
El Gobierno de Almeida apuesta por turistificar Usera con el sello «Chinatown de Madrid» y empieza a levantar sus arcos
Aprueba un programa de formación en los comercios para «mejorar la calidad de la oferta turística» y «atraer nuevos públicos locales, nacionales y extranjeros», acompañando la reforma urbanística que está transformando sus plazas
Cómo será el Chinatown de Madrid: planos y detalles del proyecto
El Ayuntamiento de Madrid comenzará en las próximas semanas una campaña para atraer turistas a Usera mejorando el aspecto de sus comercios. Lo hará a través de un contrato con el que implantará de un programa de “calidad turística” que culminará con la creación de un sello llamado “Chinatown de Madrid”, a través del que el consistorio quiere reconocer a las tiendas mejor preparadas para este servicio.
El objetivo del Gobierno de Almeida con este distintivo es “realzar el valor turístico de Usera ampliando la oferta cultural y gastronómica del distrito, atrayendo a nuevos públicos y promoviendo un turismo sostenible y competitivo”, según los pliegos del contrato que prepara la Junta de Usera y a los que ha tenido acceso este periódico. En ellos, señala cuatro metas básicas: “Posicionar Usera como destino atractivo para la captación de turismo familiar, cultural y gastronómico”. También busca “atraer y captar nuevos públicos locales, nacionales y extranjeros” a este distrito, además de mejorar “la calidad de la oferta turística de Usera”. El último de los cuatro objetivos del contrato es “reforzar la idea de diversidad e identidad diferencial de Usera y su naturaleza multicultural”.
Los trabajos incluyen un primer diagnóstico de la calidad de los establecimientos existentes (se analizarán al menos 280 comercios “con potencial turístico”) y de su interés “para turistas y clientes”. A estos comerciantes el consistorio les ofrecerá formación y apoyo individualizado para adaptarse mejor a las exigencias de los turistas y, los que consigan superar los estándares mínimos, serán reconocidos con el sello de calidad de turística “Chinatown de Usera” o “Chinatown de Madrid” (el contrato menciona ambos términos). Los comercios participantes podrán participar de un seminario profesional con tres sesiones formativas virtuales sobre el sistema de certificación de mejora de la calidad turística.
La actuación se completa con una página web donde alojará informaciones de relevancia “que permitan a los turistas tener acceso online a la oferta actualizada de los establecimientos de Chinatown”, explican los pliegos del contrato.
El Ayuntamiento defiende que con esta actuación busca “descentralizar” el turismo de Madrid, a la vez que refuerza “la identidad cultural de la comunidad china y la integración social del distrito”. El contrato para implantar y difundir este distintivo de calidad turística está dotado de 202.309,53 euros (impuestos incluidos) y será financiado con Fondos Europeos Next Generation
Llegan los arcos a la gran reforma de Usera
El distrito convoca este contrato para turistificar los comercios a la vez que el área de Obras está completando en las últimas semanas el programa de regeneración urbana “Itinerarios Habitables”, que está peatonalizando y creando un amplio recorrido por una zona de la capital con amplia presencia asiática, sobre la que el Ayuntamiento quiere desarrollar su propio Chinatown con algunos de sus elementos característicos.
Los más llamativos serán los arcos de entrada a la zona, cuya cimentación ya ha comenzado en la zona de la plaza del Hidrógeno. También se están llevando a cabo allí las acometidas para que luego la Junta de Usera remate la construcción con la estructura del arco, que será después decorado. Esta parte se llevará a cabo a través de un acuerdo marco municipal para obras en el distrito, ya que el contrato inicial para levantar los arcos fue declarado desierto, al no postularse ninguna empresa.
Diseño inicial para los arcos chinos de Usera
El contrato inicial incluía un segundo arco en la calle Evangelios, junto a una iglesia, fuera de la zona más poblada de comercios chinos. Sin embargo, el consistorio aún no ha decidido si será esa su localización definitiva, ya que de momento va a construir el del citado cruce de las calles Dolores Barranco e Isabelita Usera.
A la vez que las cimentaciones para el primer arco, siguen avanzando las obras del paseo de casi dos kilómetros desde Madrid Río, jalonado de referencias decorativas al gigante asiático, que está ejecutando el área de Obras. La primera parte, que lleva a los peatones desde el extremo norte de Usera hasta el mercado con el mismo nombre, ya está casi acabada a falta de los últimos remates. La segunda conectará este último lugar con la plaza del Hidrógeno y será la que mayor impacto urbanístico provoque en la zona.
Proyecto de obras de la reforma para abrir el Chinatown de Madrid en Usera
La actuación está abriendo grandes zonas peatonales en un recorrido a través de varias plazas: en la de Julián Marías se está renovando su fuente e instalando una pérgola sobre la que crecerán plantas trepadoras. Además, con el objetivo de aprovechar mejor el ciclo del agua se van a disponer varios jardines de lluvia. A esta plaza se accederá mediante un gran paso de cebra, al estilo del que existen en Gran Vía para cruzar desde Fuencarral a la Red de San Luis.
Este espacio se conecta con el resto de plazas a través de un desnivel entre Ortiz Campos y Gabriel Ruiz, que será jalonado de árboles para dar sombra. En la siguiente zona, la de Pablo Ortiz habrá nuevos parterres, más aceras y una zona de ejercicios, para llegar después a la plaza de las Tizas, donde habrá dos nuevas fuentes: una de carácter ornamental y otra área de agua pulverizada que servirá para el refresco de los vecinos durante los meses de verano. También se renueva el área de juegos.
Por último, se peatonaliza parte de la calle José Bielsa y también el final de Isabelita Usera, hasta llegar a la citada plaza del Hidrógeno, donde esperará el nuevo arco. La última manzana de la calle del Jaspe queda también sin tráfico, como sucede en Isidra Jiménez.
La calle Dolores Barranco será además reformada en este punto con una elevación de la calzada hasta la altura de la acera, aunque mantiene su doble sentido para la circulación de tráfico rodado.