario) o el hospital donde se deriva la prueba (radiólogo).

Para la categoría BI-RADS 3, donde se hallan las 2.000 mujeres afectadas, el protocolo exige un “estudio complementario magnificado y lateral” del pecho, y “es aconsejable la punción biopsia por tratarse de lesiones palpables”. Y añade: “El seguimiento de estabilidad no se recomienda en lesiones probablemente benignas palpables”, es decir, no son necesarias las “revisiones periódicas”.

También la alusión del presidente andaluz a la “ansiedad” de las pacientes para justificar los diagnósticos tardíos ha desatado mucha polémica. El Gobierno andaluz difundió este miércoles un escrito a los medios de comunicación para explicar que en el protocolo actual “también se alude a la ansiedad y el desgaste emocional que las dudas en el diagnóstico causan en las pacientes”. “Es lo que se conoce como ‘Burn Out’”.

Sin embargo, el protocolo no justifica dilatar la comunicación de una lesión sospechosa a la paciente para “no generarle ansiedad”. Al contrario. En las indicaciones a los “profesionales de Atención Primaria” puede leerse, en primera línea: “Rapidez diagnóstica para disminuir la ansiedad innecesaria en las pacientes” y, en segundo lugar: “Conocimiento de los circuitos de derivación de las mujeres con sospecha diagnóstica”.

La asociación Amama ha acreditado retrasos en la comunicación a las mujeres de una lesión sospechosa en el pecho de hasta dos años. Las afectadas han afeado a Moreno su “paternalismo” por ocultarle información y han criticado su “falta de ética”. “No querrá crear más ansiedad, pero ha creado más cáncer”, dijo su abogado, Manuel Jiménez, que ultima una demanda contra el SAS por “lesiones por imprudencia”, “dejación de atención sanitaria” y, posiblemente, “homicidio imprudente”.

IU y Andelante Andalucía han denunciado los retrasos en el cribado de cáncer de mama ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, señalando el supuesto incumplimiento por parte del SAS de la Ley de Autonomía del Paciente, que establece que los enfermos tienen derecho a recibir información detallada sobre su enfermedad, su pronóstico, y las opciones de tratamiento. 

Inteligencia artificial para agilizar

Moreno ha anunciado la creación de una nueva unidad de refuerzo para la detección del cáncer de mama que estará ubicada en el Hospital Muñoz Cariñanos de Sevilla (antiguo Hospital Militar) y un segundo equipo de especialistas en el cribado de colon que desarrollará su labor también en el citado complejo sanitario de la capital andaluza. El presupuesto extra asciende a un millón de euros.

“Vamos a implantar la aplicación de la Inteligencia Artificial a los exámenes y a los diagnósticos vinculados al cáncer. Y lo haremos extendiendo el proyecto piloto que está en marcha Córdoba a toda Andalucía, a través de una inversión de 3,7 millones de euros”, ha avanzado. En el caso de las pruebas de mama, la nueva unidad de refuerzo permitirá incrementar aún más el número de estudios, que ya de por sí ha crecido un 67% desde 2019, pasando de 290.000 pruebas a cerca de 485.000, casi el doble, para las que se han contado con 65 mamógrafos nuevos.